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  • Querido Elly: \n\n

    Te sigo escribiendo esta noche. Hace mucho calor y no se puede dormir bien. Teresa se ha quedado un rato con otros dos compañeros en una terraza que hay frente al hotel. Yo estaba muy cansada y me he metido en la cama. En la habitación hay unas poquitas cucarachitas y me he dedicado a inspeccionarla toda bien. Al apagar la luz he sentido que algo rozaba mi brazo y he dado un grito de espanto. Al encender el frontal me he dado cuanta de que era la mosquitera y es que parece que esté sobrevolando en helicóptero. El ventilador hace un ruido de espanto y se mueve mogollón. No sé si apagarlo o qué. Estoy por salir con el colchón y mosquitera al patio. Bueno, te sigo contando. Acabamos de llegar a Djenné hace unas horitas. Aunque seamos poquitos, ya hemos hecho dos grupos para pasear a nuestro libre albedrío. Yo me he ido con tres compañeros del viaje a pasear por sus calles y a buscar un sitio donde tomar cerveza fresquita. Una compañera llevaba la guía y hemos ido preguntando. Hemos atravesado la plaza central donde todavía la gente andaba vendiendo sus cosas. Nos hemos adentrado por unas calles de arena sin luz para ir a un local que decía que servían platos típicos de allí. Hemos preguntado y unos chicos nos han acompañado. Cuando hemos llegado, para nuestra sorpresa, no tenían cerveza y Héctor, otro compañero, y yo, sin cerveza fresquita a estas horas, como que no. Así que hemos vuelto al centro y por fin hemos encontrado otro local en el que si servían cerveza fresquita. Había unos cuantos extranjeros cenando, y allí, para nuestra sorpresa, nos hemos encontrado con los gallegos. Un compañero está mal del estómago y los demás no teníamos mucha hambre, así que hemos decidido pedir cerveza y patatas, a lo español, pero patatas no había, así que nos hemos quedado solo con la cerveza y orejones que todavía me quedaban. Creo que aquí ha sido la cerveza más fría que hemos tomado. Hemos estado charlando de la vida, del viaje. La gallega, encantadora ella, nos cuenta episodios de su vida con gran sentimiento y a la hora de hablar, si es cómico, se ríe a carcajadas y si es triste o trágico, llora. El gallego, escucha y le sigue en sus recuerdos y su mirada. Todos la escuchamos porque tiene un tono de voz que parece que cante al hablar. Héctor también nos ha contado algo de su vida. Héctor es sosegado, escucha y observa mucho, y cuando habla, lo poco que habla, habla no para llenar silencios. Hemos estado hablando también de Pelillos. \n\n

    Esta tarde, mientras esperábamos a que el trasbordador cruzara los coches, hemos estado con unos niños del pueblito que hay allí. Una enorme cola de coches había y mucho caos, pero poco a poco íbamos pasando todos. Cuatro horas hemos estado allí. Una pandilla de nenes se nos ha acercado a pedirnos Cadós, pero hemos acabado charlando con ellos. Había una nena más crecidita o más fortachona que andaba arreando a todos los niños que se andaban peleando por unos globos. La nena y yo nos hemos puesto a charlar, pero arreaba también a algunos compañeros del grupo. Su amiguita, una nenita con cara de tímida no se apartaba de su sombra y nos sonreía a todos con ojitos brillantes. Para que Pelillos, que es nombre literal que nos ha dicho, no estuviese mamporreando por allí, me he puesto a jugar con ella. Nos hemos sentado en uno de los banquitos del muelle y como no paraba de tocarme el pelo, le he explicado si por favor me podía hacer unas trencitas. Ella, Arisa y más niñas que andaban por allí han venido a trenzarme el pelo. Una vez terminada la faena, y Pelillos haber arreado a más de una nena, la he hecho sentarse a mi lado y le he hecho una coletita y un lacito. Todos le hemos dicho lo guapa que estaba, y ella por primera vez a dejado de arrugar su nariz y ojos para mirarnos con vergüenza, hasta que unos niños se han reído de ella y ella les ha contestado con vozarrón y agitando sus manos al aire en plan amenaza. Así que para calmar el ambiente, he sacado una libretita y un boli y allí que nos hemos puesto a dibujar. Ella me iba diciendo y yo le iba pintando. Yo iba pintando y explicándole. Había una escena en la que la he pintado a ella, a sus padres a su amiga Arisa en una casita, con árboles, solo y pájaros. Ella quería que le dibujase también un coche. Las nenas miraban con emoción. Unos señores que se encontraban al lado también miraban el dibujo y se reían. No parecía pintado por un adulto, sino por una niña. Pero las niñas, estaban emocionadas. Así que página tras página, una casita, un coche, una bici, un perro, una ballena se ha ido llevando de regalo, pero las otras nenas también querían y dibujitos intentaba haber para todas. \n\n

