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  • Esta iba a ser la segunda vez que hacíamos una excursión con Veloso, un carioca muy simpático que sabe mucho de su ciudad. Y decidimos salir de la urbe para dirigirnos a la región serrana fluminense. Concretamente a Petrópolis una ciudad situada en el Estado de Rio de Janeiro, en las montañas de la Serra dos Órgãos. A 65 kilómetros de la ciudad de Rio de Janeiro. En coche más o menos hora y media. Fue la primera ciudad proyectada de Brasil. Antes de ser construida, la región era conocida como Fazenda do Córrego Seco, y servía como pasaje de Rio de Janeiro para el estado de Minas Gerais (es una zona muy rica en minerales). Se llama Petrópolis (ciudad de Pedro) en homenaje a su fundador, el emperador Don Pedro II. \n\n

    El clima fresco de la región atrajo a la Familia Real brasileña, que allí construyó su casa de verano. El monarca se refugiaba aquí con su familia huyendo del caluroso verano de Río que suele llegar a los 40 grados. Para acomodar a la corte, fueron construidos muchos palacios y construcciones lujosas. Además, fueron "importadas" 600 familias de inmigrantes alemanes en el siglo XIX para poder realizar los trabajos. Pronto ésta olvidada aldea se transformó en una atractiva ciudad con aires de realeza que, sin embargo, ha conservado sus valiosos atractivos naturales.\n\n

    Todavía hoy, los descendientes de la familia real tienen tierras en la región.\n\n

    Su clima agradable, sus construcciones históricas, y la abundante vegetación de la Sierra y sus montañas sirven como atractivos turísticos. Además, la ciudad posee un gran movimiento comercial y de servicios así como producción agropecuaria (destacando la plantación de frutas de clima templado).\n\n

    Bueno una vez que os he explicado donde íbamos, tengo que decir que el paisaje desde el coche era alucinante, en menos de una hora parecía imposible que estuviéramos tan cerca de la gran ciudad de Río. Ya lo he dicho más veces y no me canso de repetirlo, para encontrar naturaleza exuberante en este país sólo hay que mirar un poco alrededor.\n\n

    La carretera era estrecha y con muchas curvas por lo que teníamos que ir despacio, pero esa era la ventaja, de ese modo disfrutamos más de la sierra carioca. Descubriendo la abundante vegetación, salpicada de orquídeas, cascadas, valles y montañas dando como resultado unas vistas deslumbrantes.\n\n

    Y así llegamos a nuestra primera parada de la excursión a Petrópolis que era el palacio Quitandinha, situado poco antes de entrar en la ciudad.\n\n

    Es diferente a los edificios que habíamos visto hasta el momento en Brasil, el entorno de ensueño, parecía que nos habían trasladado en alguna máquina mágica a centro de Europa, a alguna zona de montaña. \n\n

    Pero esa no era la única diferencia que notamos en este lugar. Nos habían recomendado llevamos nuestras chaquetas y al bajarnos para visitar el palacio, agradecimos el consejo. No, no nos estamos volviendo unos blandengues, con esto de vivir en el clima siempre cálido de Río de Janeiro. Realmente habíamos bajado más de quince grados desde que salimos de casa, y eso para asimilarlo en menos de dos horas era mucho, no????\n\n

    El nombre Quitandinha (almacén) viene del hecho de que este lugar era, a comienzos de siglo XX, una parada de viajeros para comer y descansar. Vamos una especie de posada.\n\n

    El palacio Quitandinha, tal y como está ahora fue construido en 1944 por Joaquim Rolla para ser el mayor casino-hotel de Sudamérica. El estilo normando del exterior es característico de los casinos europeos que tenían éxito en Normandía, antes de la Segunda Guerra Mundial. Su interior trae a la memoria escenarios de películas americanas, por eso le llaman al estilo de este palacio “hollywoodiano”. Los ambientes fueron decorados por Doroth Draper, (escenógrafa) de algunas de las famosas películas de Hollywood de la época.\n\n

    En un área de 50 mil metros cuadrados, fue construida esta edificación de 6 plantas. Cuartos de baño en mármol, candelabros de cristal y un sistema de iluminación que sería suficiente para alumbrar una ciudad de 60 mil habitantes. Además de sus salones que pueden abrigar hasta 10 mil personas. Me imagino que con estos datos pongo al personal en situación de lugar. \n\n

