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Eric y su familia volvían de un fugaz viaje a Teruel de cumplir uno de los sueños de su hijo Iván, ver un parque temático sobre los dinosaurios. Iván, desde pequeño, siempre había mostrado un gran interes por estos seres extintos hasta el punto de saber todos sus nombres, características y conductas alimentarias. \n\nNo pasaban por una situación económica boyante, como mucha gente en estos momentos, pero no les supuso ningun problema anteponer los intereses de su hijo y su sonrisa frente a los intereses monetarios generados por los gastos de la tarjeta Visa. Todo con tal de cumplir ese sueño y romper con la monotonía de la vida semanal, es más, Veronica y él habían superado juntos situaciones mucho más problemáticas. \n\nEric, por su localidad de residencia o por simple comodidad, se había acostumbrado a los viajes por autovías y autopistas para llegar a su destino y le echaba un poco para atrás eso de hacer más de 700 kilometros en dos días de los cuales unos 500 eran por carreteras de un solo carril, nacionales o comarcales. \n\nA Veronica y a Eric les dolian todos los huesos y musculos del cuerpo después de tan fugaz e intenso viaje, pero ver la sonrisa de Iván les sirvio de balsamo para sus dolores. \n\nCUANDO LO URBANO SE COME A LO RURAL\n===================================== \n\nConducir por una autovía te impide saborear y descubrir rincones ocultos, ya sean nuevos o escondidos en tu recuerdo. \n\nMi experiencia en esta última escapada me ha servido para darme cuenta de que aún existen pueblos que te saludan y se despiden de ti casi en la misma curva, ver la inmensidad de los molinos de viento cuyas tres aspas, como agujas de un reloj, hacen olvidar a aquellos molinos convertidos en gigantes en la memoria de el Quijote, campos inmensos de girasoles que parecen saludarte cuando pasas entre ellos. \n\nTiendas que ofrecen botijos, quesos, miel, aceite, vino, los mismos de antaño pero a cambio de distinta moneda de la que yo recordaba, señoras sentadas en el umbral de su puerta viendo los coches pasar sin importarles que ponen o dejan de poner en la televisión, casas construidas con las propias manos de sus habitantes, gasolineros que te sirven la gasolina mientras te preguntan tu procedencia y de donde vienes o hacia donde vas, paradas de autobuses en cruces de caminos recordando a viejas películas de los años 60 y 70, poder observar detenidamente el vuelo elegante de un halcón sobre los campos dorados de trigo. \n\nY muchas cosas más que las limitaciones de velocidad de las carreteras de segunda categoría nos han hecho disfrutar de un viaje en el que la familia hemos podido comentar, reir, asombrarnos y descubrir cosas nuevas o aparcadas en nuestro recuerdo. \n\nNos dimos cuenta que volviamos a la rutina cuando Iván, a falta de 100 kilometros para llegar a casa, cuando el camino era más cómodo conduciendo por la autovía, empezo a preguntar periodicamente ... Papa ¿falta mucho para llegar? \n\nQué lastima que el progreso urbano se esté comiendo a lo rural impidiendo ver estas maravillas que tenemos alrededor, y que lástima que a veces en la ruta de nuestras vidas nos olvidemos que tambien existen carreteras secundarias.\n\n Y por cierto, ¡¡¡¡ Teruel existe !!!! y vaya que si existe. Si no lo conocéis os recomiendo visitar Albarracin en la provincia de Teruel\n\nLos viajes, conocer otras gentes, disfrutar de las cosas pequeñas al baúl de los recuerdos !!!!!! \n\nEl progreso que arruina a los pueblos pequeños al baúl del olvido !!!!!\n\n\n
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