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  Las viñas verdes y ocres y con los racimos empezando a dorarse y a tintarse marcaban un punto en el que el trasiego de personas y de aperos llenaban de animación la vida calma y rutinaria de la villa de Pesqueira. Era tiempo de preparar los lagares y la vendimia. Este año sería bueno, una gran cantidad de uva y de gran calidad atraía a numerosos temporeros para trabajar en la recogida y transporte hacia las bodegas.\n\nLos carros y carretas tirados por burros, mulos y bueyes iban dejando paso a vehículos con motor que hacían mas fácil el transporte.\n\nEl restaurante de los Ponetta tendría mucha agitación durante unas cuantas semanas y el joven Pim Pam colaboraba con su padre en le que podía.\n\nEse día, su padre no podía ir al mercado y nuestro amigo, sacando pecho dijo: "Yo voy, no preocuparos".\n\nCogió el carrito y enfiló la calle del mercado, a esa hora de la mañana aun se podía circular con cierta soltura por la plaza y así empezó a hacer el circuito de costumbre, tenía que ver los precios y la frescura de los productos, pero él había aprendido mucho de sus padres y no tenía problemas. Había llegado a los puestos de pescado de río, del río Duero, hoy había barbos y bogas de Ferradosa, aun estaban vivos y coleando y pidio 8 kilos y en eso estaba cuando en el callejón de la iglesia al otro lado del arco vio un tumulto que le atrajo la atención, dejó el carro allí mismo porque vio que había niños mezclados con mayores y se acerco preocupado.\n\nAllí estaba ella, la vieja calva, hacia muchos años que no la veía, desde aquel encontronazo que le destrozo la vida.\n\nEstaba rodeado de gente que la increpaba, "bruja, puta, calva, guarra", hasta los niños la tiraban cosas, mientras los mayores, algunos de ellos con palos la golpeaban en la cabeza , en los hombros y en las manos que levantaba para protegerse.\n\nNuestro amigo apartó a la gente y se puso en el centro del corro que se cerraba en torno a la vieja calva.\n\n"Quietos, os habéis vuelto locos y vosotros niños, que estáis haciendo?, dejad en paz a esta señora y marcharos a casa".\n\nLa gente se quedó parada y se hizo el silencio, parecía que por un momento se hubieran dado cuenta de lo que estaban haciendo.\n\nUn tomatazo en la cara de Pim Pam abrió la caza y todo fueron golpes e insultos. "Anormal, monstruo, payaso". Esta fue la ultima palabra que oyó antes de caer desmayado al suelo encima de la vieja a la que trataba de proteger de aquel linchamiento.\n\n.....Y allí estaba por fin trabajando de payaso, con la cara pintada, la nariz grande y roja y aquella peluca amarilla que provocaba la risa de todas las personas que estaban en el circo, sobre todo de los niños, si se acercaba lloraban, si se alejaba reían, habrá que mantener las distancias, pensó.\n\n...Y aquel sopor que le quitaba el sentido, "debe ser un sueño", pensó. Estaba deseando terminar la función para ir a su camerino y contemplarse en el espejo. Cerró los ojos fuertemente y los fue abriendo con dificultad. A través de las pestañas vio acercarse la cara de su padre.\n\n"Parece que recupera el sentido", dijo la madre. Decir esto de él, que siempre había tenido todos los sentidos en su sitio. Volvió a cerrar los ojos otra vez, el dolor le golpeo en el cerebro y las lágrimas le manaron amargamente.\n\n"Hijo que susto nos has dado, estábamos todos muy preocupados".\n\nÉl abrió los ojos como pudo y vio a todos los que le rodeaban, su querido padre, su amada madre, un señor que pasaba por alli y el medico, esto le preocupó, porque el doctor solo subía a su habitación cuando algo grave ocurría.\n\n"Lo siento padre", musitó entre dientes, mientras notaba un dolor en todo el cuerpo, que casi le hace desmayarse otra vez.\n\n"No te preocupes hijo, tu madre y yo estamos contigo y el medico y tu vais a colaborar para curar las heridas que tienes".\n\n( continuará....)\n\n\n\n\n\n
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