PropertyValue
opmo:account
is sioc:container_of of
sioc:content
  • El mar (I)\n\n

    Las primeras playas visitadas fueron playas paradisíacas. Frecuentadas por turistas nacionales, de países vecinos o países de otros continentes. Las playas constituían una parte del viaje. La primera playa visitada y en la que se pernoctó, llegó al atardecer. Resguardada hacia el final de un camino largo y polvoriento. El primer paseo de playa también aconteció aquí, cayendo la tarde. Y mi alma se hizo chiquita por la inmensa belleza y la soledad de estas playas y pensé...\n\nAhora no me puedo bañar. Ya es tarde y hay oleaje. No veo vida a mi alrededor. Solo una hermosa playa con vida propia, que va y viene con una fuerza avasalladora, con unas ondas coronadas de espuma gruesa. Aquí sintiendo la soledad absoluta acompañada por el sonido del rugir de las olas. \n\nComo desde pequeña, siempre que me he encontrado en estas situaciones, no puedo sentarme y hacer vida contemplativa más de cinco minutos, que esos cinco minutos con los ojos bien abiertos me inundan todos los sentidos, me dediqué a practicar con la cámara todas las posibilidades que tenía y a jugar con las olas. Ahora mete el pie, ahora me chopa el pantalón, ahora se va la ola, ahora viene, corre, corre que te pillo, ola!!\n\n\n\n

    \n\nLa mujer que llevaba el hospedaje, junto con su marido, simpáticas personas y amabilísimas, nos explicaba que por la mañana, a eso de las ocho, se podían ver ballenas. Tenían un hijo de unos ocho años, y el niño, con nombre de actor muy famoso, llamado así por su simpática madre y un educadísimo padre mozambiqueños, nos acompañaba a todas partes cogido de nuestras manos y nos llevaba por todos los atajos, metiéndonos en las casas y comedores de todos los que allí trabajaban.\n\n\n\n\n\n\n

    Por la mañana me bajé con los prismáticos a buscar las ballenas. La mujer me dijo que hacía un ratito había una que asomaba no lejos de allí, y con prismáticos en mano, el niño y yo, por turnos, íbamos buscando la ballena que agua en un chorro expulsaba. Y la vimos, la vimos allí, no lejos de la costa. Echó agua, saltó varias veces y se despedía con sus enormes aletas. Hola, adiós, Hola, Adiós, Hola, Adiós, nos iba diciendo. El niño hablaba portugués, entendía el español y decía que no hablaba inglés cuando le preguntabas por su nombre y edad en inglés y él contestaba en inglés, pero al momento, cuando le preguntabas si entendía el inglés el decía que no. \n\n

    - ¿Pero si estás hablando inglés? \n\n

    - Noooooooo,\n\n

    Y se partía de risa y se ponía a hablar en portugués. Después, cansado de mirar la ballena, que todas las mañanas él miraba, se puso a jugar con otros compañeros y otros niños extranjeros del lugar. Yo, nada cansada de mirar la ballena, me quedé, por fin, haciendo vida contemplativa durante una hora, viendo la ballena alejarse y sintiendo toda la vida que aquel mar contenía y acontecía, y toda la fuerza que marea va, marea viene, el agua movía. Los amaneceres y atardeceres en cada una de estas playas, me llevaban a la vida contemplativa por fin.\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n

    La llegada a las playas del pueblo de Villanculos, con Bazaruto enfrente, y a las playas del pueblo de Tofo, fueron fuertes emociones de la enorme vida humana y marina que contienen, entre hermosísimos paisajes bañados por el agua y el sol de cada día en cada momento del día. Pero esto será, para los próximos post de mar.\n\nEn Villanculos nuestro guía conoció a un joven y gran artista cuando por allí pasábamos, y que atrapó nuestras miradas con sus esculturas y su mirada. Una mirada honda, profunda y humana. Cuando a la modesta casa de su tía fuimos a ver dos enormes esculturas que le habían encargado, ante nuestra admiración y comentarios, su tía, orgullosa, sonreía. \n\n- Sí que es un gran artista!\n\nEl, con la mirada cansada y ojos turbios, y quizá, recuperándose de alguna enfermedad, sonreía como un niño tímido, y se le notaba contento. Con su hilo de voz, hablaba de sus trabajos en hoteles de Bazarruto, cuando allí trabajaba, de cruzar la bahía en un barco de vela, que tanto le gustaba, aunque horas y horas tardese en llegar, y de su arte, que sentía muy importante y en el que depositaba su alma, y con el dinero que iba ganando, se iba construyendo su casa. Hablamos de Internet, que ahora no tenía, pero de posibilidades de montar una tienda a través de Internet y llegar a todas las partes del mundo. Se habló de organizaciones que intentaban promocionar por Europa el arte africano directamente en contacto con los propios artistas y su arte, mediante exposiciones, charlas, páginas web,...\n\n- Primero me tengo que construir la casa. Después intentaré ver lo de Internet. \n\nEl nos llevó a conocer a sus vecinos de barrio muy cerca de donde él poseía su propia tiendecita de arte, con techo de cañizo y un pequeño cuarto almacén. Esta pequeña comunidad de vecinos vivían entre palmeras, en casitas de cañizo. Una pequeña comunidad como las innumerables comunidades que a lo largo de nuestro viaje desde Maputo hasta allí, habíamos visto extenderse por toda la carretera, campo y caminos, y tanto interés teníamos. Ellos nos abrieron sus puertas amablemente, y compartimos su voz, sonrisas, penas, momentos, problemas, su hoguera, sus contadas sillas, canciones, sus bailes, cuentos y sus bromas. Nos pidieron un mensaje para dejar en la comunidad, y ellos nos dieron otro para llevar lejos de allí, antes de partir. Pero éste, también es otro post. El mensaje de estas gentes y pueblos que nos quieren hacer llegar aunque de Internet sea de lo último que dispongan. \n

    \n\n
    \n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n \n\n\n\n \n\n\n"Ondas de mar" \n\n(Influencia de un gran artista de Villanculos)\n\n \n\n\n\n \n\n

sioc:created_at
  • 2009-08-20 10:08:32
is sioc:creator_of of
is opmo:effect of
sioc:has_container
sioc:has_creator
sioc:has_reply
opmo:pname
  • http://lacomunidad.elpais.com/africaverde2/2009/8/20/impresiones-mozambique-4- (xsd:anyURI)
sioc:title
  • Impresiones de Mozambique (4)
rdf:type

Metadata

Anon_0  
expand all