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  • La primera impresión que tuve al atravesar el hall fue que entraba en el cielo. \n\nEl reflejo de aquel gran espejo me devolvía una imagen que superaba con creces la propia imagen que habitualmente tenía de mí, parecía hasta mas joven, quizás era aquel traje blanco que me iluminaba la cara y que daba a mi rostro un tono moreno aparentemente mas acentuado, o aquellos zapatos blancos igualitos a los que lleve en mi primera comunión, y que me hicieron pasar un suplicio en aquellas jornadas inacabables de la misa, las procesiones y la entrega domiciliaria de los recordatorios a las amistades de mi madre y a los compromisos de mi padre.\n\nEl mayor problema en esas visitas, era que no me podía quitar esos malditos zapatos blancos, dos números mas pequeños que los otros que tenia de diario y que había heredado de mi hermano Carlitos, dos años mayor que yo, guapo y con el pelo rubio, y que si le quitabas los mocos parecía mismamente un querubín, como decían mis tías monjas, que eran solteras y sin compromiso y por eso se metieron en esa profesión, pues allí tenían mas futuro, como decía un vecino que había sido pederasta, pero que se estaba quitando y que era como una portera, y que como no tuvo hijos pues Dios le dio un sobrino, que vive en la actualidad como un cura.\n\nA lo que iba, que me disperso, aquel gran espejo y todos los demás en los que me iba asomando mientras caminaba hacia lo que parecía la recepción, y todas las personas con las que me cruzaba me devolvían una sonrisa, y claro yo me sentía como en la gloria.\nAlgunos me saludaban como si me conocieran; y algunas, que todo hay que decirlo. Ellas vestían una especie de túnica blanca con un pequeño toque azul cielo que dejaban ver sus pantorrillas y sus sandalias blancas con un pom-pom azul virginal, en el empeine, en el empeine de la sandalia.\nEstaba a seis pasos de llegar a recepción y ya había un joven rubio sonriendo y que parecía que me estaba esperando, iba también vestido todo de blanco, pero además de llevar pantalones cortos, tenia calzadas unas sandalias encima de unos calcetines blancos con una cinta rosa en la parte mas alta y además una gorra con visera también completamente blanca, su amplia sonrisa enseñaba tanto la dentadura, tan blanca, que parecía tener mas dientes de lo normal.\n-Mi querido amigo, me dijo mientras salia y avanzaba a mi encuentro, con los brazos extendidos, yo no sabia si darle las dos manos o un abrazo, acababa de conocerle y hay cosas que no me gustan tan rápido, así que le ofrecí mi mano derecha que el aprisiono entre las suyas y que parecía que se la quería quedar.\n-Bienvenido, tenemos todo preparado para recibirle, mientras decía esto me cogía del brazo y me encaminaba al mostrador de recepción.\n-Un momento, dijo mientras entraba y abría una especie de archivo.\nYo en ese mismo momento me di cuenta de que no entendía nada, ni tan siquiera sabia como había llegado allí.\n\nEstaba un poco confuso, mi ultimo recuerdo era que había tenido que salir de viaje, de viaje definitivo, como Boabdil, el rey Chico, pero viajaba solo, además llevaba mas cosas de las habituales, casi toda mi ropa, algunos zapatos,algunas cajas y cuadros, mis bastones, mi pistola de madera, mi cajita de la risa, mis pipas, mis recuerdos, mi tristeza, unos diez libros y en el asiento del copiloto una carpeta con documentos que mi ex-esposa y yo habíamos firmado, y que mi abogada me había entregado. \n...Y encima de todo un dibujo a lápiz que mi hija me había dedicado y que ponía: "Para mi querido papa de su hija O", copiado del natural de una mecedora que había sido de la familia de Garcia Lorca y que por extraños vericuetos había llegado a mi pertenencia y que quedó a la espera de mejores tiempos en la casa que se iba alejando de mi. Detrás quedaban algunos amigos que tengo que recuperar, 17 años de Granada y las lágrimas de mi hija, en la despedida.\nDespués recuerdo que se me nubló la vista y aunque hacia mucho tiempo que no lloraba, note las lágrimas caer mansamente por mis mejillas, empapando mi barba y dandome un pequeño toque de frío que me hizo levantar la cabeza y mirar al frente, entonces me di cuenta que iba volando, después un pequeño flax y una especie de golpe seco........\n\n....Y aquí estoy en este sitio, que parece un lujoso hotel, en el que me esperan, sin yo saber quien ha encargado la reserva, ni como he llegado.\n\nMe recuerda un poco a una vez que nos invitaron a alojarnos en un edificio muy lujoso un fin de semana, con la condición de asistir a una reunión comercial sobre multipropiedad, todo gratis. Alguno de los demás invitados, mas de cien, llegaron a caer en aquella trampa, compraron, fue toda una experiencia. Yo, como no suelo comprar en caliente, pues eso.\nNunca se nos olvidara ni a los que hicieron negocio ni a mi.\nPero vayamos a lo que nos interesa, que me he salido otra vez al jardín.\n\n-Firme aquí, me dijo el joven, dandome una pluma tan bonita que parecía de un ángel.