    La cúpula del Salón Mauá es la mayor del mundo con 30 metros de altura y 50 metros de diámetro. Es increíble encontrarse en este espacio, ahora vacío, y emitir cualquier sonido. El eco retumba y es en ese momento cuando puedes imaginar los grandes bailes de otro tiempo. El lujo del vestuario y esa acústica inigualable. \n\n

    Tiene además un teatro mecanizado, con tres escenarios giratorios, tiene capacidad para 2000 personas.\n\n

    El lago enfrente del Palacio tiene el formato del mapa de Brasil.\n\n

    Los huéspedes del Hotel Quitandinha eran millonarios, actrices y políticos que deseaban el máximo en materia de bien vivir. En 30 de mayo de 1946, el Presidente Dutra prohibió el juego en el país y, así, Quitandinha no logró sobrevivir como hotel. Sus apartamentos fueron poco a poco siendo vendidos y a partir de enero de 1989 fue restaurado. Actualmente su parte social es usada para congresos, eventos, espectáculos y ferias. En sus instalaciones también se preparan los grandes cocineros del futuro gastronómico de Brasil. Gracias a su escuela de cocina. Y el restaurante tenía una pinta estupenda, aunque nos quedaba mucho por ver y dejamos esta actividad para un poco más tarde. A parte de que tenía pinta de que nos iban a pegar una castaña de miedo.\n\n

    Una vez que volvimos a coger el vehículo nos desplazamos hasta la ciudad de Petrópolis, y el primer sitio que visitamos allí fue el Palacio de Cristal está ubicado en la antigua Plaza da Confluencia.\n\n

    Fue construido en Francia, en 1879, para el Conde D’Eu, marido de la Princesa Isabel. Es conocido por el nombre de Palacio de Cristal, no sólo el pabellón, producto de la Revolución Industrial (realizado con estructura metálica y cubierto de vidrio, estilo Art Nouveau) que ocurría en Europa; sino todo su entorno, es decir los jardines que lo rodean. Dicen que fue un regalo para su mujer, pero yo no he encontrado nada que me lo corrobore, así que puede sólo lo comento como anécdota.\n\n

    Y una vez construido traído para tierras brasileñas. \n\n

    Este año es el año de Francia, aquí en Brasil, porque entre finales del siglo XIX y principios del XX, tenían como objetivo observar e imitar todo lo que en Europa y concretamente en el país de los gabachos se hacía. Con lo que consiguieron tener grandes influencias francesas en el arte, la arquitectura, la escritura, y la sociedad brasileña. A medida que más conozco la ciudad de Río y sus alrededores más cuenta me doy de este detalle. Bueno, y a lo que iba, el palacio de cristal, que lo había dejado aparcado. Fue inaugurado en 1884.\n\n

    Su fiesta más especial fue celebrada el domingo de Pascua de 1888, en la que la Princesa Isabel, entregó las cartas de liberación a los esclavos. Un detalle por su parte!!!!!! En fin, que no voy a opinar sobre el tema, que me conozco…\n\n

    Desde allí nos fuimos a ver una iglesia, perdón catedral. El que me conoce, sabe lo poco que me gusta visitar iglesias, pero la verdad es que cuando haces una excursión con más personas tienes que ser un poco flexible, y como suelen decir: Relájate y disfruta!!!\n\n

    Así que nos dirigimos a la catedral São Pedro de Alcântara es de estilo neogótico francés del siglo XVIII, empezó a construirse en 1884, bajo el patrocinio de D. Pedro II y de la Princesa Isabel. Así como el resto de las iglesias que he visto por aquí, por fuera claro, no eran ni parecidas a las que estamos acostumbrados. De la catedral de Petrópolis diré que es lo más parecido que hemos visto hasta ahora del arte cristiano europeo. Nos sorprendió en este sentido.\n\n

    Bueno, bueno, resulta que estábamos en una ciudad mucho más pequeña que Río, pero estábamos viendo más historia que en ninguna parte, por eso la llaman la ciudad imperial. Qué bien que en ese lugar han sabido guardar un pedacito de su historia.\n\n

    Desde la catedral decidimos ir paseando hasta el Museo Imperial, que está ubicado en el antiguo Palacio Imperial, la residencia preferida de D. Pedro II. La construcción en estilo neoclásico es considerada relativamente simple para una residencia de soberanos, pero perfectamente adecuada a la función de casa de campo, sin dejar de ser elegante. \n\n

