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  • Hoy os voy a llevar a una de mis zonas preferidas de la ciudad de Río, y de la que tal vez nunca habéis oído hablar, pero que recomiendo sin lugar a dudas, si se visita la ciudad. \n\n \n\n

    Os voy a llevar por Cinelândia, dicho así, parece algún parque temático, pero no tiene nada que ver con eso. Es una zona histórica de Río, hoy ocupada por algunos organismos oficiales y centros culturales. Donde se puede ver cómo era la ciudad en otra época, allá por finales del siglo XIX.\n\n \n\n

    Ya lo he dicho en otras ocasiones, cuando llegamos aquí lo primero que nos llamó la atención era que casi no existían edificios históricos. Lo que más abunda por la ciudad con las altas torres de edificios modernos. Tal vez porque estábamos recién llegados de Italia, país en el que se respira aire de antigüedad en todas sus esquinas. \n\n \n\n

    Por lo que he podido darme cuenta, el problema de Río de Janeiro ha sido, además, que no han conservado los edificios antiguos hasta hace relativamente poco tiempo. No tenían la mentalidad de preservar, simplemente destruían para volver a edificar. Para modernizar o sanear las zonas en cuestión, como le ocurrió a la plaza de Cinelândia a principios del siglo XX.\n\n \n\n

    Existe un selecto club de ciudades capaces de desatar un torrente de imágenes y expectativas en lo más recóndito de nuestro cerebro, incluso antes de visitarlas. Río de Janeiro, cuna de la bossa nova, escenario del más seductor de los carnavales, con playas como la de Copacabana e Ipanema, ocupa un lugar de privilegio, en este club. Pero una vez que estás aquí, tienes que buscar otros rincones no tan conocidos sino te pierdes la mitad de su verdadero encanto.\n\n \n\n

    Ya antes de venir, mucha gente a la que le comentábamos nuestro próximo destino, decía: “Ah!!! Río que guay!!!”. Todo el mundo tiene una imagen preconcebida de la ciudad y en la retina guardan la imagen del Cristo, el Pao de azúcar, y las escenas de playa o carnaval. Pero Río tiene más que eso, y nosotros por suerte estamos descubriéndolo. Bueno, y a lo que iba, que si no me extiendo mucho.\n\n \n\n

    Cinelândia es el nombre con el comúnmente se le conoce a la zona en torno a la Plaza Floriano. Aunque yo creo que si en algún momento digo este segundo nombre, la mayoría de las personas no sabe ni que se llama así. De manera que vamos a dejarlo en Cinelândia. Es la plaza pública más grande del centro de Río. Y seguro que os pasa como a mí, y os preguntareis porque este nombre para una plaza, es un poco surrealista, a que sí???? \n\n \n\n

    Bueno, pues me explicaron, que allá por la segunda década del siglo XX. El empresario español Francisco Serrador construyó una serie de edificios que contenían los mejores cines de la ciudad. Es el motivo por el cual la plaza es conocida como Cinelândia y entonces comenzó a popularizarse ese mote a partir de la década de 1930. Decenas de teatros, discotecas, bares se instalaron en la zona, por lo que se convirtió en un punto de referencia de diversión popular. Ahora, esto ha cambiado y se ha convertido en una hermosa plaza con mucha vida, que ha sido escenario de las manifestaciones políticas más importantes en la historia de Brasil, y es además un sitio ideal para los discursos electorales. La plaza se ha inclinado a ser una zona más comercial o de tránsito. Me han dicho que ahora solo hay dos salas de cine. Pero el nombre se le ha quedado.\n\n \n\n

    La forma actual de la plaza la adoptó a principios del siglo XX, cuando el gobierno de Brasil consideró que la entonces capital de la nación, necesitaba ser completamente reacondicionada y modernizada. Dando una imagen más acorde con la época y con su posición. A comienzos de 1904, el centro de la ciudad fue remodelada siguiendo las últimas tendencias de higiene y urbanización. La pieza central de la reforma fue un extenso boulevard, hoy Avenida Río Branco una de las arterias del centro. La cual fue construida atravesando el antiguo centro histórico. Gran parte de las casas históricas (coloniales) fueron demolidas para dar paso a la modernidad de la plaza. Y esto es a lo que me refería, cuando digo que no han conservado su historia, pero parece que esta mentalidad de destrucción ha cambiado en los últimos años.\n\n \n\n

