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 En vuelo hacia nuestro destino... \n\n \n Con mi amiga Ili \n\n( I. PARTE)\n\n Las situaciones que provoca el destino son imprevisibles y misteriosas. Mirando hoy por hoy los últimos cuarenta años, tiendo a pensar en que El Destino es un ente que planificó todo lo sucedido, pues realmente todo parece una coincidencia tal que me supera a mi misma, aunque lo haya vivido y aunque lo esté viviendo.\n\nSomos tres amigas nativas en Budapest, donde nos conocimos muy jóvenes, con una de ellas, Marta, estudiando en la misma secundaria e instituto, ella un grado menor que yo, y con la Ili, ya en otro ámbito. Las tres nos casamos y vivimos en Cuba entre unos veinte, treinta años respecti-vamente, y en la actualidad, las tres nos encontramos en España, y seguimos manteniendo nuestra amistad nacida en la flor de la juventud. Pero el colofón de las coincidencias viene ahora...¡las tres somos del signo de piscis! Cumplimos años tan sólo con unos días de diferencia.\n\nCada año, según donde nos encontremos, nos reunimos para celebrar los triple-cumples.\n\nEste año el encuentro lo organizamos en Madrid, a donde emplazaron a trabajar al esposo de la Ili desde Francia. Digo organizamos, pero en realidad la Marta y yo le ibamos a dar la sorpresa a ella... La Ili lleva ya un tiempo padeciendo de una enfermedad degenerativa, sola no puede ni salir a la calle. Cada tres meses ha de viajar a Budapest, donde recibe tratamientos de celulas madre, que aunque no le curan totalmente, pero sí le detienen el avance de su enfermedad y le hacen sentirse mejor.\n\nComo Carlos, su esposo tuvo que viajar a provincias por cuestiones laborales en esos días que la ibamos a sorprender, y sabiéndolo ella que su esposo no la dejaría sola toda una semana, nuestra sorpresa tuvo que limitarse a ser parcial y decirle finalmente que yo iría..., pero de la Marta, ella no sabía nada.\n\nLa Marta y yo lo coordinamos todo , sacamos los billetes y la reserva del hotel online y nos dispusimos a llevarle a nuestra amiga Ili, junto con la sorpresa, un poco de risoterapia. La risa, por todo lo que nos aporta, es magia, es alquimia...es la mejor medicina! Ha sido científicamente demostrado que el córtex celebral libera impulsos eléctricos negativos un segundo después de empezar a reir, y eso estaba asegurado!\n\nLas primeras beneficiarias de la risas fuimos nosotras mismas, antes de llegar a ver a la Ili. Esa reserva on-line por mucho que promete, a veces hace sus buenas jugadas, sobre todo cuando se hace sin conocimiento pleno del terreno. Yo escogí el hotel sobre el mapa, tomando en cuenta su cercanía tanto a la casa de nuestra amiga, como al aeropuerto. Justo quedaba en medio de los dos. ¡Perfecto!- pensé yo... ¡Ay!...pero la realidad nos dejó en un área de Madrid desconocido hasta por los taxistas......jejjeje. Y por más inri, tampoco había transporte urbano en la cercanía que nos comunicara con la casa a visitar. ¿Qué nos quedaba? Pues gastarnos el dinero en taxis cada vez que salíamos o regresabamos hasta el hotel...En fin, Madrid crece con una velocidad como las plantas en crecimiento en tomas rápidas. \n\nA las dos horas de haber llegado a Madrid nuestra amiga me llamó al móvil con signos evidentes de desesperación, pues llevaba rato ya en la puerta de entrada de su edificio,donde quedamos que me esperaría y yo le respondí, - Ya es...toy llegando...-, casi descubriendo que no iba sola, pero nosotras, en vez de ir directamente a su casa, decantamos por conocer primero la ubicación del hotel y dejar nuestras pertenencias, además de "preparar" bien la sorpresa para ella. \n\nLa Marta con la ayuda de ciertos artificios previamente preparados se convirtió en una viejita de unos 100 años , que una gafa de culo de botella remarcó con perfección. Hasta al taxista de turno le pareció tan real que le ayudó cordialmente acomodarse dentro del coche. Las dos nos tuvimos que imponar un control extremo para no reventarnos de risa, desesperadas ya por llegar al destino y soltarnos las carcajadas reprimidas.\n\nHabía que ver la cara de nuestra amiga cuando me vió en compañía de una anciana toda encorvada, apoyada en mi brazo, arrastrando sus pies con diminutos pasos para mantener mi ritmo, me acercaba a ella...¡ El impacto fue perfecto y el resultado lo esperado al descubrir de quién se trataba! La dósis de adrelanina estaba servida para el primer día...\n\n\n\n (...continuará)\n\n
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