    Construida como sede de la Corte imperial, Petrópolis conserva la majestuosidad típica de las ciudades que escribieron la historia. Las mansiones de los barones, vizcondes y condes, ubicadas en los alrededores del Palacio Imperial, que ahora es un museo, revelan el estilo de vida de una época romántica y aristocrática, de saraos y ropa sofisticada, de refinamiento y poder, de artes y letras, de obligaciones y mucho ocio. En fin, vida de corte!!!!!\n\n

    Desde 1848 Pedro II pasó a veranear en su Palacio de Petrópolis. Su estancia en Petrópolis se extendía por casi seis meses, periodo en el que aprovechaba para dedicarse a sus estudios predilectos, a hacer visitas y a dar largos paseos a pie y a caballo.\n\n

    Cuando entras en el palacio, para visitarlo, lo primero es ponerte una babuchas de franela, para que no se estropee el parquet del suelo, y no dejan entrar con cámaras o videos, así que en esta ocasión no os puedo poner fotos del interior del museo.\n\n

    La atracción principal del museo nacional son la corona y el cedro de Pedro II, de oro cincelado, decorados con brillantes y perlas. Están expuestos con unas medidas de seguridad importantes. Aunque tengo que decir que a mí me gustaron más las estancias como la sala de visitas de la Emperatriz, el comedor, la sala de música, las habitaciones de D. Pedro II, en las que se conserva y mantiene la esencia de la vida de los monarcas en la época en la que habitaron aquí. \n\n

    El museo posee una gran cantidad de objetos, piezas y obras raras de gran interés para conocer mejor la cultura brasileña. \n\n

    Al salir compramos unas pastas en un puesto ambulante, nos explicó Veloso, que eran productos típicos de la zona, así como la miel, y los productos de huerta.\n\n

    Pero yo lo que creo, es que teníamos un hambre de miedo y decidimos que ya era hora de comer, así que como en casi todos los sitios donde vamos. Restaurante de Kilo, y a llenar el buche!!!!!\n\n

    La verdad es que es una forma económica de comer en Brasil, entrar en el restaurante tipo self-service y te vas poniendo en el plato lo que te apetece de calientes o frío, de primeros o segundos o incluso terceros. Y al salir de la zona de la comida, tienes una persona que te pesa tu plato. Y tanto llevas, tanto pagas. Así de sencillo. Puedes repetir cuanto quieras siempre que repitas esta operación. Y el precio siempre es adecuado. \n\n

    Desde allí fuimos caminando hasta la casa de Santos Dumont, también conocida como La Encantada, es una pintoresca residencia incrustada en un sector escarpado y rocoso, hoy convertida en museo. \n\n

    Como he dicho antes, cuando haces excursiones con más personas tienes que amoldarte a todos, y aunque me hubiera encantado entrar en la casa, por lo curiosa que me había parecido la vida de Santos Dumont y las cosas que hizo, e inventó. Tuve que quedarme sólo con la imagen exterior. Ya que nuestra pareja compañera en este día, habían ido vestidos de veranito. Con camisetas de tirantes, pantalones cortos y chancletas. Y la verdad es que hacía un frío que pelaba. Así que tuvimos que acortar nuestro viaje, para que no corrieran el riesgo de coger un resfriado. \n\n

    Lo peor de todo es que los brasileños eran ellos, y por lo visto ni se habían enterado de que íbamos a la sierra. O peor aún que en esta zona de la provincia de Río de Janeiro la temperatura es mucho más baja, que en la playa de Copacabana, donde estaban hospedados en el lujoso hotel Copacabana Palace… En fin!!!! Que me harté de paciencia y ya está.\n\n

    Pero es que ahora me he puesto a leer un poco más sobre este hombre, el Sr. Santos Dumont, y me da más rabia no haber entrado en su casa. En realidad era un inventor, colgado, aventurero, soñador, creativo, piloto, y no sé cuantas cosas más. He tenido la suerte de conocer a varias personas de su estilo, y siempre son fascinantes e ingeniosas…\n\n

