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Atención, visitantes del Museo del Prado. Es cierto que para facilitar el cacareado acceso a la cultura hay entradas reducidas para mayores, discapacitados, familias numerosas, etc, etc, e incluso gratuítas para parados. Pero que a nadie se le ocurra ir a recuperar fuerzas a la cafetería: un bocadillo enano y plasticoso y un café, casi siete euros; si te quedas con hambre, una manzana chiquita, tres euros. Aseguro que vale la pena llevarse el bocata en el bolsillo. Sorolla se hubiera llevado las manos a la cabeza!!
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