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  • A través de la llanura sin fin (24) \n\n

    El diario de Julie (V)\n\n

    Querido Jambo:\n\n

    Habari za jioni. ¿Habari gani? Mimi nzuri sana. ¿Habari baba, mama, kaka, dada? \n\n

    Espero que salama. ¿Sabes?, Tomás se ha marchado con Hans. Tía Lucía dice que Tomás se estaba poniendo malito con el aire de aquí y que igual necesitaba los aires de allí para poder respirar bien. Por eso se ha marchado antes de hora. Nosotras iremos este fin de semana. A mí eso me pasó hace unos años. El clima de mi ciudad no me sentaba bien y me ponía malita. Me dolían todos los huesos. Así que tuve que irme una temporada con mis abuelos que vivían en el interior. Era en invierno y eso me parecía raro. Allí me decían que el aire del pueblo me sentaría bien. Me prepararon una gran maleta y me matricularon en un cole allí para seguir pintando y cantando. Yo lloré mucho y mucho porque me iba a quedar yo sola allí, pero mis padres con mucho mimo y tranquilidad me lo explicaban. Cuando mis padres se marcharon, lloré y lloré y con nadie quería hablar. Aquel piso era grande y tenía mucho pasillo y me daba miedo. Creo que estuve todo un día llorando y al cole no quería ir. La verdad es que mis padres venían a visitarme varias veces a la semana. A veces mi padre con mi hermana, otras mi madre con mi hermana, pero siempre que venían, yo pensaba que era para llevarme con ellos, pero no era así, y ellos con mucho mimo me explicaban y me hacían razonar, pero yo montaba unos dramones cada vez que se iban como en los dibujos animados japoneses. Todos me decían que no hablase así. Que no me pusiese así, que si mis primas también habían pasado allí semanas con los abuelos más contentas que unas castañuelas. Insistía a mi hermana para que los convenciese, no les dejaba salir por la puerta, me tiraba al suelo, les decía que no me abandonasen, me enfadaba con ellos y no quería darles besos de despedida y me encerraba en un cuarto y me negaba a jugar con otros niños. Mis padres lo pasaban muy mal. Recuerdo que a los pocos días, el dramón había pasado. Empecé a tomar más confianza con la casa, la verdad, es que recuerdo que cuando se iban, con mis pobres abuelos apesadumbrados, hacía muchas cosas de las que me acuerdo y siempre recordaré. Dormía en una cama muy alta, y todas las noches mi abuela me arropaba. Me vestían con un montón de ropa bonita, toda blanca, y encima me ponían el vestido. Después, con mucho mimo y un poquito de agua me peinaban y me lavaba la cara. Por las mañanas hacía mucho frío, pero mis huesos no lo notaban. Las sopas de pan con leche del desayuno eran mi delicia y el arroz caldoso del mediodía. Empecé jugando solo en la cocina y la galería, pues así estaba siempre al lado de ellos. Después me empecé a aventurar por los pasillos y a reconocer cada habitación y hueco de la casa. Como al principio no quería jugar con los niños del pueblo, jugaba en la casa yo sola, ¡y me acuerdo de tantos juegos que inventaba! Después ya empecé a jugar con otras niñas y niños. Primero, los vecinos. En casa de mis abuelos o en la suya. Después en la escalera del edificio y el ascensor, que nos reñían mucho. Después en la calle y en el parque con otros niños. \n\n

    Tomás no ha llorado cuando se ha ido con Hans. Claro, él ya es mayor y yo, ahora que soy mayor, tampoco lloraría, creo. No lloré cuando me vine con tía Lucía. \n\n

    Hoy, tía Lucía, Julius, Neyare y yo hemos ido a una ciudad grande. Tenían que hablar con unos señores del gobierno, pero los señores del gobierno cuando hemos llegado no les podían atender, así que nos hemos ido a pasear hasta que pudiesen hablar con ellos. \n\n

