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Amigos todos, creo sinceramente que es muy difícil conocernos bien a nosotros mnismos. Saber, cuando expresamos un pensamiento, si somos totalmente sinceros o es que nos mueve a ello razones que nos alejan de la objetividad. Si esto ocurre con nuestra mente, más difícil es saber lo que ocurre en la mente de los demás. Por ello creo que siempre hay que conceder que las palabras ajenas pueden ser ciertas. No para que las creamos a pies juntillas sino para que admitamos esa posibilidad. ¿Ingenuidad?, quizás, pero mejor eso que desconfianza a ultranza. La inteligencia y la experiencia ya nos protegerán. De ahí que sólo debemos atacar o defender las ideas, nunca las personas, porque no debemos actuar en función de un retrato robot que hemos dibujado nosotros mismos o nos han facilitado.
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