    Por lo visto, Santos Dumont recibió de la Princesa Isabel una invitación para veranear en Petrópolis, en la temporada dorada de esta ciudad serrana, durante el Imperio; y al aceptar la invitación decidió construir una casa que atendiera a sus necesidades. Entre las peculiaridades de la casa, se encuentran: una ducha de agua caliente ( estamos hablando del finales de 1800), que funciona con alcohol y que es su última invención. Una escalera que solamente se puede comenzar a subir con la pierna derecha. Y la propia arquitectura de la casa, en la cual no se utilizan divisiones entre las habitaciones. La casa posee tres pisos (el primero era un pequeño taller; el segundo era un salón-comedor y el último, la oficina, la habitación), además de un observatorio sobre el techo. El edificio, un chalet tipo alpino francés. Fue planeada y construida por Alberto Santos Dumont para servir de residencia de verano. Otra curiosidad de la casa es que ella no tenía cocina y todas las comidas venían del Palace Hotel, actual edificio de la Universidad Católica de Petrópolis, junto al Reloj de Flores (está al lado de la casa). Era de familia burguesa, y en alguna cosa se le tenía que notar, no????\n\n

    Además, Santos Dumont fue el primer hombre en despegar a bordo de un avión, impulsado por un motor aeronáutico. Algunos consideran a los hermanos Wright como los primeros, 1903. Sin embargo, Dumont fue el primero en cumplir un circuito preestablecido, es decir que los hermanos volaron a la aventura, pero nuestro brasileño, fue el primero que voló según lo que tenía planeado. Bajo la supervisión oficial de especialistas en la materia, periodistas y ciudadanos parisinos. En 1906, voló cerca de 60 metros a una altura de 2 a 3 metros del suelo con su 14-bis, en el campo de Bagatelle en París. Hasta aquí no me impresionó mucho lo que nos estaba contando Veloso, hasta que al dar la vuelta a la esquina para meternos en el coche, vimos el aparato. Y os digo que yo no me monto en ese cacharro ni loca, ni a tres metros de altura, ni a ninguno. Era un aventurero, sí señor, y se jugaba la vida… Como saqué fotos del aparato, podéis juzgar por vosotros mismos.\n\n

    El 14-bis tuvo un despegue auto-impulsado, razón por la cual, es considerado por parte de la comunidad científica y aeronáutica (principalmente en su país de origen, Brasil) como el "Padre de la aviación". Así que nuestra visita a la ciudad de Petrópolis no fue sólo imperial, sino que le sacamos partido como veis.\n\n

    De camino para casa, Veloso nos contó, que en esta ciudad en el mes de Junio, hacen el Bauernfest (fiesta del campesino). Una especie de fiesta de la cerveza, que no pueden llamar como la fiesta que se hace en Baviera, entre otras cosas porque no se celebra en Octubre, claro.\n\n

    Estos brasileños son la monda!!!! Como tienen tanta mezcla de culturas al final son muy variopintos y celebran fiestas de lo más originales.\n\n

    Os cuento. Cuando escuchamos o leemos la palabra Oktoberfest (fiesta de octubre), automáticamente a muchos de nosotros nos vienen a la mente imágenes de Alemania, cerveza, salchichas y mucha fiesta, algo que indiscutiblemente asociamos a este país europeo. Pero lo que mucha gente no sabe es que el Oktoberfest también se celebra en la pequeña ciudad brasileña de Blumenau, en el estado de Santa Catarina en el sur de Brasil. Que se acaba de celebrar, por cierto. Aunque no hemos estado. Si en alguna ocasión nos pilla en casa, nos escaparemos a München para disfrutar de la original, que me llama más la atención. Tengo que ser sincera.\n\n

    Bueno que al final he acabado en Europa, Ana vuelve!!!!!\n\n

    Eso, que estaba en Petrópolis, o mejor dicho saliendo de ella. Veloso nos dijo que el Bauernfest, es la fiesta en homenaje a los colonos alemanes y ofrece mucha música, comida y bailes típicos. Tiene lugar en un burgo construido en los alrededores del Palacio de Cristal. Se celebra el 29 de junio porque fue la fecha de desembarco de los colonos europeos en Brasil. Vinieron a trabajar para construir la ciudad y lo hicieron duro. De este modo consideran los habitantes de la ciudad que les rinden un homenaje a ellos y a sus tradiciones. Me pareció una bonita manera de reconocer su esfuerzo.\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n

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  • Brasil 18: Petrópolis, ciudad imperial.
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