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  • Namaste - India, la amas o la odias\n\n India — jueves, 22 de noviembre de 2007\n\n Namaste \nCuatro semanas en la India. Marzo-abril 1999.- \n(Diario de viaje) \nUna aventura de treinta días, esperada desde hacía muchos años. \nPero qué es una aventura? ... pienso que es ir a lo conocido y explorado pero con los medios que surjan en el camino. Aún no sé qué itinerario voy a caminar, solo sé la fecha de llegada y la de regreso, el lugar de inicio y el del final, entre éstos dos puntos conocidos de ésta aventura.- \nMás que un viaje a lugares determinados me he propuesto hacer un viaje interior, pero para hacer ésto necesito recorrer caminos y descubrir culturas desconocidas para mí: ahí es donde me voy. \nMi mochila está vacía a la espera de que la llena con las cosas indispensables, que no han de ser muchas: medicinas, mapas, libros, ropa, buen calzado y lo que haga falta se irá comprando por el camino. Lo que tiene más valor es la cámara Nikomat, mi diario y el cinturón donde se alojará el pasaporte y dinero, casi pasará a ser mi segunda piel. \nMi primer destino desde Barcelona es un vuelo a Bombay o Mumbay (haciendo escala en Milán, por Alitalia), allí empieza todo, nada más puedo decir ahora, no hay planes, hay mucha información pero el camino a seguir no está planificado. \n\nViajar es un confesionario ambulante y como el viajero es considerado una persona "en tránsito" (alguien que se marchará de la ciudad en el primer autobús), es mucho más probable que la gente que encuentra en el camino comparta los detalles personales de su vida con él y no con uno de sus paisanos. \nTambién es la ventaja del viajar solo, es la manera más positiva de que la gente se le acerque y la mejor forma de mezclarse en los grupos. \n\nEl 28 de marzo del 1999 llego a Mumbay, eran las 3:30 de la mañana, un primer impacto de los 31º de temperatura, una humedad palpable y un olor inusual a incienso. Ya estoy en la India! Un aeropuerto desconocido, una lengua desconocida y sin idea sobre en qué dirección estará la inmensa ciudad. Lo mejor fue contratar en el mismo aeropuerto un taxi que me llevara hasta un hotel ya reservado, en la zona llamada Colaba, hotel "Celleste" con una tarifa no muy económica, pero era para pasar la primera noche. \nEl viaje en taxi duró una hora, supongo que el mismo trayecto durante el día podría llevar tres horas. me relajé en el asiento trasero y comencé a saborear a ésta India tan esperada. \nMi primer impacto: mucha gente durmiendo en la calle. \nAl día siguiente salí del hotel para encontrar un desayuno, nada encontré a algo que se parezca a uno europeo, por tanto mi primer bocado fue un Masala Dosa, un poco picante para ser un comienzo gastronómico en India. Cuando se hace un viaje a la India, más que a vivir la realidad del país, se va a observarla, para intentar de tomar conciencia y entender su ritmo de vida.A menudo se viaja con un período limiado de tiempo. La estancia tiene un principio y un final, lo cual permite vivir la experiencia, por una parte, con más intensidad y, por la otra, con cierta distancia. Se adopta una posicion de espectador, se observa, se conoce e, incluso, se procura comprender.El problema viene cuando desde la óptica occidental se intenta cambiar aquella realidad que para nosotros es caótica y extraña. Entender o tatar de comprender las normas de funcionamiento de la India es prácticamente imposible. Las dinámicas sociales, económicas, culturales y religiosas son diferentes de las que conocemos. Cuesta entenderlas, aunque haya muy buena voluntad. Nuestros parámetros, nuestros pensamientos, nuestras costumbres no están cortados por el mismo patrón (¡y lo malo es que nos pensamos equivocadamente, que los nuestros son los mejores!) y a menudo no encajan con los de una cultura milenaria y llena de historia, con sus propias leyes, gracias a las cuales se han mantenido vivas.Dspués de mi primer viaje a India, ésta dejó de ser una foto de colores satinados y se convirtió en un lugar lleno de caras morenas, sonrisas sinceras y luchas diarias por sobrevivir. La lucha de unas personas que no tienen nada pero que salen adelante con una dignidad envidiable. Y ésto es para mí, una lección de vida que no se olvida jamás.India desconcierta, hace tambalear los esquemas y sirve para aprender y para recuperar un puñado de valores útiles, necesarios para viviry, a menudo, olvidados. De las muchas sensaciones que provoca la India hay una que es definitoria: no deja indiferenteAlgunas personas conocen la India de paso, sin pararse, pero es un país inmenso con espacios llenos de vida y de personajes fascinantes, sólo hace falta quererlos conocer e ir más despacio.-Cuando se hace un viaje a la India, más que a vivir la realidad del país, se va a observarla, para intentar de tomar conciencia y entender su ritmo de vida.A menudo se viaja con un período limiado de tiempo. La estancia tiene un principio y un final, lo cual permite vivir la experiencia, por una parte, con más intensidad y, por la otra, con cierta distancia. Se adopta una posicion de espectador, se observa, se conoce e, incluso, se procura comprender.El problema viene cuando desde la óptica occidental se intenta cambiar aquella realidad que para nosotros es caótica y extraña. Entender o tatar de comprender las normas de funcionamiento de la India es prácticamente imposible. Las dinámicas sociales, económicas, culturales y religiosas son diferentes de las que conocemos. Cuesta entenderlas, aunque haya muy buena voluntad. Nuestros parámetros, nuestros pensamientos, nuestras costumbres no están cortados por el mismo patrón (¡y lo malo es que nos pensamos equivocadamente, que los nuestros son los mejores!) y a menudo no encajan con los de una cultura milenaria y llena de historia, con sus propias leyes, gracias a las cuales se han mantenido vivas.Dspués de mi primer viaje a India, ésta dejó de ser una foto de colores satinados y se convirtió en un lugar lleno de caras morenas, sonrisas sinceras y luchas diarias por sobrevivir. La lucha de unas personas que no tienen nada pero que salen adelante con una dignidad envidiable. Y ésto es para mí, una lección de vida que no se olvida jamás.India desconcierta, hace tambalear los esquemas y sirve para aprender y para recuperar un puñado de valores útiles, necesarios para viviry, a menudo, olvidados. De las muchas sensaciones que provoca la India hay una que es definitoria: no deja indiferenteAlgunas personas conocen la India de paso, sin pararse, pero es un país inmenso con espacios llenos de vida y de personajes fascinantes, sólo hace falta quererlos conocer e ir más despacio.