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  • \n(Editado)\n

    Querido Elly:\n\n

    No he pegado ojo en toda la noche. Hacía un calor extremo y esto de tener que dormir en manga larga me ha desesperado. \n\n

    En el desayuno muchos compañeros dicen que han dormido en manga corta y muchos en ropa interior encima del saco sábana. Muchos de ellos ya han recorrido mucho mundo, y nos han dicho que mientras la mosquitera esté bien enganchada o nos echemos repelente, no pasa nada. Así que habrá que empezar a quitarse ropa porque lo que he sudado esta noche ha sido indescriptible. \n\n

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    El desayuno de hoy ha sido café, leche en polvo y pan con mermelada, y hemos seguido nuestro camino hacia el noreste del país. \n\n

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    Ayer, camino hacia Boala, pasamos por Kaya. Allí tenían un mercado con cosas verdaderamente maravillosas. Trabajaban el cuero. Después paseamos por sus calles, entre sus puestecitos callejeros. \n\n

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    Hemos visitado una aldea separada del campamento donde dormimos, pero que ellos la gestionan. Allí rodeados de campos de mijo y estos árboles que me atraen mucho por su esquematismo. \n\n

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    En el campamento donde nos hemos alojado hombres y mujeres se dedicaban a su vida y su mantenimiento. Una vez nos distribuimos en las cabañas donde íbamos a pasar la noche, salimos por el campo vecino a hacer una pequeña visita a la aldea. Las mujeres trabajaban en el campo o se subían a los árboles para recolectar hojas. Primero, hemos ido a visitar al jefe de la aldea y nos hemos saludado y charlado con él. Estaba sentado en una silla de madera, tranquilo, reposando su vejez. Después hemos visitado a las mujeres y niñitos. Transportaban capazos de semillas que luego molían en una máquina manual. Allí estaban todas congregadas junto a nosotros mirándonos con inquietud y sonrisas, y nosotros igual. Cerca de esta choza había una enorme roca donde cuatro buitres estaban allí descansando. Las mujeres van cargadas con sus niños a la espalda en la aldea y en el campo. Después hemos conocido al Señor del fuego. Encargado de hacer fuego manualmente frotando dos piedras y un amasijo de algodón. Unos niños de la aldea nos han acompañado todo el camino y ellos también han ayudado al hombre de fuego con el fuelle para avivarlo. Todos sonreían. Todos sonreíamos. \n\n

    Los niños se reían mucho cuando alguno de nosotros ha intentado prender fuego con las piedras animado por el hombre de fuego. El hombre de fuego también ha reído. Era menudo, completamente flexible, allí sentado sobre el suelo y un techo de paja, guardando sus utensilios, tan importantes para él, con mucho cuidado, orgullo y mimo, en una bolsita que a mí me pareció aterciopelada y posiblemente era de tela basta. \n\n

    Después de esta visita, otra vez por el campo, volvimos hacia el campamento. Allí, el grupo de franceses, los que cuidaban el campamento y niños que salieron por todas partes del campo se arrimaron para presenciar en el atardecer una danza tribal. Llegaron unos señores con sus atuendos sencillos pero vistosos, sus instrumentos y junto con sus voces y cuerpos danzaron alrededor de nosotros. Yo miraba sus semblantes solemnes en la danza. Sus movimientos rítmicos y sus voces. No sabía bien si esto se organizaba de manera regular entre ellos o era una simple actuación para los extranjeros que se dejaban caer por allí. Pero veía salir de todas partes a los niños del campo, bailando, todos disfrutando, convencidos y concentrados en sus bailes, su música. Según la guía que compré en España, esta zona es la menos conocida del país, pero la más rica en cuanto a costumbres y variedad etnográfica. \n\n

    En el campamento hay una imagen que se me ha quedado grabada. Mientras las mujeres preparaban la cena, una de ellas estaba amamantando a su niño sentada en una silla. Cerca del basurero donde queman los desperdicios, había dos buitres. Buitres que también vi en la roca que estaba en la plaza de la aldea mientras los aldeanos trabajaban. Buitres que vi sobrevolando por el cielo. \n\n

    En esta aldea también vi niños y mujeres, pero me dio la sensación que no estaban tan sonrientes como los niños que paseaban por las calles de Kaya. Pero es un tema del que ya hablaremos más adelante, cuando tenga una visión más amplia. \n\n

    En principio porque el trabajo y la vida en el campo, con todo lo que conlleva siempre ha sido muy duro. Y en especial, con las mujeres y niños. Vamos a seguir visitando comunidades, pueblos, ciudades por todo el país y ya te contaré más sobre todas estas impresiones. \n\n

