PropertyValue
opmo:account
is sioc:container_of of
sioc:content
  • Tras largas horas de vuelo y sin tregua para el descanso debida a las expectativas exitantes de un nuevo mundo hacia donde conducía invitada a una de mis mejores amigas, dejamos atrás la Isla que cual caimán bajo el ardiente sol se desparramaba en las aguas azules del Caribe. \n\n Con tiempo suficiente de antelación ya le venía preparando para su primer encuentro con lo desconocido, tema que mantuvo su prioridad hasta los mismos momentos de pisar las tierras de mi ciudad natal, Budapest. \n\n Neyda, de pelo ondulado arrubiado, de facciones finas, se asemejaba más a una escultura griega que a una cubana, me escuchaba con atención: -¡Recuerda eso, que es muy imporante....!....¡No te quedes mirándole a lo ojos a ningún tío, ni en el metro, ni en ningún sitio público, aunque tú sientas su mirada..., su próximo paso será, si es que es educado, inivitarte a la cama, pero podría reaccionar de cualquier otro modo peor...! - le advertía. Sí, después de pasar ya lustros en la Perla del Caribe, conociendo la idiosincracia cubana, su modo de ser abiertos y simpáticos, donde los piropos en plena calle hacia un desconocido o desconocida son el pan del día, consideré de suma imporancia tal advertencia.\n\n Neyda no sabía nada en húngaro, pero como siempre ibamos a estar juntas, no hubo sitio a preocupaciones al respecto.\n\n Mi casa se situaba en las cercanías del Parque Municipal, por la Plaza de los Héroes, donde se halla el Museo de Bellas Artes, siendo este último el objetivo de nuestra primera visita, como primer encuentro con las Artes en Hungría. Ese museo enorme posee varias salas de diferentes épocas y zonas geográficas y entre ellas, una sala que alberga la colección más rica de los cuadros de Velázquez en Europa. Para visitarlo pausadamente, se necesitan varios días.\n\n Pero con lo que nadie había contado era mi urgente e imprevisto ingreso a un hospital a altas horas de la madrugada. La ambulancia atravesaba volando las alumbradas avenidas vacías hacia el Hospital Central, rompiendo con su sirena el silencio de la noche. Recuerdo a la cara asustada y los ojos angustiados de mi padre al dejarme ingresada...en casa quedaron mi amiga y mi pequeña hija de cinco años, que tampoco hablaba mi idioma materna. Al menos, podían comunicarse entre ellas dos...\n\n \n\n \n\n \n\n
sioc:created_at
  • 2008-01-14 19:44:37
is sioc:creator_of of
is opmo:effect of
sioc:has_container
sioc:has_creator
sioc:has_reply
opmo:pname
  • http://lacomunidad.elpais.com/-expansion-/2008/1/14/suspiros-i-parte- (xsd:anyURI)
sioc:title
  • Suspiros...(I.parte)
rdf:type

Metadata

Anon_0  
expand all