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    A través de la llanura sin fin

    Capítulo 12 \n\n

    Era un día cualquiera. Necesariamente no fin de semana. Desde que llegó allí los fines de semana habían dejado de existir. Todo era un continuo, pero no monótono tiempo. Aquella semana había sido cansada, como siempre. Haciendo, haciendo, entre todos, poquito a poco, creando cosas, terminando proyectos, iniciando otros nuevos.\n\n\n\n

    Había escuchado las noticias, de las buenas, y bestaba contenta como unas castañuelas, de las absurdas, con las que se indignaba, y de las horribles, con las que su corazón se encogía hasta doler. Había leído las noticias sobre otros proyectos, cómo les iba, problemas que estaban afrontando, cómo los estaban resolviendo. \n\n

    Lucía aquella tarde se encontraba en la terraza escuchando música. Se había dado una ducha ligera, y vuelto a vestir con ropa cómoda. Había conversado con Julius y Saron de la vida y había aguantado sus bromas sobre bodas, enamoramientos, de los hijos, y los no hijos, y la edad de la mujer, y la edad de los hombres, y que mujer sola dónde iba, y qué hombre solo, dónde iba, y, reían con las bromas y se daban golpecitos en la espalda o se abrazaban las manos. Saron, tenía a su hijo enfermito, desde hacía tiempo, pero aprovechaba para reír en cualquier ocasión y gastar bromas. Y siempre gastaba muchas y se reía mucho de las que le gastaban. \n\n

    Tomás, se encontraba viendo la tele con un grupo de turistas, y Julie, jugaba con las hijas de Sasa.\n\n

    Ella, se encontraba sola, sentada al borde de la terraza, fumando y bebiendo una cerveza. Su cabeza se abstrajo y voló a cientos de kilómetros y años de allí. Empezó a recordar, a recordar en soledad, mientras daba una calada al cigarro y un trago a la cerveza. Sin saberlo ella, su corazón latía con intensidad y con un pequeño dolor, recordando todo lo hermoso que había vivido, y luego se paraba, retomaba el ritmo, para nuevamente volver a sentir fuertes sacudidas. Recuperaba el recuerdo de lo vivido y se paraba allí donde su mente quería. Entonces, desde todo lo recordado y perdido, imaginaba posibles caminos que no pudieron ser, y sentía como esos recuerdos la habían abandonada para vivir vidas paralelas entre las tinieblas, como si en ese mundo en el que vivía, sus sueños incompletos hubieran seguido su rumbo sin ella. Como si hubieran desaparecido de este mundo. Y a veces, le venía una gran añoranza, otras, sentimiento de culpabilidad, sin saber bien por qué, y otras mucha pena mezclando lágrimas de hermosura y tristeza. Y el corazón, le volvía a latir con un dolor leve. También su mente se iba hacia el futuro, y soñaba con un montón de cosas, y su corazón latía con fuerza y emoción, hasta agotarlo. \n\n

    Sasa se acercó y se sentó a su lado. Ya conocía bien los viajes que Lucía hacía en soledad. \n\n

    - Oye, Lucía. ¿Dónde estás?\n\n

    - Aquí\n\n

    - No, no estás aquí. No sé dónde estás pero aquí no. \n\n

    - ¿Y si no estoy aquí, dónde estoy?\n\n

    - Tú sabrás, maja, pero ¿te has dado cuenta de que ya te has fumado tres cigarros sin parar?\n\n

    - Pues, es verdad. Aquí veo las colillas. \n\n

    - ¿Te has dado cuenta de que el pajarito hace un rato que está cantando?\n\n

    - ¡¡¡Pues es verdad!! Si aquí estaba esperándolo. \n\n

    Y se volvió a encender un pitillo mirando al pajarito y escuchándolo. \n\n

    Sasa meneó la cabeza. \n\n

    - ¡¡Por lo menos, has despertado!!! Hans llamó esta tarde. Dice que dentro de unos tres días pasará a buscaros para cenar en su casa. Le pregunté por el león, y me dijo que ayer lo volvieron a escuchar y que pasó algo increíble, pero no lo ha querido contar porque dice que quiere ser él mismo el que os lo cuente a vosotros. ¡¡¡Este Hombre!!!!! Aquí, a cada uno os da por una cosa. \n\n\n

    - ¿Y tú qué? ¡Anda! ¿Dónde está el cuaderno?\n\n

    - Hoy no escribí nada. \n\n

    - ¿Y eso???\n\n

    - Porque lo hago mal. Escribo fatal. \n\n

    - ¿Qué lo haces mal? Pues mira guapa, cuando tú dejes de decir que lo haces mal, yo dejaré de fumar. \n\nY las dos se quedaron en silencio escuchando al pajarito, mientras la hermosa tarde iba cayendo sobre el parque. Y aunque en silencio estuvieran, en nada pensaban. Sólo escuchaban al lindo pajarito, que todas las tardes, en la terraza de Sasa aparecía. Y entre el canto y la inmensa llanura, sus corazones volvieron a latir al ritmo de la vida que a través de la llanura se extendía.\n\n

    Hans, allí abajo, en su casa metida en la espesura de la llanura, leía un libro acompañado de un licor y de música. Y cada vez que pasaba página, levantaba la vista, para admirar el atardecer. \n\n\n \n

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  • 2009-05-23 20:20:05
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  • Viajando al interior del corazón del león (12)
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