- \n\nSabía que en la zona de Colaba encontraría hoteles económicos, me abandoné a la intuición y un "cazaclientes" me ofreció "just to look", un hotel con habitaciones por 240 rupias; la noche anterior había pagado 850, eso sí tenía aire acondicionado y TV, pero como no había viajado a India para ver televisión y mi interés era de sentir el país, me acompañó para ir a verlo.El "India Guest House" (1/39 Kamal Mansion. 3er. floor, near Radio Club. Arthur Bunder Road, Colaba. Bombay-400 005 Tel: 283 37 69), no estaba mal, un cuarto piso sin ascensor y una habitación que era un habitáculo, tipo camarote de un barco de tercera, al menos con una pequeña ventana donde haciendo un esfuerzo podía ver el mar de Arabia. Preferí visitar algún otro antes de decidir, por tanto me acerqué al "Salvation Army Red Shield Hostel" recomendado como el más económico por la guía Lonely Planet (mi Biblia), pero me dicen que las camas se dan a las 9 am. y a esa hora ya no había plazas .- "come back to morrow" _ me dicen en recepción, entonces regresé por mi mochila y me instalé en el "India Guest House" por 260 rupias la noche. \n\nYa instalado empecé a descubrir Mumbay. Cerca de allí la Puerta de la India (Gateway of India), un inmenso arco parecido al Arco del Triunfo de París, donde parten embarcaciones a la Isla Elefante, sin pensarlo me embarqué y navegué hasta la misma durante una hora con una temperatura de 36º. La isla no es muy atractiva, pero allí se encuentran unas cuevas que datan de los años 450 y 750 llenas de esculturas de Shiva, algunas destruídas por los portugueses y la más famosa es el Trimurti o Shiva de la triple cabeza. Por una empinada escalera se llega a las cuevas, flanqueada por puestos de artesanías y refrescos. Para quienes así lo necesiten hay palanquines que le llevan a cuestas. Muchos monos por todos lados, dan un poco de respeto, he de acostumbrarme a ellos. Calor, mucho calor. \n\nEs mi primer acercamiento a la mitología más compleja del mundo. \nDe regreso, en la Puerta de la India, me acerco al Hotel Taj Mahal, subo al último piso para disfutar de unas buenas vistas sobre la zona portuaria de Mumbay, vale la pena. \nDespués de una buena ducha salí a cenar y recorrí, ya de noche, la playa de Chowpatty, con su largo paseo marítimo donde la gente acude a relajarse y tomar un poco de aire fresco. Observo el agua muy sucia, la arena otro tanto, el encanto está en la noche y la gente que anda por allí. Por primera vez me encuentro con tres travestis indios que me llamaron la atención, son muy respetados y se los considera portadores de buena fortuna. \nPara regresar al hotel me perdí y andube bastante tiempo buscando señales que me orientaran hacia dónde ir..- \n\n-29 de marzo.- Madrugo para ser el primero en el "Army Red Shield Hotel", y me dan una cama en dormitorio compartido por 400 rupias, no es negocio cambiarme, por tanto me quedo donde estoy. Camino a a la Victory Station para comprar algún billete de tren a algún destino de la India, porque Mumbay no es para quedarse más tiempo, ya me lo habían dicho _"evita las grandes ciudades en India!"_ La estación es un edificio victoriano que se parece a una catedral, señales británicas como en muchas partes de éste país. Es enorme, me lleva tiempo encontrar la ventanilla especial de venta para extranjeros, hago cola y al llegar mi turno después de una hora, elijo un billete a la ciudad de Vanarasi (Benarés), en segunda clase por 9 dólares!, son 33 horas de viaje y el tren sale el 1º de abril a la medianoche. O sea que ya tengo mi primer rumbo proyectado en la India. \n\nDe regreso hago fotos a las personas que encuentro en el camino, la pobreza es alucinante y sé que debo acostumbrarme a ver familias enteras viviendo en plena calle. \nComo barato en el Hotel Majesty, aunque luego pago el capricho de una cerveza española por 70 rupias, en un bar que tiene licencia para vender alcohol ya que la venta del mismo está prohibido. Me sorprende que desde el tiempo que llevo me han ofrecido todo tipo de drogas, sin embargo el alcohol está prohibido.- \n\n30 de marzo- Duermo diez horas!. Sigo descubriendo Mumbay. \nVisito el Museo Príncipe de Gales, que fue construído para comemorar la primera visita del rey Jorge V a la India en 1905, un edificio fantástico de estilo indo-sarraceno en medio de un jardín ornamental con una gran sala central coronada con una gran cúpula, se cuenta que fue inspirada por la de Golgumbaz, en Bijapur. El paseo fue agradable pese al calor y la humedad. Aquí encontré estatuas de la Isla Elefanta, figuras de terracota del valle del Indo y gran variedad de miniaturas. Hay ausencia de aire acondicionado pero ya me estoy acostumbrando al ruido producido por los grandes ventiladores.Es como sentir un gran elicóptero sobre la cabeza, todo el tiempo. \n\nDecido ensayar el hecho de cómo tomar un tren en India, entonces me voy a la estación Churchgate y tomo un tren con destino a Borivali y así poder llegar al parque Nacional de Sanjay Gandhi, mi primera expeiencia en un tren indio! \nViajar en tren es toda una experiencia y fue lo más positivo del día. Mucha suciedad, los cristales de las ventanes no existen, las puertas tampoco. Esos 40 minutos de viaje sirvieron para tener una idea. Una vez en la estación de Borivali tomé un rickshaw-wallehs que me llevó al parque nacional; creo que fui estafado con el precio porque de regreso la tarifa fue mucho menor. \n\nEl parque nacional no es interesante recorrerlo, pero la experiencia de llegar hasta allí: sí. \nAquí veo el primer elefante en la India.. \nCircular en Mumbay es un caos, los semáforos no se respetan y el sonido del claxon es contínuo. Veo a la policía dirigir el tráfico utilizando palos con los cuales no dudan para empujar a las multitudes. \n\nDebido a la tremenda polución me siento sucio, se une a ésto el hecho de sudar tanto, comprendo que Mumbay es una gran ciudad sucia! ... así es India en general?, me pregunto. Paso por la National Gallery of Art y contemplo una extraordinaria exposición de fotografías sobre la ciudad de Vanarasi, me imagino que en unos días estaré allí respirando aquel ambiente. \nComo un pollo al Tandoori, una especialidad de la India del norte, consiste en la cocción en un hornillo de arcilla después de macerar la carne con una mezcla de hierbas y yogur, un plato exquisito! \nOtro plato mongol del norte es el byryani, la carne, generalmente de pollo, se mezcla con arróz de sabor