sioc:content
|
-
Y gracias especialmente a tí, Elefante, porque sé que tu proverbial ecuanimidad ha ido siendo sustituida por el afecto. El afecto por esta arquitectura que tira mucho. Porque se lo merece. Porque es apasionante. Y gracias a tí, porque ahora, cuando miro por el objetivo de mi cámara, veo muchas más cosas que las que antaño ni siquiera podía imaginar que existían allí dentro. Y también gracias por aportar algunos gramos de cordura a mi mente. Me decía, en ocasiones "Esto, Elefante no lo haría" y el mundo que me rodeaba lo agradecía. Seguiré visitándote, no lo dudes.
|