PropertyValue
opmo:account
is sioc:container_of of
sioc:content
  • No era la primera vez que volábamos Félix y yo, pero si era nuestro primer vuelo de ese tipo.\n\n

    Dicho así, parece que estuvimos tomando alguna droga psicotrópica y estábamos con un colocón de miedo. No, no tiene nada que ver con eso. \n\n

    Cuando llegamos a Río de Janeiro, en los días previos al carnaval, ya nos hablaron de la experiencia de sobrevolar la ciudad en helicóptero. Pero, estábamos recién llegados, y teníamos que centrarnos en el trabajo, y en la búsqueda de apartamento, antes de dedicarnos a otras cosas.\n\n

    Pero llegó Frank, un compañero de Félix, que vino de Alemania. Y la verdad es que, entre el uno y el otro se fueron picando. Hasta que me hicieron una llamada, para decirme que el finde nos íbamos a dar una vuelta en helicóptero. Estaban como dos críos, emocionados. Y la verdad es que nunca se me había ocurrido que daría una vuelta en este tipo de vehículo, pero tampoco tuvieron que convencerme.\n\n

    Cuando visitamos alguna ciudad, siempre acabamos, Félix y yo, subidos en su punto más alto. Desde allí se observa su magnitud, y se respira aire limpio. Lo hemos hecho en Bosnia, Croacia, Alemania, Italia, y ahora en Brasil. Pero lo de subirnos en helicóptero, eso es nuevo. Y creo que podemos sentirnos privilegios de decir que todavía hacemos cosas por primera vez.\n\n

    Nos gusta seguir experimentando, y como digo, eso es un lujo cuando contamos la vida por varios pares de decenas…\n\n

    En Río de Janeiro ya habíamos estado en el Cristo y en el Pao de Azúcar(al que subimos en teleférico), con lo cual creíamos que ya habíamos alcanzado su cota más alta. Pero era sólo el principio. Las vistas desde estos dos lugares son alucinantes. Se aprecia la extraña convivencia de los altísimos edificios de apartamentos y las zonas verdes. Casi a partes iguales. Y todo ello contrastando con el mar de fondo. Un atlántico de aguas azules y unas playas de arena blanca.\n\n

    El día en cuestión, nos levantamos temprano, tuvimos la suerte de que nos salió un día despejado y caluroso. De este otoño que tiene Río que para nosotros es tan desconocido, como agradable.\n\n

    Nos recogieron en un coche a los “tres Marios” y nos llevaron al helipuerto. \n\n

    Entramos en la nave donde se lavan los aparatos, y se le hacen las pequeñas reparaciones y manutención. Allí nos recibieron el piloto (un chico joven de unos veinte y pico años) y el encargado de la empresa.\n\n

    Era muy emocionante estar allí, ver los helicópteros y además con las tripas abiertas, mientras estaban ajustando, cambiando y engrasando las piezas. En otra parte de la nave, estaban limpiando uno minúsculo de dos plazas. \n\n

    El encargado nos dijo que hay personas que viven en Río de Janeiro y trabajan en Sao Paulo y van en este medio de transporte, por eso no necesita más plazas.\n\n

    En Barra da Tijuca, el barrio donde vivimos, han crecido notablemente el número de torres, algunas de ellas ya cuentan con helipuertos (en menor número que Sao Paulo que es la ciudad con más helipuertos del mundo) pero con la cantidad necesaria como para que ya existan distintas empresas de taxis aéreos.\n\n

    En la misma ciudad, por lo visto, también hay quien los utiliza para estar a salvo del tráfico desastroso. Pero me imagino que quien haga esto tiene la cartera a rebosar…\n\n

    Tengo que reconocer que al que tenga que soportar todos los días el tráfico de Río, y después encontrar sitio para aparcar, etc. Al final, le compensa si va por el aire, porque el tiempo es dinero, y los nervios también.\n\n

    Además yo para estas cosas soy un poco provinciana, siempre he vivido en una ciudad pequeña donde no hacía falta este tipo de lujos.\n\n

    Aunque estoy sufriendo en mis carnes lo que comentaba del tránsito engarrafado de Río, como dicen los brasileños. Hay días que me voy al centro a hacer recados o a ver alguna cosa, y la vuelta es de casi dos horas, como no ande lista y me vaya antes de la hora punta. Que tampoco, sé exactamente, a qué hora es, porque siempre me pilla. En fin de eso igual hablo otro día.\n\n

    Hoy el primer vuelo en helicóptero.\n\n

    A mí personalmente incluso los de cuatro o cinco plazas me parecieron más pequeños de lo que me los había imaginado.\n\n

    Con un cochecito parecido a los de golf, fuimos hasta la pista donde nos estaba esperando nuestro helicóptero. De cuatro plazas, era como digo, pequeño.\n\n

    Nos montamos junto con el piloto, y mis chicos muy caballerosos me dejaron ir de copiloto. Nos dijeron como teníamos que ponernos los cascos con micrófono. En ese momento nos dio una risa a todos porque parecíamos profesionales y todo….\n\n

    Arrancó el aparato, sin subir todavía, y el ruido ya era ensordecedor. Así que en ese momento fue cuando nos dimos cuenta de la función de los cascos. Sin ellos Félix que sufre de Tinitus, se hubiera vuelto loco. Pero para poder comunicarnos hubiéramos tenido que desgañitarnos y aún así no hubiéramos conseguido escuchar nada.\n\n