    Durante las primeras décadas del siglo XX, una serie de edificios públicos monumentales de estilo francés de Beaux-Arts fueron construidos en la plaza. Ahora concentra una gran parte de la vida política y cultural de Brasil. Cuando te encuentras en medio de ella sientes un aire a nostalgia por lo antiguo, como si te trasladase a otro tiempo. Un mundo de Belle Époque y de refinamiento francés….. \n\n \n\n

    Durante los primeros años del siglo XX, Río de Janeiro era el gran centro intelectual de Brasil. Era la sede del Teatro Municipal, Biblioteca Nacional, Escuela de Bellas Artes y lucía la Avenida Central con sus cafés, librerías, cines y confiterías. Todos esos locales servían para los encuentros de los hombres de ciencia, de letras, artistas, literatos, licenciados, publicistas, filólogos, en resumen “intelectuales”. Letrados que, al margen de sus ocupaciones oficiales como empleados públicos, políticos, abogados o profesores, se dedicaban a la creación cultural, al cambio social y a la interpretación del momento político del país. \n\n \n\n

    La ciudad pasaba por una intensa modernización caracterizada por el aparecimiento de nuevas construcciones, y por la adopción de símbolos de “progreso y civilización” como automóviles, tranvías eléctricos, publicidad, telegrafía, teléfonos, máquinas de escribir y gramófonos. Esos artefactos modernos competían con la lectura como forma de ocio y aprendizaje, acortaban las distancias y creaban una nueva percepción del tiempo como velocidad, prisa y sed de novedades. \n\n \n\n

    Se puede decir que había llegado la Belle Époque a Río de Janeiro. El embellecimiento urbano, junto con obras de saneamiento y de combate a la fiebre amarilla y a la viruela, creaba una sensación general de superioridad y triunfo con relación a los símbolos de la tradición colonial portuguesa. Sensación que puede ser resumida por uno de los grandes lemas del período creado que decía algo así como: “Río se civiliza”.\n\n \n\n

    El espíritu de modernización y civilización que modificaba el paisaje de la ciudad también llevó sus intelectuales a crear nuevas instituciones como, entre otras, la Academia Brasileña de Ciencias (1916), la Universidad de Río de Janeiro (1920) y la Asociación Brasileña de Educación (1924). Todas ellas representaban nuevos intereses profesionales y nuevos ideales educacionales.\n\n \n\n

    En otras palabras, deseaban la creación de universidades para la formación de profesionales especializados que pudiesen dedicarse a la realización de estudios y experimentos, con libertad y tiempo disponible para investigar, leer, participar de congresos nacionales e internacionales. Hay que recordar que, hasta 1920, no existían universidades en Brasil.\n\n \n\n

    Y de repente te despiertas, por el sonido de la bocina de un taxi amarillo, de los muchos que circulan por Río de Janeiro!!!! Y no estás en esa época, estás en el ahora en una ciudad sumida en las prisas y en el tráfico desastroso.\n\n \n\n

    Pero, una cosa no ha cambiado en absoluto, la belleza de esta plaza y de los edificios que se construyeron a principios del siglo XX, con ese gusto afrancesado en su estilo. \n\n \n\n

    Decidí entrar en uno de los edificios que la componen, sin tener muy claro cuál era. Hablé con el portero, para poder entrar y muy amablemente me llevó hasta un gran despacho donde me atendió una señora como de unos cincuenta años. Me hizo firmar en un libro de visitas y me redireccionó a una estancia recubierta de madera que llamó sala inglesa, que era la antesala a un gran salón con tribunas, y una decoración muy europea.\n\n \n\n

    Madre mía, pero donde me había metido???? Todavía estaba tratando de digerir la situación, sin preguntar directamente a la Sra. Alves, ya que no quería parecer una despistada. Cuando me di cuenta que estaba en la cámara municipal de Río de Janeiro y concretamente en el salón de plenos… Como suelen decir, sin querer, “me había metido hasta la cocina”.\n\n \n\n

    La verdad es que fue muy amable, me enseñó todo el edificio y me comentó parte de su historia. Este edificio es el Palacio Pedro Ernesto y desde 1977 tiene la función de albergar las funciones municipales, aunque también fue sede de la Prefeitura, del antiguo Conselho municipal, o del Ministerio de Educación. \n\n \n\n

    Terminamos la visita en una sala muy especial, revestida de maderas diferentes en el suelo, muebles dorados y frescos en los techos. Era un salón con una decoración increíblemente delicada, con tonos suaves. Según me dijo, era escenario para actos especiales, entregas de premios o recepciones oficiales.\n\n \n\n

