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  • LA MILI DEL ABUELITO CACUM\n

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    Cuando le llamaron para hacer el servicio militar, mi abuelito trabajaba en una fábrica de camiones de Madrid, y aunque no le gusto la idea de dejar el trabajo por un año y medio, fue. Aunque sopeso la idea de emigrar durante unos años y luego ya veríamos, dice.\n

    Le toco ir a Ceuta, y primero haría el campamento en Camposoto , en San Fernando, Cádiz. Aun se usaba el mosquetón máuser, como arma de instrucción. La siguiente quinta usaría el Cetme.\n

    No paraban los reclutas en todo el día, pero el fin de semana , los que no estaban arrestados podían ir de paseo.\n

    A el Cacum le gustaba ir mucho a Cádiz, aun le sigue gustando. El y sus amigos cogían el tranvía en San Fernando, que les llevaba al centro de Cádiz. Era una de las cosas que mas le agradaba, ese viaje en tranvía, no en autobús.\n\n

    Luego pasaban allí todo el día, las compras, los restaurantes, y el Pay.Pay, el barrio de las putas. Siempre acababan en el mismo sitio, donde ya eran conocidos hasta por los camareros. Cuantos jovencitos se estrenaron , en el mundo del sexo alli mismo, con señoras que habían estado en mil batallas, y en alguna guerra, no muy lejana.

    A primeros de mes daba gusto ver aquello lleno de soldados, que parecía la guerra, todos morenos con aquel uniforme horrible y con ganas de divertirse, que luego tenían que estar encerrados sin poder salir, durante tantos días.\n

    El abuelito recuerda cuando quisieron hacer la primera caracolada, había llovido , y se habían puesto mojados hasta los mismos huevos, pero se dieron cuenta que allí mismito estaba lleno de caracoles, grandes, así que cuando termino la instrucción, el y sus amigos cogieron dos sacos, y los llenaron de los caracoles mas gordos, y los pusieron escondidos debajo de sus literas, mañana seria la gran caracolada.\n\n

    Después de una noche inquieta, como todas, sonó la diana, todo el mundo arriba. Y la que se lió fue pequeña, el Cacum no sabe como, pero se habían escapado todos los caracoles de los dos sacos, y allí estaban por todos los sitios, paredes, techos, suelo, literas, en cualquier lugar. La confusión fue enorme y claro, después de recoger todos los caracoles, la compañía quedo arrestada, hasta que aparecieran los culpables, y claro todo el mundo sabe que los culpables fueron los cientos de caracoles que se escaparon, después del paso ligero alrededor del campamento, el sargento ya estaba mas contento, siempre se ponía alegre después del primer vaso de Beefeater que se tomaba por la mañana, y que se lo traían desde Ceuta, unos reclutas con suerte.\n

    Nosotros desayunábamos mas sano, colacao con leche y bollo suizo, una cosa.\n

    Los caracoles, finas hierbas.\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n

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  • 2007-09-30 10:58:35
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