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Un día más. \n\n Me despiertan los taconazos de la vecina de arriba...( ¡al próximo cobro le compraré un saltodecama!)\n\n A tientas me acerco a la ventana que extiende mi vista al horizonte donde\n\n el cielo abraza al mar. Aún es jóven el día, y un tanto triste. Las grises nubes parecen prometer agua.\n\n Y allí lo veo..., por la calle que se despliega al fondo de una parcela vacía cubierta de hierbas ,debajo de la farola, como siempre, esperando inmóvil, esperando su suerte. No tiene documentos, sin ello no podría llegar a ningún sitio. Me da una inmensa tristeza de verlo así, tan guapo, elegante y ahora abandonado, sin conocer su futuro.\n\n De vez en cuando me acerco, lo miro, le paso mis manos y él lo agradece. Me guiñe sus ojos e inmediatamente me abre su interior, invitando al contacto directo. Me recibe con alegría. Limpia ligero su mojada vista para dejarla reluciente. Me envuelve con placentero susurro y así sin más, nos quedamos ambos inmersos en nuestros recuerdos, ayudados a veces de una tenue música.\n\n - ¿Qué será de ti? ¿Cuál será tu suerte? - pregunto, mientras me despido de él con una suave caricia en la mirada, segura de que habrá alguna solución para salvarlo del desguace.\n\n Su dueño... partió hace tres meses... a su último viaje, de donde no hay retorno.\n\n Mientras vagaban mi vista y mis pensamientos, el fresco viento de la mañana trasladaba con determinación las nubes a continente adentro, dejando que el azul del cielo abriera un ojo por donde dejar caer unas franjas de sol sobre coche.\n\n \n\n
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