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Magnífico post, Cristina. Estoy totalmente de acuerdo contigo. También coincido con Daniel MacGill, sobre todo cuando dice "hacen daño, y creo que es acertado y necesario denunciarlo, porque no es, ni más ni menos, que un crimen contra la Humanidad, aunque sea por omisión".\n\nDebería ser pecado difundir doctrinas que conducen al contagio de enfermedades y a la muerte. Les preocupan mucho las vidas de los que aún no han nacido (en relación con el aborto), resulta que la protección de la vida es lo más importante... pero luego la vida y la salud de millones de personas (¡¡¡de niños inocentes!!!!) les importa un pimiento y siguen con su discurso anti preservativo.\n\nEl problema es que están tan fundamentados en dogmas y creencias, que desmentir ni que sea uno sólo (en este caso el tema del sexo y la procreación) podría desencadenar un hundimiento en cadena de todos y cada uno de sus dogmas y, al final, de la iglesia se iría a pique. Es decir, se supone que sus doctrinas son verdades absolutas, universales, divinas. Si cualquiera de ellas se "relativiza" o "corrige" o "desmiente", por lógica se podría poner en duda, cuestionar y desacreditar cualquiera de sus docrtinas, incluso las más fundamentales y sobre las que descansa su razón de ser. \n\nPor otro lado, coincido con otros comentarios en la incongruencia que supone admitir unos métodos anticonceptivos y repudiar otros. NO tiene sentido, como han dicho ya, "o todos o ninguno".\n\nBesos!!
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