    Cuando terminamos muy amablemente me acompañó a la puerta del edificio, y me aconsejó que no me perdiera la biblioteca y el museo de bellas artes. \n\n \n\n

    Así que me dirigí hacia allí. Pero antes pasé por el teatro municipal, que aunque está en obras, ya que lo están restaurando completamente. Allí pregunté si podía entrar a este increíble edificio, pese a que no está pasando por su mejor momento. Como parte de los actos del año de Francia en Río de Janeiro, comenzaron las obras de restauración, que no se terminarán hasta finales de este año. Y es una pena, porque tal vez nos vayamos antes de que lo reinauguren, y no tendremos el privilegio de ver una actuación en este marco incomparable.\n\n \n\n

    Es un edificio muy bonito, construido entre 1905 y 1909. Para hacer el diseño del edificio se inspiraron en la Ópera de parís. Se utiliza principalmente para representaciones de danza y música. Posee un aforo de más de 2300 localidades y desde su fundación ha recibido a importantes artistas internacionales, así como las principales puestas en escena del país.\n\n \n\n

    Para su construcción todos los materiales empleados fueron importados de Europa y los mayores artistas brasileños de la época crearon las pinturas y esculturas que adornan la sala de espectáculos, la fachada, y las áreas de circulación de la periferia del teatro.\n\n \n\n

    En un principio, el teatro funcionaba simplemente como una sala de espectáculos que exhibía obras de compañías extranjeras, principalmente de Italia y Francia, pero a partir de la década de 1930 pasó a tener sus propios cuerpos artísticos (ballet, orquesta, coro). En la actualidad, el Teatro de Río de Janeiro es la única institución capaz de mantener una compañía de ballet, un coro y una orquesta sinfónica.\n\n \n\n

    Aunque claro lo que yo vi, dista mucho, de lo que podáis estar pensando en este preciso momento. Ya que no me puse las mejores galas para entrar. Nada de eso!!!!\n\n \n\n

    Me obsequiaron con un bonito casco de obra blanco, y junto con un grupo de personas de distintas nacionalidades entramos entre bastidores. La verdad es que cuanto más íbamos sabiendo sobre el edificio, y cuanto más íbamos descubriendo de su estructura, más rabia iba sintiendo yo, de que no lo hubieran terminado. Porque lo único que he podido ver es parte de lo que están restaurando, y muchos, pero muchos, andamios por todas partes. Es una rehabilitación completa desde los techos, hasta las butacas, las esculturas, los frescos, la electricidad, en fin, todo.\n\nCuando lo terminen va a ser uno de los edificios más bonitos de la ciudad por dentro y por fuera, de eso no tengo ninguna duda. Os voy a poner una foto de la escalinata, ahora llena de andamios por todas partes, pero había una foto de como era antes de comenzar las obras, y así juzgais vosotros mismos. El poder disfrutar de un espectáculo en su interior tiene que ser un privilegio increíble, pero tendrá que ser en otra ocasión, si es que tenemos la suerte de volver a la ciudad…\n\n \n\n

    De allí me dirigí a la antigua Escuela Nacional de Bellas Artes, de estilo neoclásico. Muy cerca de la Biblioteca Nacional y del Teatro Municipal. Hoy es el museo de Bellas Artes de Río de Janeiro y reúne obras de artistas brasileños y extranjeros. No es muy grande y su visita es relativamente rápida. Si no te encuentras, como me ocurrió a mí, con una exposición fotográfica buenísima. Cada foto de las que estaban expuestas, precisaba atención a parte. Es el año de Francia y están teniendo distintos actos durante el año para conmemorarlo. En este caso, la exposición era de los visitantes al Louvre de París. Retratados por el fotógrafo carioca, ya fallecido, Alécio de Andrade, y la verdad es que cada foto era un momento único. Ahora me viene a la memoria una foto de tres monjas vestidas con hábitos negros en frente del cuadro de las tres gracias de Rubens, la posición de las monjas era la misma que las de las mujeres pintadas en el lienzo, pero de espaldas. Era una foto increíble, pero no la única. En otra sala estaban expuestas algunas de las reproducciones que han hecho, sobre las esculturas helénicas que hay en el museo parisino. Sin querer tuve una buena dosis de mixtura de culturas, como dicen aquí. Fue muy interesante y muy afrancesado, ja, ja, ja.\n\n \n\n

