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Sí, Porta, estuve. Y no me he recuperado de la emoción. Dos horas y media de Neil Young, mi artista favorito, en sus tres formatos: acústico ('The needle & the damage done', 'Old man'), electroacústico ('Unknown Legend'. 'Heart Of Gold') y, sobre todo, el pelotazo eléctrico a lo Crazy Horse con el que empezó y acabó el concierto: 'Only Love', 'Powderfinger', 'Heart Of Gold', 'Cortez The Killer', 'Mother Earth', 'Rockin’ In The Free World'. Y el final, increíble: con 'No Hidden Path' en el que aullando como un toro rompió todas las cuerdas de su guitarra. Además, hicieron 'A day in the life' de los Beatle de bis como gran regalo.
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