    Algunos niños que nos hemos ido encontrado en poblados o en el campo en las paradas que hacíamos en el camino nos pedían “cadó”, el regalo, pero hemos hablado sobre este tema con Ado, también con los compañeros que han viajado por otros países. Es un tema espinoso. Pero finalmente hemos decidido no dar cadós, sino dependiendo de las situaciones de cada uno, o darlos a organizaciones o centros de confianza que puedan distribuirlos. En otro poblado por el que pasamos antes, hemos dejado en un colegio unos cuantos bolis, lapiceros y libretas. El señor que llevaba la escuela y que no permitía que los niños anduvieran pidiendo cadós, ha anotado en su libreta todo lo que le íbamos dando. Allí tenía anotado todo lo que otras personas han ido aportando a la escuela. Los niños sin cadós, seguían con nosotros, sonriendo, preguntándonos y contestando a nuestras preguntas, siguiendo nuestros juegos y proponiéndonos más juegos. \n\n

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    En Bani, con el guía local, hemos visitado la gran Mezquita. Tienen nueve mezquitas de abobe. Los niños y algunos hijos del guía local nos han acompañado durante todo el trayecto. Nos hemos adentrado en su oscuridad y hemos subido a su torre, acompañados por todos. \n\n

    El guía nos ha ido explicando un poco el tipo de construcción y su historia. Ado, iba traduciendo, ayudado por una de las compañeras en los términos que más dificultad tenían para él. Ado nos ha contado que estudió en Cuba la carrera, pero que después de ocho años volvió a Burkina. Le encantó el país, pero echaba de menos su familia, sus amigos y su tierra, y volvió para acá. No pudo ejercer de ingeniero agrónomo y se dedicó a ser guía. Dice que su trabajo le encanta. Pero que está perdiendo un poco el español. \n\n

    \n\n

    Después de esta visita hemos hablado un poco sobre las religiones en Burkina Faso. Ado es musulmán, Pierre es católico (en el retrovisor tiene colgadas unas estampitas de la Virgen y un perrito de llavero. Ya nos habíamos fijado) y Buba es animista. En el coche hemos hablado de la política en su país y de las religiones, y las costumbres. Pero es un tema que hasta que no sigamos hablando y viendo sobre el terreno, todavía no tengo una visión clara. \n\n

    Hoy, durante todos los trayectos en el coche y cuando paramos a refrescarnos, hemos hablado un poco sobre este tema. \n\n

    \nAhora estamos en una pequeña ciudad, las habitaciones son como una especie de barracones. Hay dos personas más alojadas. \n\n

    Esta noche hemos cenado cuscús con salsa de tomate y pollo. \n\n

    Elly, te cuento todo esto porque tú siempre dijiste que no habías salido nunca de Banfora, de donde tú eras, excepto a la capital, . Banfora es la última región que vamos a visitar después de este recorrido por el norte de tu país y cruzar a Malí. Y todavía no sé si se parecerá en algo todo lo que estoy viendo por aquí o no a tu región. Así que, cuando me contestes, hablaremos de todo esto.\n\n

    Un abrazo, amigo.\n\n

    Pd. \n\n

    Aquí estoy escribiéndote con el frontal. Hoy duermo en pantalón corto... tapada con el saco sábana hasta el cuello. ;) Me aseguré de colocar bien la mosquitera, pero parece que aquí hay muchos mosquitos. Estoy viendo a uno con las patitas agarradas a la tela. Voy a pulverizar la tela y a apagar la luz. \n\n

    ¡¡Hasta mañana!!\n\n\nEF4: Ismaël Lo - La femme sans haine\n\n \n\n\n\n\n\n\nGeorges Moustaki - Declaration\n \n\n\n\nLetra de la canción "Déclaration"\n\nDECLARACION( GEORGE MOUSTAKI) \n\nDeclaro el estado de felicidad permanente y el derecho de cada uno a todos los privilegios. Digo que el sufrimiento es un sacrilegio cuando hay para todos rosas y pan blanco. \n\nImpugno la legitimidad de las guerras, la justicia que mata y la muerte que castiga, las conciencias que duermen en el fondo de su cama, la civilización en brazos de los mercenarios. \n\nObservo morir este siglo que envejece. Un mundo diferente reaparecerá de sus cenizas pero ya no basta simplemente con esperarlo: Lo esperé demasiado. Lo quiero ahora. \n\nQue mi mujer sea bonita a cada hora del día sin tener que disimularlo bajo el maquillaje y que no haya que dejar para más tarde el deseo que tengo de ella y de hacerle el amor. \n\nQue nuestros hijos sean hombres, no sólo adultos y que sean lo que queríamos ser antes. Que seamos hermanos camaradas y cómplices en vez de ser dos generaciones que se insultan. \n\nQue nuestros padres puedan finalmente emanciparse y que tengan tiempo de acariciar a su mujer después de toda una vida de sudor y lágrimas y de los períodos de entreguerras que no eran la paz. \n\nDeclaro el estado de felicidad permanente sin que sólo sea palabras con música, sin esperar que venga el tiempo mesiánico, sin que se vote en ningún Parlamento. \n\nDigo que, en adelante, seremos responsables. No daremos cuenta a nadie y a nada y transformaremos la casualidad en destino. Solos a bordo y sin amo y sin dios y sin diablo. \n\nY si quieres venir, pasa la pasarela. Hay sitio para todos y para cada uno pero nos queda por hacer camino para ir a ver brillar una nueva estrella. \n\nDeclaro el estado de felicidad permanente. \n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n

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