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  • En Maputo, visitar el Mercado do Peixe resultó de lo más colorido y sabroso. Fuimos el primer día y el último. El primer día, llegamos allí al atardecer, después de un fuerte aguacero e inundaciones que nos choparon de pies a cabeza durante la mañana. Al llegar por primera vez allí, entramos en calor, en el alma. \n\n

    La entrada la haces por los puestos de venta. Peces de un tamaño enorme, gambas enormes, almejas, enormes, todo enorme allí y con una pinta exquisita. Recién traídos en las barquitas con las que todas las mañanas, salen sus pescadores hacia su querido y amado mar a navegar, a remo y a vela, entre delfines, ballenas y aguas cristalinas. Allí en el mercado vas preguntando los precios y siempre hay conversación con ellos y acuerdos mutuos, entre sonrisas y manos estrechadas. Te pesan el kilo o medio kilo con una báscula manual, y te lo llevas en bolsas de plástico. Entonces, pasas a la parte interior del mercado, una placeta llena de restaurantes y mesas de plástico o madera, y jóvenes que intentan captar tu atención para que vayas al de ellos para cocinártelo es la trastienda del Mercado do Peixe. Eliges el restaurante que más te guste y te lo preparan. Pagas la cocina y los acompañantes y bebidas que desees. \n\n

    Internacionales y nacionales comen todos juntos en estos restaurantes. El primer día que fuimos, la inmensa parte del mercado estaba lleno de barro y hacía frío. Todavía estábamos tremolando por la humedad y del susto de la mañana, de nuestro primer día en Mozambique, en Maputo. Vimos un restaurante con toldo de plástico bien resguardado y allí nos metimos. Una enorme familia se encontraba allí, fumando, bebiendo y charlando. La música que sonaba me gustó. \n\n

    Mientras esperábamos, tomando cervezas, la hora y media que suelen tardar en preparar la comida, ¡¡¡Y qué comida tan sabrosa!! A.K nos dijo:\n\n

    - Vaya. Los que están aquí al lado son músicos. Estamos al lado de un gran músico de aquí. \n\n

    El hombre, elegante y moderno pasó por delante de nuestra mesa con una copa, y se sentó cerca a fumar su tabaco.\n\n

    - ¿Quién es?\n\n

    - ¿Recuerdas la música que sonaba en el coche? ¿Cuándo me has preguntado quién era el grupo? Pues él es el cantante y hay algunos del grupo también.\n\n

    Yo, que cuando alguna persona conocida me gusta y me dicen, “Ahí está”, me pongo más tonta y más patosa, que parezco de peli de serie B de humor. Allí estaba hablando y mirando de reojo con una sonrisa atontada y con ganas de decirle que lo habíamos escuchado en el coche y que nos había gustado mucho su música, y que.... esperando a que te miren de reojo y te digan “Anda y déjame en paz con la familia y los amigos” \n\n

    Con un cantante, que era del barrio de unos amigos míos, lo vi un día en un bar que me encantaba frecuentar, por las patatas bravas tan ricas y por el nombre con el que parte del barrio conocía aquel local y que era, para reír, comer, disfrutar, y no mirar detalles internos. Allí lo vimos dos veces, pero me dijeron; “Calla, come y bebe y no hagas el pato.”\n\n

    La cuestión es que otro día, paseando por un hermoso parque de la ciudad, vimos sentado un domingo a un gran sociólogo mozambiqueño. Sentado solo en una terracita y leyendo un libro. Me compré varios libros suyos. Pero este parque y este sociólogo son otro post. \n\n

    A la hora y media, sacaron de la cocina matapa, patatas, una estupenda bandeja de gambas y un plato de pescado, que ante nuestra exclamación y excitación, los camareros sonreían. ¡¡¡Qué fabulosas gambas a la brasa y pescado!! ¡¡Qué fabulosos pescadores y vendedores!! ¡¡Qué fabulosos cocineros!!\n\n

    El último día, un día soleado, con una luz radiante, con el corazón lleno de todo lo que nos había dado tiempo a conocer del bellísimo Mozambique, volvimos al Mercado do Peixe, pero el cantante, que ya conocía en mi alma, después de haberlo escuchado día tras día visitando su hermosísimo país y gentes, después de habernos acompañado su música durante la travesía, ese día, no estaba. Y mi despedida de todos los sitios por donde pasábamos fue\n\n

    ¡¡Muito Obrigada!!\n\n\n \n\n \n\n \n\n\n\n\n\n \n\n\n\n \n\n\n\n \n\n\n\n\n\n\n\n\n

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