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  • El tren forma parte de nuestra vida,\ndel tren nuestra conciencia de comunidad,\nsólo a través del tren supimos que había otra vida, otras gentes, y que había otra vida agrupada más allá del diminuto pueblo donde pasábamos las noches y los días...\n\n-Más allá de las encinas, por donde se pierde el tren, está Benavente, -dijo mi hermana mayor-\n\nMi madre nunca nos acompañaba. Quedaba en casa preparandoo la comida. Eramos 8 hermanos...\nEra gran fiesta el jueves que nos dejaban ir a la villa. Los jueves era el mercado de marranos en la gran villa de Benavente, a 20 km de mi pueblo, y mi padre los llevaba, pequeños, en carro de mulas, a vender a los tratantes. Eran tratantes catalanes, la mayoría con blusón gris alargado, personas muy dados al regateo y a las palabras... Si la venta había sido buena, siempre habría un regalo.. Mi madre así lo esperaba, un mandil, una sartén de freir, unas zapatillas, un pañuelo, y siempre los feos y las bombas de la confitería ya de bajada de la plaza... \nEra jueves, dejábamos los libros de escuela olvidados por un día... \nY conquistábamos el mundo a través del tren mixto, dos vagones de mercancías y tres vagones de personas, todos vagones de madera,\n la mirada puesta más allá del horizonte,\nsoñando una vida por venir todavía...\n\nQuizá aun la soñemos....\n\n\n-¿ No te acuerdas ? -dijo mi padre...¿No te acuerdas de aquel día...? Era Jueves de mercado.\nDebías tener siete años; Tu madrina te había dado 2 pesetas para comprar un libro de poesía para que en las noches frías de invierno, frentre a la lumbre, pudieras leer a tu madre.\n Tú habías perdido el dinero y llorabas a mares.\n-No recuerdo -contesté a mi padre-, mientras él yacía en el hospital ya marcado por el cáncer. 89 años...\nY después de una pausa, aguantando la emoción, siguió:\n-¿Te acuerdas de lo que hiciste? Yo venía en el tren. Tu hermano mayor volvía con el carro de mulas por la carretera, ruta de la plata. La venta no había sido mala.\n Tenías un lápiz nuevecito que estrenarías de regalo, de la venta de los marranos en Benavente de ese día. Te arrimaste a la ventanilla del pasillo del tren, y apoyando el papel sobre el cristal te pusiste a escribir versos para en la noche poder leer a tu madre... ¿ No te acuerdas, hijo? No pudiste comprarte el libro, pero tú los hiciste, creo que esos debieron ser tus primeros versos, los más bonitos versos que tu madre pudo haber escuchado de tu boca...\n- No me acuerdo, padre.\nY es que mi padre tuvo una memoria prodigiosa hasta el último momento. Me lamento ahora de no haber traspassdo sus recuerdos a mi memoria. Ya es tarde... Una generación que se perdió. Lo sabía y recordaba todo, cuándo tenía que parir la vaca y las marranas, y el día qwue había plantado el trigo. Todo lo recordaba, ayudado de un calendario de NITRATOS DE CHILE...\n\nYo he vivido siempre despoblado... y cuando me acercaba al pueblito de Zamora era con las horas contadas, y las conversaciones eran de lo más fofas y estériles, mis estudios, mi carrera, mis hijos..Nunca me intereré por sus recuerdos...!qué pena! !ya es tarde!\nMe contaba historias de la guerra, de cuando estuvo destinado y entraron en Figueras, fin de la guerra. Yo nunca le presté atención. \nA él le tocó, juego de provincias y dados, del bando vencedor,\ndel lado del siniestro vencedor...\n\nGracias, FERNANDO, por estos posts, haces recordar vivencias....\nhistórias de un tren de vagones de madera.\n Hoy las vías están muertas, entre yerbajos y railes oxidados...\nUn abrazo,\nJusti.\n\n\n
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  • 2009-03-10 16:12:09
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