delicioso, color anaranjado, que a veces lo sirven con frutos secos o fruta. Estos dos platos son muy piantes y los repetiré de momento, con lo demás no me atrevo aún. \n\n31 de marzo Camino hasta el mercado de Crawford, vale la pena y mucho! me pierdo en él, un caos de gente entre un laberinto de callejuelas, mucho ruido, gritos anunciando la venta de lo que sea y descubro un templo en medio de aquel caos: el Templo de Madhavgaug, dedicado a las vacas! donde son tratadas con mucho cariño, allí están ellas donde la gente les lleva de comer. Qué sería de la India sin las vacas? ... me las encuentro por todas partes, son las señoras que lo observan todo y a quienes todo les está permitido. \n\nComienzo a acostumbrarme a los mendigos que me piden siempre una limosna, cuando menos me lo pienso allí ellos se aparecen. Al principio me producen un choque, me siguen pidiéndo algo, su mano extendida para que les vea, mostrándome la falta de algún miembro para producir contemplación o lástima. Son pacientes y perseverante y me están enseñando a serlo. A veces me siguen durante mucho rato hasta que se dan por vencidos y me dejan solo, no me atrevo a darles una moneda, sería una manera de evitarlos o sacármelos de encima, qué les soluciono yo dándoles una moneda? ... debo comprenderlos porque forman parte de una sociedad. Observo que mucho turistas enseguida les dan algo. Ahora me pregunto porqué? ... Así conozco a Suresh, un chico que habla inglés y le invito a comer un thali. Suresh me ve como un poderoso, le cuento de mi viaje y que en un mes podríamos volver a encontrarnos para volver a vernos; él se pensaba que mi destino sería Goa, como el de la mayoría de los turistas que encuentras en Bombay. Le cuento que mi manera de viajar es un poco especial, me alejo de los puntos que están saturados por el tipo de turismo que yo le llamo de "plástico". Me siento viajero y no turista. Me despido de Suaresh y me quedo pensando en lo que será de su vida... \n\n1º de abril Escribo en el tren, viajando a través del estado de Madhya Pradesh, el más céntrico de la India. El calor abrasa, el aire que entra por las ventanas quema y por ellas observo enormes campos sembrados pero muy secos. \nEncontrar el vagón en la estación Victoria no fue fácil, primero debía localizar el nº de vagón y luego buscar en un lista pegada en una de sus puertas donde figuraba mi nombre, edad, sexo y número de asiento. Coincidí en un compartimiento para seis personas que comparto con un australiano, una china radicada en Australia y un indio que vive en USA, o sea que buen diálogo entre los tres. \n\nDormí en la "cucheta" superior y resfrescó por la noche. Aún tengo una noche más y todo el día de hoy. Aprovecho para meditar, leer mi" Biblia Kairós" y contemplar la gran película que se desarrolla del otro lado de la ventana. \nLa vida del tren es interesante. \n\n2 de abril, viernes santo! Vanarasi. \nEran las 5:30 cuando el tren llegaba a la estación de Vanarasi, el par de botas que me venían acompañando las abandoné en el vagón para que alguien hiciera buen uso de ellas. Con mi compañera inseparable, la mochila, tomé un moto-rickshaw para que nos llevara a la parte vieja de la ciudad donde se encuentran los Ghats que dan sobre el río Ganges. Intenté encontrar una cama en un hostal de precio muy económico, a esa hora una señora salió a ecirme que estaba lleno, creo que la había levantado de la cama y su humor no era muy decente. El conductor del rickshaw se ofreció a llevarme a otro (seguramente que tendría una comisión) y terminé en el "Safari Guest House" en una habitación doble, muy espaciosa con su cuarto de baño por 150 rupias. Una amplia terraza permitía tener buenas vistas y disfrutar de un english breackfast. Después de ello salí a explorar Vanarasi. Aquello es impactante, se me hace difícil explicarlo. \n\nDe las siete ciudades santas de la India, ésta es la más santa. Palacios en ruinas que parecen desmoronarse sobre el Ganges, meta de peregrinos, paraíso de la muerte. Vanarasi ha sabido resistirse a los ataques musulmanes, al mozón, a la corrosión del tiempo y de la memoria. Pasé varios días en éste lugar y mi conclusión es que en Vanarasi no hay nada que visitar, ni palacios, ni siquiera templos de importancia histórica. Los que en antaño había (unos 1.500) fueron arrasados por el Islam. Los que se recontruyeron, como el Templo de Oro, no es demasiado hermoso y además su entrada está prohibida para los no hinduístas, por tanto contemplé alguna cúpula poniéndome en puntillas. \n\nLo que hice fue dirigirme directamente a los ghats, unos escalones que se adentran a las verdosas aguas del Ganges, allí vienen las sorpresas y en más de una vez me hizo cerrar los ojos o desviar la mirada. \nLos peregrinos vienen a Vanarasi para morir. Es el anhelo de los más viejos, morir aquí libera de una vez y para siempre el samsara, es decir de la penosa obligación de participar en el ciclo de los renacimientos. Vi ancianos sentados esperando la muerte, algunos bajan al Ganges y se bañan (una manera de lavarse las faltas). Vestidos con su taparrabos blanco y las manos extendidas esperando la misericordiosa llamada de Shiva para que les lleve al país de la danza eterna. \n\nUna imágen que me costó contemplar, en el ghat de Manikarnika, es la cremación de cadáveres en una hoguera. Me sirvió para abrir los ojos y sentir la muerte al alcance de la mano, nada hay que la desimule o enmascare. El proceso de cremación es lento, los encargados, con ayuda de unos palos juntan los miembros calcinados, rompen las rodillas, atizan el fuego alrededor del fulgor de las llamas sintiendo un olor lúgubre a carne quemada. \nCaminando por las laberínticas calles de Vanarasi, más de una vez me topé con el paso de unos porteadores llevando un cadáver envuelto en una sábana blanca hacia el río, con gritos, ruegos y oraciones en voz alta "Ram nam satya he" ("el nombe de Dios es la verdad") \nLlegados al crematorio y después de dar un último baño al muerto en el Ganges, lo colocan sobre una pira de madera que encenderá el hijo mayor del fallecido. Los familiares varones contemplarán cómo el cuerpo material se descompone al separarse los cinco elementos que lo forman: la tierra, agua, fuego, aire y éter. \nLos encargados de hacer ésta tarea son los doms, una casta muy baja por el contacto cotidiano con los muertos, pero que en Vanarasi parecen que gozan de una muy buena posición económica. \n\nCaminar entre los ghats a la hora del amanecer es un placer para todos los sentidos, lo hago cada mañana antes de desayunar. Suelo