PropertyValue
opmo:account
is sioc:container_of of
sioc:content
  • A través de la llanura sin fin \n\n

    Capítulo 20\n\n

    \n\n

    El calor era extenuante aquella mañana. Era uno de esos días en los que parecía imposible dar dos pasos seguidos sin caer fulminados por los rayos de sol. \n\n\n\n

    Sasa se encontraba en la terraza limpiando la barra. Estaba preocupada. Antes de llegar al hotel había ido a visitar al pequeño enfermito. No mejoraba. Le llevó algunos comestibles y ropita con la que se había hecho en el hotel y en la cooperativa. Su madre se había hecho a la idea de que aquel niño, iba a vivir poquito. Enfermito cayó a los dos añitos. Hasta los cinco años, los niños se ponían enfermitos. Las condiciones de vida, la falta de asistencia médica... Los niños que a los cinco años habían sobrevivido, eran los niños descalcitos que correteaban por el valle. Con su sonrisa y su esperanza, sin saber todas las demás cosas a las que la vida, de nuevo, los iba a exponer. Aquel niñito, era uno entre muchos. A ella le aterrorizaba que Arisa se pusiese enfermita. Sólo contaba con tres años. Sanga ya era mayor. Sus siete años así se lo confirmaban. \n\n

    Sasa habló con la madre, y le dio fuerzas y esperanzas. La madre se lo agradecía y le sonreía. \n\n

    - Es mi niño enfermito, es su vida y con él voy a estar hasta el último momento. \n\n

    Decía mientras lo acunaba. \n\n

    - El trabajo en el campo me impide poder cuidar de él como debería, pero las mujeres de la cooperativa me están ayudando. Hacen parte de mi trabajo para que pueda atenderlo. \n\n

    Sasa se quedaba en silencio. \n\n

    - ¿Puedo ayudarte en algo más?\n\n

    - Sí, vamos a cantarle. Vamos a cantarle que eso a él le gusta. \n\n

    Y la mujer empezó a cantar con una voz dulce, tierna, pero fuerte, salida del alma. \n\n

    Sasa le siguió en sus cantos. \n\n

    El pequeño, con los ojos medio abiertos, les miraba. \n\n

    - ¿Sabes lo que va mal? Las cosechas van bien, pero el precio que nos están dando desde allá, baja y baja. Después dicen que el producto, lo venden a precios desorbitados fuera de aquí porque la gente tiene dinero para pagarlo. Pero aquí no llega casi nada. ¡¡Maldito señor dinero!!\n\n

    - Yo no comprendo de eso. Pero mujer, tú ahora no te preocupes de esas cosas. \n\n

    - ¿Por qué no?\n\n

    - Porque bastante tienes con tu niño.\n\n

    - Mi niño y yo nos tenemos el uno al otro. A nadie más le importamos. Yo sólo quiero que mi niño sea feliz, pese a lo que tiene. Mi niño es fuerte, y yo también. Está maldita enfermedad es lo que lo está matando. Pero los dos luchamos hasta el último momento. Ya sabemos lo que va a pasar, pero por eso, no nos vamos a dejar de preocupar por lo que está pasando, por lo que pasa, ni dejar de vivir ni de luchar. Mi niño no lo hace, ni yo tampoco. Los dos lo sabemos y los dos nos apoyamos. Los dos somos fuertes.\n\n

    Y volvió a cantar, mirando la cara de su niño y apartándole las moscas que alrededor volaban. \n\n

    Ahora nos vamos a trabajar.\n\n

    La mujer se levantó sin dejar de cantar con su niño a cuestas y se despidió de Sasa. \n\n

    \n\n

    Sasa ahora limpiaba con furia las mesas y las sillas, recordando la fortaleza de aquel niño y aquella mujer, pero no podía dejar de pensar en Arisa. \n\n

    \n\n

    Al mediodía, cuando el calor acribillaba los sentidos, llegó Lucía con Neyare. Neyare andaba llorando y llorando. \n\n

