LACOMUNIDAD.ELPAIS.COM_AFRICAVERDE2_2009_8_21_IMPRESIONES-MOZAMBIQUE-5-

Íbamos por la carretera camino hacia Xie-Xie, donde íbamos a comer para continuar el viaje.\n\n

Cuando cruzamos el río Limpopo el joven A.K nos contó las fuertes inundaciones que azotaron toda la región en el año 2000 con el desbordamiento del río. Toda la ciudad se inundó trágicamente. \n\n

Después de una vuelta por la ciudad fuimos de nuevo a la carretera principal y nos desviamos por un camino de tierra. A los lados se podían ver las chocitas de cañizo que se adentraban formando barriadas. El joven A.K paró el coche delante de una de estas entradas y nos miró con su sonrisa indescifrable. \n\n

- ¿Nos metemos?\n\n

- ¿Por aquí? ¿Podemos meternos? ¿No vamos a molestar?\n\n

- Tengo una sorpresa. \n\n

Nos dijo, y sin esperar respuesta, arrancó el coche y nos metió por un camino que no era camino, entre chocitas, baches, personas que caminaban hacia sus casas y algún coche que salía de la suya dando tumbos. No quitábamos ojo de todas las casitas y zonas que desde la carretera siempre se veían en una fila, durante el día llenas de escenas de la vida, durante la noche, alumbradas por hogueras, pero sin llegar a alcanzar la vista hacia el interior de estos hogares ni su profundidad. \n\n

De repente, llegamos a un conjunto de cuatro casas, dos de ellas de barro y cañizo. \n\n

En el centro había ropa tendida, niños jugando, un hombre sentado en la puerta de una de las casas y gallinas revoloteando. Nos hizo salir.\n\n

- Estamos en casa de mis tíos. He hablado con ellos, y nos invitan a comer. \n\n

Allí vinieron a saludarnos amablemente y nosotros con timidez. La tía muy amablemente nos hizo pasar al salón de su casa. La cocinita con fogón, un dormitorio con la puerta entreabierta y un salón. Era una casita ordenada, sencilla y acogedora. El salón tenía sus butacones, su mesa, su aparador, con los platos y los vasos, con una tele que daba las noticias sobre la campaña presidencial. Le dijimos que la casita era muy bonita y ella decía que su marido, que su marido era el autor de casita tan bonita. Hablamos un corto rato y la mujer nos sacó la comida y unas cervecitas fresquitas que en unos minutos había ido a comprar o pedir a la vecina, pues una jarra de agua nos sirvió y su sobrino le indicó que nosotros no podíamos beber agua de la jarra. Comimos frango (pollo), chima (pasta de harina), que A.K alababa y nosotros también, y matapa (verdura que me encantaba y que me acompañó durante el viaje). Riquísima comida. \n\n

Cuando fue la hora de ir al baño, la mujer me acompañó fuera de la casa y me indicó unos biombos de cáñamo sin techo. Una piedra limpísima, sin olores ni moscas, y un cubo de agua comprendían aquel baño. Cuando salí me enseñó la huerta y los cerditos. Me quedé un rato fuera de la casa fumando un cigarro, sintiéndome observada por multitud de ojitos de niños y niñas, y algún mayor que reían cuando veían a una mujer extraña expulsar humo por la boca. Yo tenía mucha vergüenza. Me metí en el salón después de fumarme el cigarrito. \n\n

Allí hablamos con su tía de la familia, de sus hijos, e hizo entrar a su hija mayor, que poco antes reía de mi humo, y su hija pequeña que acababa de llegar del colegio, con su mochilita y trencitas de colores, que nos sonreía y miraba con timidez, como nosotros a ellos. \n\n\n\n

Queríamos pagarle por la comida, pero no aceptaron. Pero dejamos dinero por las cervezas. \n\n

El último día, el joven A.K nos daría otra de sus sorpresas. Nos invitó a su cumpleaños en su casa, donde vivía con su madre, un hermano, un sobrino, su cuñada y su hermana. \n\n

Allí, rodeado de amigos, padre divorciado que también fue, novia, y familiares, nos llevó como a unos más. el joven A.K cumplía veintipocos añitos y mucho en su interior vivía día a día en lo personal. A.K tenía intención de enseñarnos muchas cosas, todo aquello que en nuestras conversciones salía. Se le llenaba el rostro de emoción y pena (cuando pasaba alguna crisis), hablando de su novia. No creía en el matrimonio, pensaba vivir con su pareja y ya está. Soñaba con obtener una beca o ahorrar dinero para poder ir a Europa a ampliar sus estudios y volver a su amado país y trabajar allí. Soñaba con un montón de proyectos educativos que permitiesen integrar a todos, hablaba con admiración y cariño de todos sus amigos y amigas de allí y de otros continentes, hablaba con tranquilidad y apertura mental de muchos temas, sacaba un orgullo desmesurado y altivo ante situaciones en las que se sentía atacado. Se sentía de Maputo y se le veía contento y consciente de la familia afortunada que había tenido y por la que todos sus hermanos y hermanas y él habían podido ir a la universidad, hablaba con resentimiento y dolor contra el abuso del poder político y económico, de las penurias que la población pasaba, de la corrupción política y económica y el odio racista y xenófobo de siglos atrás y de ahora. Un amigo suyo, había muerto asesinado hacía unas semanas en Sudáfrica.\n\n

El joven A.K tenía muchos sueños, mucho ímpetu, y muchos pensamientos y actuaciones contrariadas de ser joven y estar madurando. \n\n\n

A.K nos contó muchas cosas, muchas hermosas, otras curiosas y otras tremendas y horribles, con su voz pausada y su sonrisa entusiasta, y su gesto, muchas veces, cansado y contrariado. \n\nEn el coche, A.K ponía a Ghorwane, Mingas, de la que no he podido encontrar casi nada, y a otro grupo brasileño, que no pude apuntarme finalmente. Preciosa música. \nDe música extranjera, le gustaba Caetano Veloso, Manu Chao que acababa de conocer en la oficina de su trabajo, y algunos más. Hablamos de Michel Jackson, de su vida, excentricidades y los escándalos mediáticos.\nEl joven A.K dijo que sólo sabía que Jackson había sido muy importante para África y su contribución y recuerdo para todos ellos. De todo lo demás, sólo lo sabía por la tele. \n\n\n\n\n \n\n\n\n\n\n \n\n\n\n \n\n\n\n\n\n\n\n\n\n \n\n\n\n\n\n\n\n\n