    Por la calle había mucha gente, muchas motos y muchas bicis. Hemos ido a un mercado donde vendían muchas cositas variadas. Allí en algunos puestecitos del mercado tenían capazos y capazos de gusanitos cocinados. Julius y tía Lucía me decían que estaban muy ricos, y que eran muy típicos de allí. Han comprado una tortita de gusanitos. Llevaba pimiento y cebolla y una salsa un poco picante. Julius se ha comido uno tras otro ante mis ojos atentos y se reía. \n\n

    - ¿Quieres probar?\n\n

    - No, no, no. Gracias. \n\n

    Pero no le quitaba ojo. \n\n

    -¿A qué saben? ¿Están rellenos de algo?\n\n

    - Saben a hierbita o a los grefusitos de paquete que te comes tú, pero al natural. Están crujientes. \n\n

    Me ha dicho tía Lucía. \n\n

    Al final he probado uno con mucho miedo, pero me ha gustado. Pero solo uno. Era verdad que sabía a grefusito y estaba muy crujiente. \n\n

    En la ciudad hemos visto a muchos niños que iban solitos y que vendían agua en bolsitas, juguetes, pañuelos, dibujos, camisetas. Julius les ha dado una bolsa con pasteles a unos niños que vendían agüita y han estado un rato allí hablando con nosotros y me miraban mucho y me ofrecían las bolsitas de agua. Uno de los niños le ha pegado a otro porque quería comerse todos los pasteles, y Julius les ha gritado muy fuerte y Neyare ha cogido del brazo al niño que se estaba pegando con otros y se ha enfadado mucho con él y le ha rugido, casi. Los niños se han calmado y han seguido compartiendo entre risas los pasteles. \n\n

    - ¿Dónde están sus padres? \n\n

    Le he preguntado a Neyare. \n\n

    Ella me ha dicho que no tienen padres. Son niños de la calle, y que viven en la calle o en algunas casas compartidas con otros niños. \n\n

    - ¿Y nadie los cuida?\n\n

    Le he preguntado. \n\n

    - Sí, se cuidan entre ellos, o hay gente mayor que intenta ayudarlos. Casi todos los que pasan por la calle, saben que son niños de la calle, y algunas veces unos, otras veces otros, con ellos hablan y algo les dan. \n\n

    Yo no podría vivir sin mis padres. Me moriría de la pena, le he dicho, pero ella me ha dicho que no dijera eso y me ha contado esta historia. Ella dice que fue una niña de la calle:\n\n

    “Mi hermano Tumba y yo nos quedamos sin padres. Nos cuidaba mi abuela en la aldea, pero Tumba siempre se enfadaba con ellos y ellos con Tumba y conmigo. No éramos muy felices allí y Tumba soñaba con ir a la ciudad. Llegamos a la ciudad como pudimos, y durante unas semanas vendíamos de todo por las calles y dormíamos en cualquier rincón. Nos juntamos con otros niños, pero yo me puse muy malita y enferma y Tumba no me podía cuidar. Unas personas me recogieron y me llevaron con otras niñas de la calle a vivir con ellas. Era como la cooperativa donde trabajo ahora en la aldea, pero aquí en la ciudad. Aquí todo era muy duro porque nadie te conocía. Aquellas personas me ayudaron mucho, me dieron estudios, comida y ropa, trabajaba en el campo, y me enseñaron un oficio. De Tumba, al principio venía a verme, hasta que un día dejó de hacerlo. Hace pocos años volví a la aldea de mis abuelos. Al principio no querían hablar conmigo, pero después se alegraron de verme viva y tan bien. Me contaron que Tumba pasó por allí hacía un año y que se encontraba muy cansado y estaba mal físicamente, y que Tumba les hablaba de que en la ciudad no había tenido suerte, pero que pensaba marcharse a otra ciudad más grande y probar una nueva vida allí. Aquí en mi país no hay ciudades más grandes. Así que pensamos que Tumba se fue a otro país. Nunca hemos vuelto a saber de él. Se fue como Sabo. A Tumba no lo he vuelto a ver y posiblemente nunca más vuelva a saber de Sabo. Yo no conocí a mis padres, y mi hermano se marchó de aquí. Sabo también se acaba de ir. Y yo no me he muerto, aunque creía que sí, aunque pena tenga. Yo no me voy, porque creo en este proyecto. Creo que nos van a ayudar, creo que podemos hacer muchas cosas. Ahora Julius y Lucía hablan con los gobernantes, y tengo esperanza en que todo salga adelante en nuestra aldea, en todas las aldeas, en nuestra tierra. Si no creyese en este proyecto, yo también me iría como ellos a otro sitio, buscando un sueño. Yo por ahora creo en este sueño.” \n\n