encontrar gente menditando, practicando yoga o tan solo bañándose en las sucias aguas del contaminado Ganges. \nViernes santo, por la noche me acerco al ghat Dasaswamedh y en homenaje a Shiva me hago afeitar la cabeza, un rito que lo tenía en mente y quería hacerlo. \nAllí mismo, un barbero con una vieja navaja me rasura la cabeza, siento que me produce un par de cortes y me lava con el mismo agua del río, no quiero interrumpir la ceremonia, pero sin duda me alarma un poco la posibilidad de coger una infección. Pienso que en el hotel tengo mi botiquín. Colocamos el cabello en una cazuela de barro, una vela encendida en el medio y la echo en el río para que la corriente lleve mi ofrenda a la Diosa Madre. Miles de velas van flotando en las aguas, mientras se escuchan los cánticos religiosos que no entiendo. Una vez finalizado el rito me apuro de llegar al hotel para desinfectarme la cabeza, pero vaya sorpresa, no puedo llegar, la electricidad se ha ido y las calles oscuras no me permiten orientar. Espero durante una hora hasta que la luz vuelve y me apuro en el camino para darme un baño de alcohol. \nNo me veo el nuevo look, no hay espejos en el hotel, por tanto me lo imagino y me hago fotos a orillas del ganges. \n\nEn otro paseo descubro el Templo de Tuisi Manas, de estilo sikhara, construído en 1964. Lo curioso del mismo son sus paredes interiores donde están tallados versos y escenas del Ram Charit Manas, la versión indi del Ramayana (sería como le Biblia para los hinduístas). \nLa zona inundada de monos que me producen cierto respeto.- \nDurante éstos días en Vanarasi me acerco a la estación de trenes para programar mi viaje y decido por un billete a Agra el día 5 de abril, salida a las 17:20 llegando a destino a las 5:30 y así poder contemplar el Taj Mahal! \n\nAntes de partir de Vanarasi, el encargado del hotel logró convencerme para visitar "su" fábrica de seda, allí me acompañó y se tomó el trabajo de mostrarme todas sus colecciones de saris y telas de unos colores bellísimos y una suavidad extrema. Sabía que si accedía a su propuesta no me liberaría de comprar algo. Así fue, después de un interesante regateo me compré algunas cosas un poco contra mi voluntad ya que empezaba el viaje y ya tendría que estar cargando con cosas extras. Siempre se aprende. \nLlega el día de la partida en tren hacia Agra, comparto del viaje con Patrick, un mochilero canadiense que iba al mismo destino. Un rickshaw hasta la estación y una vez en el andén (nº5) esperamos durante 9 horas a que se iniciara el viaje. El tren partió a la 1:30 am.Fue mi primer ejercicio de paciencia extrema en la India, aún me sorprendo de cómo lo conseguí, pero nada se podía hacer. Nadie sabía nada, solo que el tren no venía y que en cualquier momento podía aparecer. Me sorprendió que la gente no se alteraba, se lo toman con buena filosofía, extendiendo una esterilla en el andén y a esperar. Hice lo mismo, medité y leí unas cuantas páginas de "El Dios de las pequeñas cosas" . Encontré el tiempo para pensar en mi, de iniciar ese viaje interior que normalmente en occidente no le dedicamos el tiempo.- \n\nEn el tren dormí y sentí como me comían los mosquitos. A las 15:30 llegué a Agra, perdí de vista a Patrick y me metí en el infierno de la ciudad de Agra donde el calor y la polución son exageradamente notables. \n\n6 de abril.- Agra \nAgra es una ciudad donde nadie iría sino es porque se encuentra en ella una de las maravillas del mundo. Pero atención, Agra es una ciudad con historia, a orillas del río Yamuna en varias ocasiones a lo largo de la historia se vio convertida en capital de la India, en especial en el período de la dominación de los mogoles. Lo que hoy podemos ver es un caos, suciedad, polución, y un ejército de vendedores que asaltan al turista que baja del tren viniendo de algún punto de la India. Esto es lo que me ocurrió. \nLo primero que hice fue negociar con un rickshaw para que me llevara al Hotel Safari, en principio me pedía 40 rupias y lo arreglamos por 15. No estaba mal, una habitación con aire acondicionado que producía un gan ruido como si fuera un avión próximo a despegar. La temperatura era de 41º. Por fin un espejo donde me permitía ver como me había quedado mi cabeza afeitada. No me sabía mal. \n\nAgra es casi imposible de caminar, pero es el lugar donde se encuentra el Taj Mahal, debo esperar hasta mañana martes que estará abierto, por tanto trato de matar el tiempo de alguna manera. El acoso de los vendedores ambulantes y los rickshaws acaba con la paciencia de cualquiera. Un chico me persigue constantemente ofreciéndome sus servicios de rickshaw, no compende que quiero tan solo caminar, persiste y cuando regreso al hotel establezco una conversación, se llama Lal Khal, me habla de su numerosa familia y lo que significa para él poder trabajar con los turistas, le propongo que mañana me espere a las 6:30 en la puerta del hotel y que durante el día me llevará a visitar el Taj y otros lugares. Efectivamente, a esa hora Lal estaba esperándome con su bici-rickshaw esbozando una gran sonrisa. \nA primera hora nos dirigimos al Taj Mahal, la tarifa de entrada al amanecer y al atardecer es más cara, pero bien vale la pena (por la luz del sol) \nEl Taj Mahal, el más extravagante monumento jamas construido por amor! \n\nEste emotivo mausoleo mogol se ha convertido en el monumentoturístico más emblemático de la India. Construído por el emperador Shah Jahan en memoria de su segunda esposa, Mumtaz Mahal, cuya muerte durante un parto en 1631 dejó al emperador tan desolado que se dice que el cabello se le volvió blanco en solo una noche. \nLa construcción del Taj empezó ese mismo año y no se terminó hasta 1653. En total trabajaron 20.000 personas de la India y del Asia Centra. Se cree que el principal arquitecto fue Isa Khan (de Irán). También se trajeron epertos de Europa: tanto Austín de Burdeos como Veroneo de Venecia intervinieon en su decoración, lo que permitió a los británicos engañarse a sí mismos durante cierto tiempo, pensando que un edificio tan exquisito forzosamente debía haber sido diseñado por un europeo. La más inusual historia sobre el Taj es que pudieron existir dos de ellos. Se cuenta que Shah Jahan tenía la intención de construir un segundo Taj, su propia tumba, en mármol negro, un negativo del blanco Taj de Mumtaz Mahal. Antes de iniciarse ésta tarea, su hijo, Aurangzeb, le derrocó. \n\nShah Jahan pasó el resto de su vida como prisionero en el Fuerte Rojo, divisando a lo lejos la última morada de su esposa. \n\nLo primero que me sorprende