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Gloria, no me extraña que te sintieras embriagada, no porque estuvieras en la ciudad del vino, las luciérnagas, la poesía y las rosas, como tú dices sino por el misterio que en si encierra la ciudad, y al mismo tiempo te causara el efecto de no "saberte entera". Los países exóticos dan lugar a la embriaguez y encantamiento de quién los visita. Un beso.
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