    - ¿Qué le pasa a Neyare?\n\n

    - Que Sabo se va para el extranjero. \n\n

    - ¿Qué Sabo se va para el extranjero?\n\n

    - Sí. Finalmente es lo que ha decidido. \n\n

    - ¿Pero en qué estará pensando este Sabo?\n\n

    - Lo que muchos piensan. \n\n

    - Pero ¿cómo va a ir?\n\n

    - Nadie sabe. A nadie se lo ha dicho. \n\n

    - ¿Y Neyare por qué llora?\n\n

    - Porque lo ama y ella confía en todo lo que aquí se está haciendo, desde la cooperativa, pero él le dice que eso son cosas de mujeres, que ella no lo quiere lo suficiente, porque si no, con él iría para empezar los dos juntos una nueva vida, un nuevo futuro, y que ese trabajo, para nada sirve y mucho tiempo le consume. Que nunca van a lograr nada así. Que en la vida hay que romper con las cosas. El y ella crear su vida, aunque lejos de la familia sea. El siempre lo ha dado todo y nada ha recibido, nadie ha recibido nada, se siente muy injustamente tratado por todos y que el pelo a todos están tomando. Y él no soporta que nadie le tome el pelo. El quiere irse con ella, él que la quiere con locura, pero no se va a quedar más tiempo desperdiciando su vida. \n\n

    - ¿Dónde está Sabo?\n\n

    - Nadie sabe. Igual ya se ha marchado.\n\n

    - ¿Y Neyare?\n\n

    - Llora y llora. \n\n

    La tarde les llegó a las mujeres charlando en la terraza, junto con otros muchos compañeros trabajadores del hotel. Las risas se hicieron sonar, pese a que las mujeres tristes estaban, pero sonreían. Al caer la tarde, Sasa dio un grito. \n\n

    - Ahí está.\n\n

    - ¿Quién?\n\n

    Respondió exaltada Neyare. \n\n

    - ¿El pájaro? \n\n

    - ¿Qué pájaro?\n\n

    - Un pájaro que todas las tardes se posa en la rama y me canta. No sé lo que canta, pero siempre viene a la misma ahora, solo, y en la rama se posa mirando hacia la llanura. Y canta y canta ajeno a todo. \n\n

    Y todos los que allí estaban se quedaron escuchando el canto del pájaro. \n\n

    \n\n

    \n\n

    Esta es la historia de \n\n

    Un pájaro que no se pensaba pájaro\n\n

    Y nunca aprendió que su medio\n\n

    Era el aire\n\n

    Y volar le daba miedo\n\n

    Y solo se dedicó a cantar\n\n

    \n\n

    \n\n

    Amor\n\n

    Que cuando llegas con fuerza

    Me haces volar y me equilibras\n\n

    Amor

    que sin ti\n\n

    Vuelo con las ráfagas\n\n

    y a la deriva\n\n

    A veces bien \n\n

    para el espíritu que se expande\n\n

    A veces mal \n\n

    para la salud\n\n

    y el espíritu que se encoge\n\n

    \n\n

    Por ti y por mí\n\n

    Amor\n\n

    Te tengo que olvidar\n\n

    Porque sin ti me consumo\n\n

    Y olvidándote\n\n

    Quizá pueda\n\n

    Vivir\n\n

    De otra manera\n\n

    Pero vivir\n\n

    Todavía no sé cómo\n\n

    Que esperarte me consume\n\n

    Recordarte me hace feliz\n\n

    Me hace sentirme que viva\n\n

    Estuve y estoy\n\n

    Que tenerte y perderte\n\n

    He aprendido que así es la vida\n\n

    Pero me entristece\n\n

    Hasta el infinito\n\n

    Me confunde \n\n

    Prometo amor\n\n

    Que sin que lo sepas\n\n

    guardado te llevaré\n\n

    Para que me equilibres\n\n

    en el vuelo, y no te olvidaré\n\n

    Sin tenerte\n\n

    En este vuelo\n\n

    En el que creo\n\n

    Que ensayo y alzo. \n\n

    \n\n

    Todos los presentes en la terraza, se quedaron escuchando el canto del pájaro que no comprendían. Al momento, volvió la conversación pausada y las sonrisas. El pájaro echó a volar y la noche entraba. Los turistas a la terraza se acercaban, poco, pero se acercaban. \n\n

    Todos los trabajadores, al levantarse de sus sillas, sintieron como si volaran. Y pasito a pasito se retiraron, para descansar y empezar un nuevo día con los pies en al tierra, pero sintiendo que volaban, en la nueva madrugada, creyendo en lo que creían y haciendo, todos los días, por ello.\n\nLos turistas, en la terraza seguían, contemplando la llanura, que se expandía y se perdía a sus ojos, hablando y hablando.\n \n\n\n\n \n\n\n\n \n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n

sioc:created_at
  • 2009-06-20 12:56:05
is sioc:creator_of of
is opmo:effect of
sioc:has_container
sioc:has_creator
sioc:has_reply
opmo:pname
  • http://lacomunidad.elpais.com/africaverde2/2009/6/20/viajando-al-interior-del-leon-20- (xsd:anyURI)
sioc:title
  • Viajando al interior del corazón del león (20)
rdf:type

Metadata

Anon_0  
expand all