del mausoleo es la impresión de unidad que desprende. Una sola forma, una sola materia, un solo color. El islam elimina el desorden politeísta y representa la unidad en lo múltiple. \n\nDespués del obligado recorrido por los escalones, la plataforma, los cuatro minaretes, la gran sala interior y la tumba propiamente dicha (a la cual caminé siete veces seguidas a su alrededor en sentido de las agujas del reloj, sin saber porqué...) yo recomendaría lo que hice: regresé al jardín y me senté sobre la hierba cerca de un estanque. Allí, con el espíritu relajado dejé que mi mirada se posara sobre aquel monumento. Es indefinible, sobrepasa la belleza, resulta inexpresable. \n\nExisten tres entradas al Taj, la principal es la del lado Oeste, un imponente pòrtico de arenisca roja, en el interior tiene inscritos versículos del Corán en árabe. Los senderos que llevan al Taj están divididos por un largo canal en el que se refleja el mismo (cuando hay agua). Los jardines que lo rodean son del estilo mogol llamado charbagh. \nEl propio Taj se levanta sobre una plataforma elevada de mármol blanco. En las esquinas de la plataforma lo adornan altos minaretes de puro carácter decorativo. pero como el Taj no es una mezquita, nadie se sube a ellos para hacer la llamada a la oración. \nHay dos edificios gemelos de arenisca roja que enmarcan al Taj; el del lado occidental es una mezquita (que no se la puede usar porque está orientado en forma incorrecta) y su gemelo del lado oriental simplemente es para mantener la simetría. \nLa estructura central del Taj tiene cuatro pequeñas cúpulas que rodean la bulbosa cúpula central. Las tumbas de Mumtaz Mahal y de Shah Jahan están en una cámara en el sótano. Encima de ellas, en la sala principal, existen unas tumbas falsas. \nLa luz que llega a la sala central lo hace a través de unas celosías de mármos talladas finamente. Allí me encontré a un tenor cantando algún aria para comprobar el eco fantástico que se produce. \n\nIndudablemente la simetría del Taj es perfecta desde cualquier ángulo que se lo mire. \n22 fueron los años que Shah Jahan esperó para ver su sueño hecho realidad. \nNo sé cuánto tiempo permanecí contemplándolo, pero ya avanzada la mañana el calor empezaba a apretar. Lal Khal me estaba esperando en la entrada con el rickshaw a punto y la eterna sonrisa. \n\nMe monté en él y me llevó hasta el Intimad-Ud-Daulah que es otro mausoleo del estilo del Taj, pero más pequeño y anterior a su construcción, que una poetisa persa hizo construir a su padre en 1626 Cerca del sucio río Yamuna donde hice fotos a unos niños que jugaban en sus aguas. Poca gente por allí, era un placer contempar ésta otra maravilla. \n\nEn Agra, me encuentro con un territorio musulmán, pero se trata de un islam persa de recargada y fina decoración; me da a entender que Persia, en determinado momento de la historia, invadió India pero armada con cinceles de escultor más que con espadas. \n\nLa próxima parada fue en el Fuerte Rojo o Fuerte de Agra, que en principio sirvió para el ejército y luego pasó a ser residencia de los emperadores. Mucha gente me encuentro por allí pero vale la pena visitar su interior, hay muchos edificios, palacios y una mezquita que son una maravilla. Visité la celda donde estaba prisionero Shah Jahan en la cual tenía una ventana por donde podía observar la tumba de su amada. \n\nEl calor es sofocante, de camino al hotel cambio dinero en un banco, Lal Khal se niega a llevarme de regreso, me quiere enseñar el mercado de artesanías, pero meo pongo y no logra cambiar mi itinerario. Llegados al hotel le doy 150 rupias, me esboza otra sonrisa, sé que con ese dinero toda su familia podrá comer por unas semanas, pero insiste en seguir prestando sus servicios. \nTomo una buena ducha fría y después de una siesta salgo a caminar, allí está Lal con su rickshaw otra vez, insistiendo a que me suba, pero él no entiende que solo quiero caminar. Lo tendré siguiéndome los pasos todo el camino. \n\nAl día siguiente abandono el hotel y me voy a la estación de tenes para configurar mi próximo destino:Jaipur! El tren sale a las 19:50, entonces dejo la mochila en consigna y en un autobús me acerco a Faterhpur Sikri, hay buses cada 30 minutos. \nEn hora y media se llega, un viaje para recordar, pensaba que en cualquier momento todo se venía abajo, un viejo bus, parando donde sea, subiendo y bajando gente con bultos, un ruido de claxon atróz y compruebo que ni con los tapones puestos en los oídos puedo mermar el ruido. Toda una auténtica experiencia! Viajo cerca del conductor para que me indique dónde bajarme. \n\nFaterhpur Sikri es un capricho urbano del rey Akbar! \nSu orígen se remonta al siglo XVI, al reinado del poderoso emperador mogol Akbar quien, astiado de la aglomeración de Agra, decidió construir una nueva capital para la corte. \nLas obras llevaron 16 años (entre 1569-1585) los mismos que duró la ciudad. En 1600 se deshabitó a toda prisa porque, según parece, las provisiones de agua se habían agotado. Así es como quedó una obra magna que hoy podemos disfrutar. \nEs a tan solo 40 kms desde Agra, no es demasiado visitada y caminar los recintos es todo un placer. Contaba con escasa hora para hacerlo. En la entrada me encontré con un pesado guía que insistía que le contrate sus servicios, no servía de nada explicarle que quería valerme por mis medios, antes que nada porque hay lugares tan mágicos que me gustan contemplarlos sin que nadie me esté dando la" lata" con fechas y datos que puedo encontrar perfectamente en la guía. \nHay una "originalidad" que impuso Akbar a sus arquitectos y es la orientación de los edificios según el terreno, evitando la tradición hindú de alinear las ciudades con los puntos cardinales. Por tanto el Palacio Real se encuentra en el punto más alto y, a su alrededor, se construyeron el caravasar, la casa de la Moneda y la hermosa mezquita Jami Mashid o Dargah que mira hacia la Meca, de acuerdo con la tradición musulmana. \nMe encantó el conjunto del Palacio Real y sus pabellones, especialmente la casa de la Sultana Turca o Anup Talao y la zona de las mujeres (zenana).