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No lo sabía, no veía que había en el interior de aquel cuenco cerámico oscuro encastrado en el suelo\n\nTras situarse a su alrededor, busco la mejor posición para intentar, teniendo en cuenta la posición del sol en aquel momento, mirar en su interior sin conseguirlo\n\nBuscó una vela que atada a una cuerda le ayudara, una vez encendida a llegar al fondo del cuenco, pero ocurría una cosa extraña y sin explicación aparente, no había bajado ni la longitud de la vela que se apagaba…\n\nAsí busco una linterna y con la misma cuerda volvió a intentarlo… es curiosa la vida cuando te empeñas en algo, la linterna se golpeó con el borde y se rompió…\n\nEntonces, pensó, que hago?, no tengo nada con lo que ver que hay en el fondo\n\nSe quedó unos segundos atolondrado, se quedó unos segundos ensimismado\n\nEl sol, lentamente fue cambiando la posición de su sombra que por uno de esos milagros extraños que a veces suceden fue lentamente ocupando la boca de ese cuenco al que empezó a mirar de otra manera\n\nTuvo suerte, si, la tuvo, puesto que ella se le acerco y tras hablar no más de un minuto sobre lo que le preocupaba y le había dejado un tanto fuera de lugar, extendió su cuerpo en el suelo y tras apoyar su pecho en el borde del cuenco, extendió su brazo en un gesto de búsqueda recogiendo una caja cerrada del fondo del cuenco\n\nEl, en ese momento quería morir al tiempo que soltó una carcajada en la que mezclaba momentos de incredulidad, momentos de extrañeza, momentos de impotencia\n\nElla depositó esa caja en sus pies y volvió sobre sus pasos\n\nAún está de pie mirando la caja sin saber muy bien que hacer… \n
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