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Comparto tu fascinación por la mágia de Lalibela. \nUna mañana, casi al alba, subía hacia el mercado para tomar algunas fotos con la transparente luz del amanecer (casí no hay nada comparable a un mercado africano). No debía haber tenido una buena noche, ya que cuando se me acercó el enésimo niño para preguntarme cual era mi nombre, solo obtuvo como única respuesta un seco "no name, my name is no name". Observé como ante mi contestación, se quedaba parado bajaba la mirada y repetía "no name, no name" como si en la repetición tubiera que hallar la respuesta. Continué caminando mientras pensaba que el tamaño de su cabeza no se correspondía con el de su cuerpo, o quiza fuera efecto de la cruz pintada con tiza blanca que rellanaba su amplia frente. Recuerdo que pasé todo el día entre los puestos, las amalgamas de colores, de olores y de sonrisas. Terminado el día, descendía por la misma vía adoquinada cuando ví al niño con la cruz pintada. Se acercó hasta mi, y mientras pronunciaba mi nombre "no name", extendía su mano para entregarme un hilo negro del que colgaba una tosca cruz tallada en piedra. Apenas supe como reaccionar. Le pregúnte como le podía ayudar. El simplemente me miró, se giró y se fue sin decir nada. Nunca nadie me había dado una lección como esa.\nGracias por tu blog y me alegra que te hallan gustado mis fotografias de Los Lugares Hablan. Un saludo.
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