\nNada mas firmar me cogió cariñosamente de un brazo y girándonos un poco a la derecha enfilamos un amplio pasillo lleno de espejos y puertas. Esta habitación es la suya, dijo mientras abría la puerta y me franqueaba el camino, aquí tiene de todo, espero que se encuentre agusto.\nLa habitación era espaciosa, y estaba bien provista.\nMe tumbé en la cama, quería pensar y comprender, unos pequeños toques en la puerta, y esta se abre y aparece una linda joven que se acerca a mi cama y me pide disculpas a la vez que me invita a seguirla. Salimos al pasillo, ella va cogida de mi brazo sonriente y camina con mucho erotismo, después de unos minutos sin decir palabra, para delante de una puerta, la abre, entra, se dirige hacia la cama, coloca las almohadas y con su mejor sonrisa me da la mano y se despide.\nMe quedo desolado, me hubiera gustado que en vez de despedirse, la hubiese dado por desvestirse y acostarse a mi lado, y así me quede un poco transpuesto, con aquella música suave, tipo hilo musical, y la luz tenue que me va invadiendo, como si me acabase de fumar mi pipa de opio del sábado sabadete, mientras unas ligeras ensoñaciones van surgiendo desde el fondo de no se donde y yo me dejo llevar, mientras mis pensamientos se van diluyendo mansamente.\nUn par de toques en la puerta, me bajan de la nube, mientras esta se abre empujada por una joven, que se parecía a la anterior, iba vestida igual, era quizás un poco mas morena.\nEntró y vino directo para la cama, ofreciéndome la mano, yo prefería que hubiese sido la otra rubia, pero no quería ser descortés, así que la cogí la mano y le atraje hacia mi.\nNote una cierta resistencia por su parte, mientras rehacía su figura.\n-Tenemos un pequeño problema. Dijo mientras me volvía a ofrecer la mano y me ayudaba a levantarme.\nYo aun no había abierto la boca y ella me explicaba mientras caminamos hacia la puerta, algo de un terremoto en la India, y que tendría que mudar de habitación, una vez fuera, vi que había mucho trajín por los pasillos, pero sin voces ni alborotos, todo como si estuviera ensayado, como si todo el mundo supiera lo que tenia que hacer.\nA mi ya se me habían pasado los efectos de aquel letargo en la cama, y seguía caminando pegadito a la joven que de vez en cuando me sonreía con aquella dentadura perfecta que se parecía a la de todos los que allí trabajaban, era eso, todos iban al mismo dentista,ahora me lo explico.\nEntonces me pare en seco, ella siguió caminando unos metros, noto que no la seguía, hizo un mohín con la cabeza y volvió a mi lado,\n-Mira joven, no entiendo nada, pero todo esto es muy extraño, no quiero volver a cambiar de habitación, quiero irme.\n Dije esto mientras me dirigía a un mostrador que ponía retornados reencarnados. -Por ese sitio no puede volver, es solo para personas que no pueden estar aquí con los demás, son asesinos, dictadores, papas, genocidas, escoria que se les permite reencarnarse, pero suelen seguir siendo malos y siempre se les devuelve, aquí nadie los quiere.\n-Tiene que perdonarme, pero tenemos que llegar a nuestra nueva zona y allí tendrá todas las explicaciones y soluciones que necesite.\nSeguimos un poco mas y al llegar a una especie de vestíbulo amplio lleno de gente, lo cruzamos y entramos en otro corredor, bajamos a una planta, con muy poca gente, mi acompañante me llevo directamente a un mostrador donde atendía una preciosa morena de unos cuarenta años, y que no me quitaba ojo mientras nos aproximamos.\n-Mi querido amigo, veo que no esta muy contento en nuestra compañía y eso es muy raro, de aquí nadie quiere irse.\n-No es eso, pero hay cosas que no entiendo, y casi prefería estar en mi rutina cotidiana, aun me quedan por resolver algunos temas serios.\n-Bien pues es aquí en este departamento donde eso se soluciona, le vamos a trasladar a su lugar de origen y así tendrá otra oportunidad de terminar sus asuntos.\nAcompaña al señor, le dijo a la joven de los pompones, y esta me cogió cariñosamente de la mano y se dirigió, nos dirigimos, hacia una puerta acristalada, por donde entraba una luz potente que iluminaba, mas que iluminar, deslumbraba, musite una despedida mientras notaba un toque en el hombro, era tanta la luz, que yo no podía ni abrir los ojos, oí mi nombre una vez, dos, alguien me acariciaba el pelo, yo estaba como drogado, con esa extraña felicidad que te dan los aditivos. Hice un esfuerzo y abrí los ojos, estaba rodeado de colores verdes y blancos,de figuras humanas con cabeza pero sin cara.\n-Ya vuelve, escuche decir al que estaba mas cerca.\n-Yo mire a ver quien volvía.\nBien venido, has estado una semana en coma, pero te estas recuperando y saldrás bien de esta.\n-Ahora entiendo menos y encima estoy en el quirófano, de un hospital, a donde he regresado de un viaje al cielo, infernal.\n\n\n\n\n\n\n
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  • 2008-05-29 18:23:46
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  • EL CIELO INFERNAL
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