- \n\nA las 17:30 bajé al pueblo, donde me encontré con un concurrido mercado de alimentos al aire libre, y tomé enseguida el bus de regreso a Agra, sabía que estaba con el tiempo justo para cojer el tren de las 19:30 a Jaipur, hasta quizás tendría tiempo como para comer algo. \n\nLlego a Agra y tomo u rickshaw para la estación, después de arreglar precio me doy cuenta que en lugar de llevarme a la estación Agra Fort me lleva a Agra Can y una vez allí se negó a llevarme al nuevo destino, por tanto otro rickshaw con el cual previamente pacto el precio al nuevo destino. Pensé que en Agra solo había una estación de trenes, por ello no presté atención, pero voy entendiendo que en India siempre hay que preguntar varias veces por lo mismo y en diferentes lugares y personas. Durante el trayecto se paró a repostar en una gasolinera y había cola. Le dije que si no nos dábamos prisa no llegaría a tomar el tren, pero veo que en India las prisas no existen, lo entendí por su mirada .Con el depósito lleno seguimos viaje, ya estaba oscuro y de pronto nos encontramos en un atasco producido por una pérdida de agua y todas las calles estaban inundadas. Nadie avanzaba, el embotellamiento era tétrico, el claxon y el monóxido de carbono estaba a la órden del día. Yo permanecía en el interior de aquel motorickshaw rogando a que aquello se acabara y pudiera llegar a tiempo. Con un pañuelo me fabriqué una máscara para respirar algo mejor. \nPasan los minutos y nos movemos. Me informo de que la estación Agra Fort estaría al alcance si me pongo a caminar ya!. \nPor tanto le pago lo convenido y en plena oscuridad chapoteando entre el barro, camino para llegar a mi estación, donde aún debo retirar la mochila. Pienso:_ "otro día más en Agra?, no!"_ \nUna vez en el anden observo que el tren aún no ha llegado, salió con una hora de retraso y a las 4:30 del día siguiente estaba en Jaipur, acababa de entrar al Rahastán! \n\nSiempre se aprende algo, India me ofrece un buen método para ser sobretodo paciente y entender que aquí siempre hay que dejar un buen márgen de tiempo en el momento que uno hace un programa. \nIndia siempre sorprende. ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------- \nBuscando una respuesta ante el impacto de la miseria y la pobreza en las grandes ciudades de la India, se la ve por todas partes y me quedo con una sensación de impotencia hasta que alguien me lo explicó claramente: Es una cuestión de fe, de creencias, de destino, me dicen. Creen que la vida que les ha tocado vivir es la que su Dios les ha reservado por ahora. Procuran pasarlo lo mejor que pueden porque están convencidos de que en otra vida, en otra reencarnación, estarán en una situación mejor. \n\n \n\n Namaste II parte, India: Rahastán\n\n India — sábado, 1 de diciembre de 2007\n\n Entender la India a gran escala resulta sencillo, y a pequeña escala: imposible. \nIndia es uno de esos países que cuandomás se lo conoce, más confunde. \nTodo lo que afirmes podrá ser negado y al revés. El siguiente paso es olvidarse del porqué. \n\nEl porqué es una pregunta que casi nunca tiene respuesta. \n\nHe tenido el contacto con la India de polvo, paja y adobe, la sequedad y tierra a punto de quebrarse, de búfalos de agua y bicicletas, de niños desnudos y miradas atónitas. La India rural en la que el tiempo parece haberse detenido. \n\nCuando he encontrado algo inexplicable me he dicho:_ !"India es así!...._ \nDicen que hay dos Indias que se yustaponen, la moderna y la tradicional. Pero para mí hay muchas más, todas mezcladas y difíciles de clasificar: hay una India urbana y otra rural. hay una clase urbana y educada, profundamente hinduísta y que reivindica una vuelta al pasado. Hay otra clase urbana, pobre, desasistida, confinada en los suburbios de chabolas. Y hay otra realidad: el 70% de la población sigue siendo rural, ajena a la vorágine a la que se asiste en las grandes ciudades. \n\nHay dos facores muy importantes: las dimensiones y la educación. El primero significa que la mayoría del pueblo permanece ajena a dirientes, a las desiciones que se toman en la capital. Sus vidas corren ajenas al progreso, del sentido histórico del tiempo. \nEn cuanto a la educación doy un dato: el sistema educativo solo ha alcanzado a un 30% ó 40% de la población. Para la mayoría la cultura se transmite por via oral. El 67% de las mujeres indias son analfabetas. Unos 45 millones de niños nunca pisan una escuela primaria y los que lo hacen tienen un promedio de 2,8 años de escolarización. \nEn éste panorama la televisión penetra profundamente, pude ver algunas antenas parabólicas.- \n\nEn los últimos 50 años, India a duplicado la esperanza de vida y ha conseguido erradicar el hambre. El 93% de las familias puede ingerir dos comidas diarias. Pero el 37% de casi 400 millones, vive en la pobreza. India tiene un tercio de todos los pobres del mundo. \n\nLa India autosuficiente que modernizó su industria, que fue capáz de crear aviones, automóviles, que apostó por la ciencia y envió satélites al espacio y fabricó la bomba atómica en 1974, sigue teniendo grietas en la base de su pirámide. \nDe poco sirve el desarrollo tecnológico si éste no puede servir al pueblo. \n\nDiario de viaje a la India. II parte. \nRAHASTÁN \n(Jaipur, Pushkar, Jaisalmer, Jodhpur y Udaipur) \n\nLlego a Jaipur a las 4:30 am en un tren desde Agra. Exelente hora para llegar a una ciudad desconocida, no me encontraría con una aglomeración. Por tanto esperé a que todo el mundo descendiera y enseguida se me acercó lo típico en India: un "cazacliente" que me ofrece alojarme en el "Bori Park" por 300 rupias la noche, aire acondicionado y dentro de mis principios se escapaba un poco a mi presupuesto, pero como pensaba quedarme solo una noche en Jaipur, lo acepté y allí me instalé. Mi intención era partir al día siguiente a Ajmer y desde allí a Pushkar donde quería permanecer unos días tranquilo, me habían dicho que era la Ibiza del desierto de Thar. \n\nDuermo un par de horas y mi inquitud por ver algo de Jaipur no se hizo esperar. De pronto me encuentro ante el emblemático Hawa Mahal, el palacio de los vientos. Su fachada de cinco pisos cuajada de pequeñas ventanas rectangulares, es un mirador para ser mirado. Construído en 1799 por el maharajá Sawai Pratap Singh, es un ejemplo de la destreza de la arquitectura rajput, donde se mezclan elementos indios y mogoles. Esta fachada tan admirable se construyó para que las mujeres pudiesen contemplar las procesiones reales y la vida cotidiana de Jaipur sin ser vistas. \n\nJaipur es un bazar a las puertas del Rahastán lleno de colores. Increíble el color que le ponen los rajastanis que van ataviados con sus turbantes de colores y amplias telas blancas. Me llaman la atención los bigotes con las puntas levantadas, parecen esconder todo el orgullo de ser raiput. Las mujeres ataviadas con saris de intensos colores, las veo caminar en estricta fila india con los brazos tintineantes de pulseras. \nJaipur es de color rosa! \n\nMe encuentro en una