    Y me ha cogido de la mano muy fuerte, los ojitos los tenía llenos de lágrimas, pero me ha sonreido, y hemos seguido nuestro paseo por la ciudad. Yo me sentía muy bien y segura caminando de su mano. Al poco rato, sus ojos han dejado de llorar y también sonreían. \n\n

    Julius y Tía Lucía estaban hablando con los señores del gobierno. Han salido de allí después de muchas horas con la cara muy cansada. \n\n

    No han querido hablar del tema, pero han dicho que cuando lleguemos y reúnan a todos, explicaran los resultados de la conversación. Neyare estaba nerviosa. ¿Pero qué os han dicho? ¿Qué dicen?¿Qué van a hacer? Tía Lucía le ha dicho a Neyare que no se preocupe. Que todo irá bien. Julius dice que Sasa va a poner el grito en el cielo. Pero Lucía le ha dicho que Sasa siempre está abroncando al cielo. Neyara le ha contestado que eso está muy, pero que muy bien, y que si ella tuviera la voz tan potente que tiene Sasa, también gritaría así al cielo. Julius dice que los que vivan en el cielo, sordos tienen que estar, porque le extraña que con las voces y palabras no muy bonitas que Sasa les dedica, no entiende como todavía no les han dado una respuesta. Neyare muchas veces le dice a Sasa que calle, no se vayan a enfadar más. Pero Sasa le dice que a ella, como si caen rayos y centellas. \n\n

    Y los tres han reído mucho. \n\n

    Hemos llegado muy tarde a casa. Pero Cosmas y las hijas de Sasa allí estaban. Los mayores se han quedado charlando en la terraza. Sasa ha gritado muy fuerte y ha golpeado fuertemente la barra. Julius ha intentado calmarla y han dicho que mañana seguirán hablando del tema. Todos se han quedado hablando despacio, casi en silencio y se les ha escuchado volver a reír. Yo, me he quedado charlando y contándoles todo lo que he visto en la ciudad a los niños. Les he contado que he comido un gusano y les explicaba por señas cómo era el sabor. Les he explicado que sabía a grefusito, pero no he sabido explicarles qué era un grefusito y de qué estaba hecho y le he pedido ayuda a Tía Lucía\n\n

    - ¿Tía? ¿De qué está hecho un grefusito?\n\n

    - De plástico con maíz frito en aceite recalentado de coche. \n\n

    Yo se lo he explicado a ellos con dibujos y señas, y los tres niños se me han quedado mirando con los ojos como platos y hacía como si vomitaran. Y nos hemos reído mucho. \n\n

    Bueno, Jambo. Me voy a dormir ya. Estoy muy cansada. Cuando volvíamos tía Julia y yo hacia la choza, estaba contándole y preguntándole sobre la historia de Neyare. Lucía asentía con la cabeza y exclamaba “Pobrecita. Pobrecita niña” Pero yo le he dicho que Neyare no es una niña, que es joven. Entonces ella me ha dicho “Ya mi niña, pero es una manera de hablar” Entonces yo le he dicho muy seria que yo tampoco soy una niña, que este año cumplí un año más. Entonces Lucía me ha dicho que me callase, que muy bien, que era una niña-mayor muy pesada y un poco plasta, y se ha reído. Antes de llegar a la puerta de la choza, hemos oído un rugido. Lucía se ha quedado en silencio y yo también. Hemos callado y contenido la respiración. Después, de nuevo, otro rugido. Me ha cogido de la mano y me ha giñado un ojo. Uno de los guardas de la puerta nos ha dicho que era un león que andaba merodeando por los alrededores. Que no nos teníamos que preocupar que ya lo tenían controlado y sabían por dónde se movía. \n\n

