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\n\nDia 4\n \nHoy queríamos un día tranquilo, sin carro (coche), queríamos ver la posibilidad que teníamos de bañarnos y conocer la playa de la zona donde estamos alojadas. Todo prometía un día normal y serenito después del agite de los cuatro últimos.\nHicimos un recorrido "adaptado" hasta llegar al final del paseo. Al llegar al final hicimos balance de la situación y vimos que el baño iba a ser algo asi como imposible solas. Nos fuimos a un chiringuito y después de unas caipiriñas, atender a una docena de vendedores ambulantes y a nuestro amigo Fernando (el camisetero) que nos sacó de algún apuro en el trayecto, nos dispusimos a seguir la busqueda algo más animadas.\nLlegamos a una especie de mirador. La vista impresionante. El mar imponente y unos caballos bajo las palmeras esperando a los turistas para pasearlos por la playa. Mercé ha querido tocar el mar y Xesca (la más decidida) ha llamado a los "jinetes" que tenían cara de aburridos y les ha pedido si podian ayudarla. El reportaje fotografico que os enviaremos en algún momento habla más. Cuando ella estaba disfrutando de su baño convencimos a Juani para que se subiera en un caballo y diera un paseo por la playa... Digno de ver. Después fue Mercè y por último, como no, yo. \nSolo os dire que ha sido una de las experiencias más agradables que recuerdo en estos momentos. Sentir los movimientos del animal al unisono con los míos, el aire del mar y el cachas cojiendome con todo el mimo del mundo... AiHHH!!!! Qué se puede pedir más?\n \nCarmen\n
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