gran plaza llena de gente y tráfico, me dicen que desde éste lugar salen los autobuses para llegar a Amber (11kms.), pero cómo sé cuál de ellos me llevará? ... no hay números, solo indicaciones escritas en hindi, no me aclaro, pero descubro una vez más que alguien que viaja al lado del conductor va gritado el lugar de destino. Así descubro que uno grita algo parecido a Amber!, le pregunto ante la duda y me subo al mismo. No sé si le puedo llamar autobús a aquello, pero en unos minutos estoy en Amber. Es otra maravilla que muchos turistas dejan pasar de largo cuando visitan ésta zona. \n\nAmber es otro ejemplo de la arquitectura rajput que supo mezclar elementos indios y mogoles. Se levanta sobre una colina a escasos 8 kms. de Jaipur a orillas de un lago. Se puede subir en lomos de elefante, en mi caso preferí hacerlo caminando sintiendo el pesado calor que en el mediodía se podía sentir. Una vez arriba las vistas son espectaculares. \n\nDurante el trayecto, a unos metros delante mío caminaba una pareja de jóvenes americanos, de pronto observamos cómo una de las tantas ventanas del fuerte se abría y alguien arrojaba unas bolsas de basura, simplemente al vacío. Los tres nos detuvimos quedando atónitos ante aquella acción. Nada se podía decir; así es India, a veces hay cosas que no debemos intentar comprenderlas, suceden y nada más. \n\nRecorrí los edificios del fuerte de Amber deleitándome con los infinitos detalles de su decoración y luego bajé la colina, tenía sed y hambre, por tanto tomé un thali en el único chiringuito que había, lleno de moscas y donde la cocina dejaba que desear. No supe esperar y me comí aquel thali pensando que luego vendrían las consecuencia. Así fue..... \nEn el lago había un par de jóvenes lavando a sus elefantes, les contemplé durante bastante rato y fui invitado a participar en la faena, pero había algo que me decía: cuidado!. \nRegreso a Jaipur en el autobús, pago por el billete 3 rupias y media y no 15 como lo había hecho en el trayecto de ida. ¡Ahy! ... siempre se aprende. \n\nEn Jaipur intento caminar hasta el hotel, pero no me siento bien, la sensación de agobio por el calor, la cantidad de gente, el intenso tránsito hacen que tome un rickshaw y me lleve rápido. Mi estómago me indica que el thali que comí en Amber no está siendo bien recibido. \n\nMás que un malestar físico acompañado por una interminable diarrea, siento una depresión anímica. Llevo más de diez días en India y me parece que aún no acepto a éste país, me siento en la cama y pienso. Entiendo que debo moverme, porque se me viene la idea de regresar a España en el primer avión que pueda tomar. Algo "raro" me sucede! \nDejo de comer, me quedo en la habitación pensando ... y a las 5 de la mañana cojo mi mochila y salgo a la calle, tengo que seguir, me voy a la estación del tren y uno que sale a Ajmer, me ofrece un asiento de madera en segunda clase. No dejo de pensar en qué hago yo en la India? pero lo único que sé es que debo continuar. \n\nA las 9:30 estoy en Ajmer, para llegar a Pushkar (está a 20 minutos) salto dentro de un carro con caballo que me cruza una montaña donde del otro lado está la "Ibiza del desierto". \n\nLo único que quiero es llegar, encontrar un hotel tranquilo y permanecer unos días. En mi estómago ya no hay nada y nada me apetece poner, temo comer cualquier cosa. \n\nMe bajo de aquel carro en Pushkar, ignoro a los "cazaclientes" y camino directamente al "Pushkar Palace Hotel" que lo tenía identificado por la guía, deseaba que me dijeran que sí, había lugar. Así fue, por 150 rupias una habitación con ventana al lago. Un hotel que antes había sido un palacio de algún maharajá, que con la retirada del imperio británico debió ingeniárselas para seguir manteniendo su propiedad, como muchos otros. \n\nEl Palacio tiene una zona verde donde dan todas las habitaciones, la gente es tranquila y se escuchan constantemente los cantos religiosos de los diferente lugares de culto de Pushkar. \n\n...11 de abril de 1999.- Pushkar.- \n\nRodeada de colinas resecas enplazada en un valle agrietado por el sol implacable. Pushkar resalta por el azul intenso de su lago y el blanco resplandeciente de sus casas y templos. Lugar famoso, entre otras cosas, por su fiesta de la luna llena de Kárttika que no solo atrae a los devotos sino que también coincide con la gran feria local de camellos, la mayor del mundo que se celebra en noviembre. Durante esos días los camellos cubren la llanura con su pelambre más oscura que la arena. Un mar de tiendas se levanta sobre el desierto. \n\nSe dice que Pushkar fue creada por el dios Brahma cuando golpeó al demonio Vajra Nabha con un loto. Uno de los pétalos cayó en Pushkar y se originó un lago, alrededor del cual gira la vida religiosa de ésta pequeña e insólita ciudad. \n\nAquí mismo, Brahma celebró un sacrificio durante la luna llena del mes de Kárttika; desde entonces bañarse en el lago durante esa luna llena, garantiza la liberación del ciclo de las reencarnaciones. \n\nPushkar alberga el único templo dedicado a Brahma en la India. \nBrahma es el dios del conocimiento y de los Vedas (textos sagrados). Su esposa Sarasvati, es la diosa de la sabiduría y de las artes, por eso se cree que su culto en la ciudad de Pushkar estimula la inteligencia y la capacidad creativa. Entonces pienso si algo de todo ésto se me pegará?.... \n\nPushkar se sitúa alrededor de un lago, básicamente compuesta por una calle principal llena de pequeñas tiendas en un ambiente un poco "hippie", todas despiertan la tentación de comprar y veo turistas ambulando por allí. Descubro un lugar donde conseguir música, le dedico tiempo para escucharla, me hago un poco amigo del vendedor y pacientemente entiende la línea que busco. \n\nAsí es como llega a mis manos "Ragas y Sagas" interpretadas por Garbarek Khan, donde se fusiona la música india con el jazz. \n\nOtros de los grandes es Zakir Hussain, un álbun "Making music" hace que al escucharle "vuele" por éste desierto del Thar. \n\nRecomiendo una obra compuesta por Vanraj Bhatia "The elements" y encontré algo muy anti-estress llamado "Deeper zone" de Ajay/Abhijit Pohankar. \n\nPor supuesto que ante ésta búsqueda llegó a mis manos los "Sacred Chants of Shiva" interpretados por Sri Sri Ravi Shankar que han pasado a ser el telón de fondo de muchos momentos de tranquilidad.