    Le he preguntado a tía Lucía si le iban a hacer daño al león y ella me ha dicho que no\n\n

    “Al león no le hacen nada. Sólo los tienen controlados para que no se acerquen hacia los humanos y no pase nada ni a unos ni a otros. Pero, a este león que ruge así, no sé si lo tendrán controlado.” \n\n

    - ¿Cómo ruge?\n\n

    - Su rugido no es el normal. \n\n

    - ¿Por qué?¿Cómo es?\n\n

    - Más suave, más apenado, más lejano. \n\n

    - ¿Y por qué ruge así?\n\n

    - Porque no es un león cualquiera. Es el león herido, que todos pueden escuchar, pero nadie ve. \n\n

    Julie se quedó un rato pensando y mirando a su tía paralizada, pensando en que el león podía estar allí y ellas no verlo, y comenzó a inquietarse, hasta que cayó en la cuenta. \n\n

    - Eso no es verdad. ¿Me estás tomando el pelo?\n\n

    Lucía sonrió. \n\n

    - Yo no sé si es verdad o no. Este fin de semana pregúntaselo a Hans. Cada uno cree lo suyo. Según él, que tampoco sabe si es real o no la leyenda, cree que es un león de verdad que ruge porque está buscando algo o quiere recuperar algo. Según Sasa, es el león herido que ruge de pena por todos nosotros. Algunos de por aquí creen que es un espíritu benigno, otros, maligno. Hugo cree que es un león normal y corriente que busca una leoncita o comer o se ha hecho daño.\n\n

    - ¿Y cuál es la verdad?\n\n

    - Pues no sé, en estas cosas, cada uno, cree lo que cree. La cuestión es ir descubriéndolo. Yo lo único que sé es que creo en ese rugido que todos podemos escuchar. Eso sí es real. Todos lo hemos escuchado, ¿verdad? Descubrir por qué ruge el león, dónde está el león, qué león es, eso... todos los que aquí estamos, día a día vamos descubriendo un poco más. \n\n

    Después de todas estas conversaciones, yo ahora no puedo dormir. Pero estoy muy cansada. Voy a ver si apago la luz y me duermo. \n\n

    Un abrazo y muchos besitos, Jambo.\n\n

    Espero que estés bien con tus papás y hermanitos, o que alguien te quiera mucho y cuide mucho de ti y creas mucho en tu sueño aquí y que tengas mucha suerte. Tu aldea es muy bonita y si los señores gobernantes del planeta dan lo que tienen que dar, como dice Julius, y no quitar, entre todos, viviremos en aldeas muy bonitas y donde queramos vivir. Una amiga y yo el año pasado escribimos una carta a los señores gobernantes. Les contábamos muchos problemas que habíamos visto y aprendido en el cole. Nos preocupaba mucho el estado del mundo,la naturaleza, las guerras, y los niños y los animales del mundo. Nos contestaron que muchas gracias por el interés. Nos pusimos muy contestas el día que recibimos la contestación y nos sentamos en el patio del colegio a leerla una y otra vez. Nustros padres, que de casi nada se habían enterado, cuando se lo dijimos y leyeron la respuesta, se rieron y dijeron que que respuesta tan política. “¿Pero nos van a hacer caso?” Era la obsesión que mi amiga y yo teníamos. Mañana le voy a decir a Sasa que escribamos una carta para los gobernantes del mundo mundial. Sasa ahora está contenta porque dice que ya le va costando menos leer y escribir. Seguro que a Sasa, que sabe cómo decir las cosas bien altas y fuertes, le va a encantar la idea y le van a hacer caso. \n\n

    Hasta mañana, Jambo!! \n\n \n\n \n\n\n\n\n\n\n\n\n\n \n\n\n

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  • 2009-07-08 10:30:34
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  • Viajando al interior del corazón del león (24)
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