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El sábado pasado fui con mi abuelito a cenar a un restaurante chino.\n
El local era raro como todos, tenia dragones, colgantes y farolillos, pero me gusto.\n
Nos atendió una señorita china que hablaba gallego. Mi abuelo, pidió unas cosas raras para comer, y también un arroz tres delicias, para mi.\n
En los postres me dijo: te voy a contar una historia que le pasó a tu abuelita.\n
Hace muchos años, cuando éramos mas jóvenes y mas tiernos, y en un día que yo estaba de viaje, quedó con su cuñada, para ir a cenar a un chino que había cerca de la plaza Mayor de Madrid. Las atendió un chino, con acento chulapón, que las acompaño a la mesa y les dio la carta.\n
Ellas pidieron unos rollitos de primavera, un cerdo agridulce, y otras cosas . El camarero tomo nota, y de bebida, que tomaran?, y la abuelita sin pensarlo dos veces, dice: una botella de sake, no te parece, cuñada?, si, estupendo, contesto. El camarero se quedo un poco parado, pero ellas le animaron, para que se diera prisa, porque tenían hambre. Así que las trajeron una botella de sake, y la pusieron encima de la mesa, mientras iba a por los platos pedidos.\n
Tu abuelita lleno dos vasos, y dijo: por nosotras, y de un trago, se bebieron todo. Tu abuelita se quedo sin respiración, y su cuñada, empezó a toser que casi se muere.\n
Tomaron un poco de agua y tu abuelita dijo: Joder con los chinos, como se lo montan.\n
En ese momento el camarero chino, trae los platos pedidos, en su cara brilla una sonrisa, de felicidad, y las dos al verle, empiezan a reírse, que era una cosa. Todos las miraban, sobre todo los demás camareros, y todos tan contentos.\n
Empezaron a comer, y entre plato y plato, traguito de Sake chino que es como el japonés pero mas barato, dice el Cacum.\n
Total que al final de la cena, la botella estaba casi vacía, y ellas tan pimpantes.\n
…..Y ahora tráiganos un café y la cuenta.\n
Aquí tienen, los cafés, y la cuenta, y si quieren una copita, la casa invita, el camarero seguía sonriendo. Al punto trajo dos copitas de porcelana, y sirvió en ellas el licor.\n
Ellas encendieron un cigarrillo, se tomaron el café y cuando probaron el licor, ellas se dieron cuenta de todo, se habían bebido entre las dos una botella de Sake y dos copitas, de una bebida típica muy fuerte. Tanto como el esfuerzo que tuvieron que hacer las dos para ponerse en pie, y salir a la calle con discreción, mientras se despedían de todos los camareros y clientes, que se lo pasaron fenomenal.\n
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