Los edificios que vamos a proyectar, los que aún no existen, son bellos de por sí. Sólo es preciso ir vaciándolos, en el proyecto, de toda la fealdad que los envuelve. \n\n
Ir desnudándolos de lo banal, de lo accesorio.\n\n
Dejarlos limpios, para que sus espacios puedan manifestarse; para que, escuchándoles, podamos conseguir que sean lo que queremos que sean: dignos, dignos de ser considerados como espacios.\n\n
Porque los edificios nonatos necesitan nuestra ayuda para que nazcan bellos y no se conviertan en ese amasijo de espacios cerrados, sin interés, sin belleza, tristes, … sin padres.\n\n
Debemos convertirlos en edificios y espacios en los que sus habitantes encuentren el sosiego y la paz que da la belleza.\n\n
Porque todo esta allí, en el papel.\n\n
Sólo hay que descubrirlo.\n\n\n\n
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