    Durante el resto de horas que teníamos que esperar, hemos estado paseando arriba y abajo por el muelle, saltando y cantando. Los otros niños jugando con los globos. Pelillos intentando hinchar un globo. David y Lucía jugaban con uno de los niños más pequeños. \n\n

    Pelillos era una niña, pero tenía voz y mirada de mayor, pero corazón de niña. Hubo un momento en que me llamó “mamá” y algo en mi interior se derrumbó. Cuando nos teníamos que subir al barco, Pelillos, Arisa y el pequeño siguieron corriendo a nuestro lado. La despedida hasta el último momento fue triste. \n\n

    \n\n

    La vi subir al barco, la con ojos preocupados, la vi salir, juntarse de nuevo con su pandilla de amigos, la vi mirar el barco, agitar su mano y echar a saltar rumbo a su casa junto con los demás. Correteando entre dunas de tierra y objetos tirados al suelo. \n\n

    Imaginaba a su familia, tantas calles y aldeas hemos visitado, donde estos niños que corretean juntos tienen a sus padres, tienen a su madre, que los educan, les dan lo que pueden, y les cuidan y hacen todo lo que pueden para que salgan adelante. \n\n

    Pensaba en la vida dura de sus madres, de sus padres, pensaba en la vida dura de las mujeres, de los niños. En la vida dura y en las tragedias cotidianas y diarias que ellos enfrentan con las enfermedades, las muertes, la desigualdad. Madres que todo el día están trabajando de sol a sol, mujeres que son tratadas como “mujeres” antes que personas, padres que enseñando o intentando que sus hijos sobrevivan es poco y mucho. \n\n

    Pelillos me recordó a unas niñas con las que trabajé en mi país, en mi ciudad. Niñas de un barrio apartado y olvidado. Niñas con muchos problemas que estas niñas no tenían, porque es diferente, pero niñas que se criaban en familias donde la mujer es “mujer” y no persona. Recuerdo un invierno, estas niñas duras, pero niñas, cuando unos regalos hechos a mano, y que fueron criticados entre sonrisas por lo mal cosidos que estaban, unos coleteros, me pidieron que les hiciera una coleta. Una de las niñas, la más pegona y violenta, de mirada adulta, pero corazón de niña, me dijo mientras la peinaba “me recuerda a una vez que mi madre me peinó”. Y en aquel entonces en los que yo contaba con veintipocos años, también me derrumbé. Y más me derrumbé cuando años atrás, volví a cruzarme en la vida con esta niña que ya era una mujer, pero que a los ojos de los demás, era una cualquiera y nunca tuvo la oportunidad en esta sociedad tan descabellada, de ser persona. \n\n

    Sólo deseo que Pelillos haya llegado a su casa, y puede que haya una familia que le dé mimos, o a lo mejor no, pero que cuiden de ella para que sobreviva. Quiero imaginar que Pelillos, en el futuro, será como muchas de estas mujeres que por allá también se ven, siendo mujeres-personas, y que tendrá su cooperativa, tendrá su trabajo, se tendrá a ella misma, y tendrá cariño, y tendrá amor, y muchos niños a los que ella ame, tendrán su cariño, aunque a veces, frunza el ceño y los ojos. \n\n

    Un abrazo, Elly.\n\n

    Tu amiga, Julia\n\n

    \n\n

    P.D. \n\n

    Elly, este es un tema tan amplio, tan difícil y tan tremendo de hablar que, poco a poco, te iré explicando en otras cartas. La vida del hombre siempre es dura, pero la de las mujeres, siempre ha sido más. Los hombres, han tenido su espacio de acción. Las mujeres, han tenido que luchar por él. Y los niños y niñas, siempre, sufren de esta separación social y de poder. Cuanta más igualdad para todos, mejor para todos. Cuanta más igualdad y respeto por todos nosotros como personas (no por géneros ni edades ni nada de nada), que es lo que todos somos, personas, nuestros niños vivan y sientan, mejor para ellos, mejor para todos. Nuestro derecho es defenderla. Por nosotros y por los demás. Porque todos somos humanos, y la humanidad es de todos y es nuestra responsabilidad luchar por ella. No nos la carguemos. Alimentemos, hagamos que crezca como siempre hemos hecho, y que crezca y que viva, quiera como quiera, pero humanamente. \n\n\n\nIsmael lo - la femme sans haine\n\n\n \n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n

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  • 2008-12-06 15:07:50
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  • Cartas a Elly (16)
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