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Sirio nos miraba en aquel acantilado, la luna esa gran mentirosa nos sonreía desde un rincon y nosotros en una noche de estrellas disfrutamos solo escuchando el marcar de las olas en el horizonte\n\nEra pequeño el acantilado, tan solo unas pequeñas linternas en las puntas de aquellas tres cañas parecian ligarnos a la realidad conocida de un mundo lejano y en esos momentos desconocido\n\nSolos tu y yo y ese paisaje inmenso traducido en destellos de la luz suave que acariciaba el movimiento del mar\n\nSumidos en el paisaje, miramos el cielo y cuatro haces de luz iluminaban el horizonte y jugaban con las nubes\n\nEl milagro de estar juntos tan solo era eso, un milagro hecho realidad...\n\nEl tiempo, durante un tiempo, se detuvo ante tanta belleza reunida en un acantilado junto a esa luna creciente y certera
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