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Sr. Urgel como comprenderá después de lanzarme esa “condición” y demás epítetos tan graciosos de su esmerada educación no puedo permanecer callado. Me pregunto cuánto tiempo le habrá costado a Ud. llegar a producir tanta querencia hacia sus congéneres. Aquí el único que demuestra tener prejuicios es Ud., además de un verdadero problema cognitivo, y como Ud. mismo reconoce una actitud que es patológica. Ud. con su frase "sin comentarios" no cerraba ninguna discusión, sencillamente mostraba extrañeza o no sabía que contestar al anterior comentario de Anna, ni más ni menos. Y aunque esta contestación mía le produzca ya de entrada urticaria le ruego que siga leyendo, es bueno conocer a los demás y saber que pueden pensar de uno antes de lanzarse a degollarlos. El que yo intervenga no tiene otro motivo que el cansancio que Ud. me produce, y el respeto que si me merece Juanjo al que a Ud. le gusta acusar de no sé qué fantasmas. Reconozco que yo no tengo ni la paciencia, ni la exquisita educación que él tiene con Ud. Y no la tengo sencillamente porque Ud. para mí no es merecedora de ello. Y le detallo: Ud. representa al tipo de gente que independientemente de sus creencias, cosa que a mi me preocupan muy poco, hace de su vida un acto de soberbia, cosa que si me preocupa, y no por Ud., y si no por el significado de su interrelación con el resto de la sociedad. Su dogmatismo revestido en ciertos momentos de un velo de compresión, solo para despistar de sus verdaderos motivos, es patente, y reiterativo, hasta el grado de hacer suponer de Ud. a una persona que no admite, ni se cuestiona, ni la evolución ni la realidad social, y por ende de querer imponer sus ideas a los demás. Cuando Ud. no sabe que contestar realiza un brindis al sol para renacer como el ave fénix y seguir en su misma línea de argumentación. Entre Ud. y yo, y por suerte para mí, no hay nada en común. Yo soy lo que soy desde la no admisión de un ser superior, ósea creo en la igualdad, y no me creo con derecho a juzgar la vida de los demás, y menos creo que mis costumbres, y mi forma de vivir tenga que ser un modelo para el resto de mis congéneres. Cosa que Ud. no admite ya que se unce de un modelo inamovible de estilo de vida. Huyo de tópicos y teorías, las respeto, pero trato de no tenerlas en cuenta en cuanto suponen un lastre al pensamiento, y por supuesto a la libertad. Como podrá deducir de mis palabras, si no intenta incapacitarse, no hace falta su moral para sentir respeto por las personas que nos rodean. Ud. proclama una libertad desde su forma de pensar que me recuerda la inquisición, las cruzadas, y todo aquel hecho violento en el cual se ha sustentado sus correligionarios para hacer que su Dios y su Iglesia una única verdad. Las personas como Ud. solo realizan críticas unidireccionales ya que no pueden hacer nada diferente aunque su conciencia les alerte de que no es lo objetivo o justo, dado que están acostumbrados a sustentar el poder, a serlo, y lo que es más alarmante: a manipular para conservarlo, para lo cual no les duelen prendas, o lo que es lo mismo les importa muy poco la vida, y llevamos siglos de historia que lo demuestran. ¡Ya! … anatema. Si bien su civilización ha sido un crisol de ideas, algunas de ellas muy respetables, no es menos cierto que el comportamiento general de ustedes ha sido la de realizar una labor oscurantista de tal envergadura que la hipocresía es un valor siempre en alza. Ud. se debe aburrir muchísimo, y no debe saber cómo hacerse escuchar, por lo que ha buscado pulpitos donde hacerlo, ya sea este blog u otros… y nada más que comentar, y sinceramente nada más que escuchar de Ud. ya que no me mueve ninguna curiosidad, ni personal ni de conocimiento. Reitero, su soberbia solo es comparable con la de Zeus cuando fue elevado a los cielos.\n\nPor cierto Juanjo las barandillas curvadas siempre me producen evocaciones… quizás sea que los puentes románicos me encantan.\n\n
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