    La Biblioteca Nacional está en un edificio inaugurado en 1910, de estilo neoclásico en el exterior. Pero en el interior la cosa cambia mucho, es un estilo indefinido, ecléctico creo que le llaman los expertos, el cual, combina elementos neoclásicos y Art Nouveau (francés, de principios del siglo XX, es uno de los estilos de ornamentación que más me gusta), consiguiendo una belleza como nunca antes he visto en una biblioteca. Al entrar te recibe una escalinata con columnas de mármol, alfombrada en rojo, pero cuando miras hacia arriba descubres su verdadera belleza. En los corredores de los tres pisos superiores la decoración es tan delicada que no parece ni que sea una biblioteca. Aunque es un edificio antiguo no es oscuro, ya que entra luz natural por la claraboya superior. Es realmente increíble!!!!\n\n \n\n

    La mayor biblioteca de Sudamérica y octava del mundo posee 15 millones de publicaciones, forma junto con el Theatro Municipal, el Museo Nacional de Bellas Artes y el Centro Cultural de la Justicia Federal un cuadrilátero de cultura en Cinelândia. \n\n \n\n

    Es el centro depositario del patrimonio bibliográfico y documental de Brasil. Tiene una colección de cerca de 9 millones de piezas de documentos oficiales, los primeros periódicos del país y muchos documentos históricos. Destacan dos ejemplares de la Biblia de Maguncia, impresa en 1462. Que según, la persona que me acompañó en la visita, me dijo, pocas veces sacan del cofre de seguridad, por su valor incalculable. Pero a principios de este año, la tuvieron expuesta. Con motivo del año de Francia en Brasil. No vi ninguno de los ejemplares, pero no me importó nada, porque la biblioteca en sí, es una maravilla. Nunca antes he visto una biblioteca tan delicada en su construcción. \n\n \n\n

    De allí me dirigí a otro de los edificios de la plaza, aunque tenía que darme prisa, ya que en esta ciudad los atascos son increíbles. En algunas ocasiones me ha costado casi tres horas llegar desde el centro a mi casa, sí, sí, estás leyendo perfectamente… Es una barbaridad lo sé, pero el tráfico es terrible, y si no salgo del centro antes de las cuatro de la tarde, ya me puedo olvidar de llegar a buena hora a casa. Ya que el tráfico se engarrafa, como dicen ellos, y ni por a Rosihna, ni por la playa está fluido. Es desesperante!!!\n\n \n\n

    Así que como quería ver todo lo que me podía ofrecer esta plaza en un día, decidí que iba a entrar. Aunque como me conozco corría el riesgo de llegar a casa tardísimo. \n\n \n\n

    La oferta cultural de la ciudad es increíble, la pena es que mucha gente pasa de este tipo de cosas. Y no puedo entenderlo porque lo tienen delante de las narices y totalmente gratuito.\n\n \n\n

    He tocado este tema, en alguna ocasión, con personas cariocas, y me han dicho que la verdad no tienen interés en la cultura. Porque nadie les ha enseñado a valorarla. Bueno en esto puedo estar de acuerdo entre comillas. Yo creo que los intereses tenemos que cultivarlos también nosotros mismos. Y muchas veces es cuestión de experimentar. \n\n \n\n

    Al llegar a Centro Cultural de la Justicia Federal, en la misma plaza de Cinelândia, me encontré con otra joya de edificio. Nunca pensé que en una sola plaza pudiera encontrar tanta historia, reciente sí, de principios del siglo pasado. Pero perfectamente conservada.\n\n \n\n

    El edificio había sido, como su nombre dice, sede de Justicia, y existían salas en las que habían recreado el ambiente laboral que durante mucho tiempo fue el habitual en las salas. Con escaños para los abogados y el juez, y bancos corridos para el público de las vistas.\n\n \n\n

    Pero el resto de las salas tenían distintas exposiciones todas interesantes, y de fotografía, pero en el salón de actos estaba comenzando un concierto con arpa, así que tenía en mi recorrido una banda sonora de lujo. Disfruté mucho. \n\n \n\n

    Si tuviera que destacar algo de este edificio diría que me llamó mucho la atención la escalera de hierro forjado, muy del estilo de la Torre Eiffel de Paris.\n\nComo veis empiezo hablando de Belle Époque y termino con París, este texto ha sido también muy afrancesado. Es curioso que tomaran como ideal de belleza al estética francesa a principios en 1900, creando un boulevard digno de cualquier barrio de París.\n\nEl próximo día os hablaré del local donde iban los intelectuales y la alta sociedad de la época a tomar el té o el café de las cinco. Y os adelanto que es mi local preferido de la ciudad. Una joya de establecimiento.\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n

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  • Brasil 21. Cinelândia en Rio de Janeiro.
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