    La hélice comenzó a coger velocidad y empezamos a subir, poco a poco.\n\n

    En ese momento me pareció tan frágil el aparato, que se me ocurrió comentar por mis cascos: “Esto es seguro????” Rápidamente el piloto me respondió con una sonrisa que sí. \n\n

    No es que tuviera miedo, nunca me ha dado especial respeto lo de volar, pero es que desde dentro el habitáculo era tan txiki, y parecía tan leve, que me dio un poco de rollo en el estómago. \n\n

    El helicóptero se balancea con las distintas corrientes que encuentra en su camino aéreo. Es como si fueras por una carretera con baches.\n\n

    Pero cuando ves la panorámica que te ofrece, la verdad es que no prestas mucha atención a sus inestabilidades.\n\n

    Desde el aire se puede disfrutar los relieves arquitectónicos, sociales de esta “ciudad maravillosa” y sus diferentes niveles naturales que pasan por toda la gama de tonalidades verdes y azules.\n\n

    La vista desde el cielo de la ciudad de Río de Janeiro es espectacular. Las playas de Barra, Leblón, Ipanema, Copacabana se ven más hermosas desde la distancia. Donde se pierde el concepto de playa urbana, abarrotada de gente en los días festivos y de sol.\n\n

    Las urbanizaciones de lujo, algunas de las zonas urbanas o industriales y las favelas, como la de a Rosihna, con dimensiones exageradas. Se ven de otro modo. \n\n

    Las zonas verdes como he dicho son muchas en esta ciudad, pero impacta mucho desde el cielo a Foresta da Tijuca. Un pulmón de selva tropical atlántica que parece mentira hayan preservado en medio de esta gran urbe. Es increíble que la especulación del terreno no le haya afectado. Y un lujo, dicho sea de paso.\n\n

    Los cerros o morros, montañas redondas de la edad del hielo (sí, eso el lo que las ha dejado lisas), que están por todas las partes de la ciudad. Normalmente están peladas, porque son de granito.\nEl famoso Cristo, presidiendo uno de los numerosos morros. Dimos varias vueltas alrededor de esta estatua religiosa, famosa en el mundo entero. Desde el aire apreciamos nuevamente lo afortunada que es, de tener día tras día, las vistas más bonitas de la ciudad. Ahí, justo a sus pies.\n\nLa verdad es que íbamos emocionados hacia el helipuerto, pero más emocionados llegamos a la vuelta. Después de media hora de viaje.

    Seguro que piensas: “sólo media hora????” Pues te diré, que es tiempo suficiente para ver una mega ciudad como Río de Janeiro.\n\n

    Es caro, pero es una experiencia que merece la pena tener por lo menos una vez en la vida.\n\n

    Este año seguramente no tengamos más vacaciones que los cuatro días de Iguazú, y lo teníamos claro casi desde que llegamos aquí. Así que cuando nos apetece hacer alguna cosa, como esto del vuelo en helicóptero, lo hacemos y ya está. Vamos que nos damos un lujo de vez en cuando.\n\n

    Aunque como le cogimos el gustillo a esto de subirnos más alto, en Iguazú repetimos…\n\n

    El orden de los textos del blog es un poco desordenado, pero es que escribo según me apetece el tema….\nEl resto del día lo pasamos con Gunter, y Frank en un chiringuito de playa, cerca de la de Grumari, mi favorita de la ciudad, lejos de la urbe.

    Comimos pescado fresco, tomamos agua de coco helado. Disfrutamos de la conversación y de las vistas, sin estrés. Al final, a alguno le cayeron unas caipiriñas, pero no voy a dar nombres, que no quiero que me acusen de chivata.\n\n

    Además, mis chicos disfrutaron de algún que otro bum bum, como le dicen aquí. Perfectamente visible con esos bikinis que llevan aquí. Que en vez de ropa de baño, parecen hilos dentales. Hay que decirlo todo!!!!\n\n

    Aquí la mayoría de las mujeres llevan ese tipo de bikini, que si he de ser sincera, no le quedan bien mas que algunas de ellas, y se pueden contar con las manos.\n\n

    Pero por otro lado pienso, que es perfecto que estas mujeres tengan coraje de ponérselos, y no tantos complejos como tenemos muchas de otros países.\n\n

    Y ahora alguien puede pensar que llevo bragotes tipo Bridget Jones. No que va, nada de eso, pero me resisto al bikini tanga. Me quedo con una cosa intermedia entre un modelo y el otro. Nada más.\n\n

    Bueno y ya me vale que si no me voy por otros derroteros y hoy sólo quería contar nuestra primera experiencia con el helicóptero. Y eso ya lo he hecho.\n\n

    \n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n

sioc:created_at
  • 2009-09-25 20:23:33
is sioc:creator_of of
is opmo:effect of
sioc:has_container
sioc:has_creator
sioc:has_reply
opmo:pname
  • http://lacomunidad.elpais.com/ana/2009/9/27/brasil-16-buen-vuelo- (xsd:anyURI)
sioc:title
  • Brasil 16. Un buen vuelo!!!!
rdf:type

Metadata

Anon_0  
expand all