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Soy lectora de Zweig, habitualmente con un café -al estilo vienés. Os recomiendo su libro de "memorias", El mundo de ayer,escrito poco antes de rendirse a la evidencia de una Europa perdida y un planeta tomado por los nazis, como él creyó en el momento de su suicidio. Se publicó después de su muerte. En él describe como pocos el devastador siglo XX que le tocó vivir. Pero en él también hay esperanza en el ser humano. Cuando decidió poner su libertad individual por encima de su amor a su tierra y a su familia, (en su segundo exilio provocado por su antibelicismo) se marchó de Austria en los albores de la Segunda guerra mundial, pero nunca supo cuánto dolor iba a sentir como ápatrida. Fue siempre un intelectual comprometido con la dura realidad que le tocó vivir, lo que se puede ver en todas sus obras de teatro, sus artículos, sus novelas... prohibidas por Hitler; pero el peligro que amenazaba su libertad interior y exterior le obligó al exilio en el que abogó, sobre países o lenguas distintas, por la solidaridad espiritual; para él, Europa parecía condenada a muerte por su propia locura. El dolor profundo por la vieja Europa le atormentó en cada uno de sus viajes. Hasta el final. Pero sus palabras nos quedan, y esto es lo importante. Sus lecturas nos pueden hacer acaso comprender mejor a esta Europa que parece condenada a no entenderse. Me gustaría que mi casa fuera como la casa de Zweig: la casa donde se hospedaron como amigos gentes tan dispares como Paul Valèry, T.Mann, H.G. Wells, Joyce, Ravel, Strauss, Bartók, Toscanini; cafés, vinos y charlas con Rodin, Rilke, Freud, Einstein, Gorki, Reinhardt... años en los que se les permitió volver a creer en la humanidad. \nSoy mujer de pocas certezas, pero creo que la cultura, la música, el arte, las palabras, son las mejores armas para salvar al mundo. Y sobre todo ello, la amistad. \nGracias Nuria, por traerme el recuerdo de un gran hombre, con palabras de una gran mujer, como debes ser tú. \nUn abrazo desde el frío Freiburg, no muy lejos de donde nació y vivió años felices nuestro autor.
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