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  • Dios, Verdad, Amor, Patria. Son grandes palabras que las mayúsculas pretenden hacer magnas y que con minúsculas podrían llegar a serlo. Que con mayúsculas parecen ser un fin y con minúsculas sólo un medio para expresar nuestros pensamientos y sentimientos. Otras, han perdido vigencia: Rey, Honor, Papa, Cielo e Infierno.\n\n

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    De hecho creo que siento una aversión instintiva y endémica hacia las grandes palabras, las de las mayúsculas. Las he visto demasiadas veces en discursos vacíos. Porque parece que quieren acercarnos a la perfección. Y la perfección no existe en el hombre. Ni en la naturaleza. Porque andamos un paso hacia atrás para poder andar dos pasos hacia delante. Y eso, en el mejor de los casos.\n.\n

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    No me pronuncio sobre ninguna de esas palabras en su versión mayúscula pues no me siento capacitado para ello. Sólo pretendo despojar esas palabras de ropajes vanos que inflan nuestras bocas y, lo peor, nuestras mentes, despojándonos del tan preciado sentido común. \n\n

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    Me gusta ser coherente en mi vida, en mis obras, en mi pensamiento. Pero la coherencia perfecta tampoco existe. Porque la perfección no es propia del hombre. Porque la búsqueda de la perfección es un camino estéril que te aleja de la realidad. \n.\n

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    Este reconocimiento no es humildad pues tampoco me gusta esta palabra que sustituiría gustosamente por “asunción de tus propias limitaciones”.\n.\n

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    Y no quiero decir, como Groucho Marx (y perdonen esta frivolidad): “Estos son mis principios. Si no les gustan, tengo otros”, frase aparentemente grotesca pero que en realidad es una clara advertencia a tu posible traición al pensamiento por razones varias. Entre ellas, su voluntad de adaptación a la imposible consecución de la perfección por olvido de tus propias limitaciones.\n\n

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    Mi maestro Coderch llamaba a la inteligencia “la gran prostituta” pues constataba el peligro de saber adaptar tu pensamiento a tus conveniencias. Y estas conveniencias no implican siempre intereses económicos, de poder o de prestigio. Tus conveniencias pueden ser también tu voluntad de amoldar tu pensamiento a los lugares comunes de la imposible perfección. La que te impide recorrer el camino pensando que ya conoces su final.\n\n

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  • 2009-01-23 06:37:41
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