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Xarbet, aunque una de las cosas sin importancia que me hacen feliz en mi día a día es levantarme temprano los domingos y salir a la calle cuando todavía no hay nadie, hoy no he madrugado. Ayer me acosté muy tarde, celebré mi cumpleaños con mis hijos y con toda mi familia al completo, somos muy pocos y caben en mi hermosa terraza rebosante de plantas, incluido un limonero, un ciprés y un arce japonés plantado a propósito porque me recuerda una escena de Kill Bill, la peli de Tarantino. Y cuando he abierto el ordenador me he encontrado con tu felicitación, en realidad, la primera en el día de mi cumple, aunque llevo celebrándolo desde el viernes, ventaja de cumplir...muchos. Y contenta que estoy, porque están vividos y no los cambio. Me gusta la analogía que existe entre un tren y la vida. Así lo veo yo, tal y como tú lo describes. Me quedo con la placidez de lo cambiante en oposición a lo estancado, después de todo, se puede decir que eso es mi vida, cambio. El mismo miedo que produce el cambio me ha proporcionado la energía para moverme y no permanecer estancada. Hoy es mi cumpleaños, me gusta cumplir años, y me ha encantado tu felicitación, tan madrugadora y tan preciosa. Gracias Xarbet. Un beso grande y...vamos a por otro.
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