- \n\nPara encontrar éstas cosas se necesita tiempo y es lo que muchos turistas al pasar por aquí no lo tienen. \n\nLa música en India es constante, lugar donde se esté siempre se escucha algo de música y a veces es estridente, sobretodo cuando uno se sube a un autobús, siempre hay que tener los tapones a mano, sería ridículo pedirle al conductor que baje el volúmen, se nos quedaría mirando como si fuéramos de otro planeta. \n\nPor la mañana suelo desayunar en la terraza del "Om Shiva", donde hay un buffete libre interesante, luego hago una comida por la noche, durante el día suelo tomar fruta y poca cosa, después de mi experiencia en Amber mi estómago está sensible, creo que temo a la hora de comer. \n\nUn día caminé hasta el templo de Savitri, se encuentra en la cima de una colina, es una subida que cuesta llegar, lo hice a temprana hora de la mañana para evitar el calor, aún así hay que ir provisto de agua en abundancia. Las vistas desde el templo son inmaculadas, se puede ver todo Pushkar y sus inmediaciones, descubro así una serie de aldeas a las que se puede llegar pedaleando. \n\nOtro día alquilé una bicicleta para llegar a esas aldeas, las mujeres llevando el agua en tinajas sobre la cabeza (vaya equilibrio!), los niños siempre curiosos acercándose al viajero para practicar el inglés (have you a pen?...) y al ritmo que permite llevar una bici india se puede hacer bastante. \n\nEn indi: "namasté" es: hola/adiós y ya es una constante en mi vocabulario. Alguien me explica que namasté se traduce como: bienvenido el Dios que hay en tí. Personalmente se me hace que es la mejor manera de saludar a alguien, por ello he titulado a mi primer Diario de un viaje a la India como: NAMASTE- \n\nLa Constitución reconoce 18 lenguas, y éstas se dividen en dos grupos: indicas o indoarias y drávidicas \n\nAdemás hay más de 1.600 lenguas y dialectos menores, por tanto pienso que surgirán mal entendidos. La mayoría tiene su propia escritura y se utilizan junto con el inglés. \nPara poder observar las diferentes escrituras me basta con observar una moneda de 5 rupias o un billete más grande, donde hay representadas 15 lenguas! \n\nLas dos más habladas son el indi (al norte) y el tamil (al sur). No se ha podido unificar el país con una sola lengua propia, por tanto el inglés sigue siendo el idioma casi oficial de la India.- \n\nLas 13 lenguas más habladas son: asamés, bengalí, gujarati, kunnada, kashmiri,malayalam, oriya, punjabi, sánscrito, tamil, telugo, urdu e indi.- \nDe allí que viajando en el tren, me encuentro a dos indios hablando en inglés, qué ocurre, uno ha de ser del norte y habla indi, el otro puede ser del sur y habla tamil, entre ellos lo hacen en inglés. Cuán grande y diversa es la India. \n\nEn Pushkar dejo descansar a mi cámara fotográfica, es una zona sagrada donde hacer fotos está prohibido, sobretodo en los ghats que dan al lago y en los templos. Tampoco se puede fumar cerca de éstos lugares y comer carne es impensable. Todos éstos lugares requieren descalzarse para visitarlos, la vestimenta ha de ser discreta, las parejas no han de tocarse y en algunos templos jainistas, si no se es de ésta religión la entrada está prohibida. O sea que no recomiendo Pushkar como destino de una luna de miel.- \n\nLa puesta de sol sobre el lago es otra atracción, cerca del hotel hay una terraza-café "Sun set caffé" donde un grupo de gente nos reunimos cada día para observar esa puesta. Es todo un rito, alguien hace percusión, alguien canta sus mantras y nos quedamos allí hipnotizados hasta que el poderoso desaparece. Es una manera de sertir lo inmenso que es el universo y lo pequeño que resultamos ser. Con la cámara escondida he tomado algunas fotos de ese momento. Luego me pierdo en el pueblo, allí paso horas sentado en algún café viendo pasar la vida. Es como una película sin final, donde los actores no se ajustan a ningun guión. \n\nMe dejo llevar. Cada vez encuentro más momentos para reflexionar, y cuando digo reflexionar es pensar en momentos vividos hace mucho de los que ya no recordaba. Vienen a mi mente escenas y personas que he conocido en mi vida. Dispongo de todo el tiempo, no tengo obligaciones y lo que sé es que puedo disfrutar del momento presente. Estoy lejos y desconectado de mi mundo habitual. Estaré "entrando" en la India? Pienso que sí, la India necesita tiempo y cuando llegué aquella madrugada en Mumbay hace 11 días, creo que nada de lo que veía me gustaba. Compruebo que la India no gusta a nadie en el primer momento, luego poco a poco se va incorporando dentro de uno.(la amas o la odias)\n\nSeguramente que hay un momento en que uno aprueba ese exámen para entrar en la India y el mío creo que comenzó a producirse aquella noche que estaba en Jaipur, sentado en la cama del hotel pensando en regresar a Europa, y de pronto tomé la mochila y me fui a la estación para continuar el viaje. Creo que aquel momento fue mi "exámen de entrada". Comencé a saborearla con todos los sentidos. \nEn la India, pienso, la vida tiene los caracteres de la insoportabilidad: no entiendo cómo es posible resistir comiendo un puñado de arróz, bebiendo agua contaminada, bajo la amenaza constante del cólera, del tifus, de la viruela, durmiendo en el suelo o en lugares miserables. Supongo que por la mañana, cada despertar ha de ser una pesadilla, pero sin embargo los indios se levantan con el sol, resignados, y resignados empiezan a ocuparse de algo: es un girar en el vacío a lo largo del día entero con resultados miserables. Veo que los indios nunca están alegres, pero sonríen siempre, creo que se trata de sonrisas de dulzura y no de alegría. \n\nEstoy descubriendo que el pueblo hindú es el más querible, el más manso y el más dulce que he conocido. La no violenia está en todas partes, en su misma razón de vida. \nDe momento puedo decir que los indios son el pueblo más indiferente al sufrimiento que estoy conociendo. \n\n\n13 de abril del 1999 (martes )\n\nJAISALMER.- \nJAISALMER.-La Ciudad Dorada (como vivir en el cuento de las 1.001 noches) \n\nEl viaje desde Pushkar hasta Jaisalmer, en un autobús es para recordarlo, salí a las 22hs. y llegué a las 10 del día siguiente, indudablemente prefiero viajer en tren por la India. Mi compañera de viaje fue Andrea, una chica alemana que llevaba 5 meses en India, entre los dos hicimos sostenible con gotas de humor todo lo que sucedía en el viaje. Por comenzar los asientos no se reclinaban como me lo habían dicho al comprar el billete. Durante todo el viaje subía y bajaba gente en donde sea. El ruido era atróz y de vez en cuando ponían un estridente video musical a todo volúmen. En Jodhpur nos hicieron bajar y cambiar de autobús, una vez que subimos al nuevo esperamos una media hora y nuevamente a cambiar por otro. En fin, mucha paciencia y no tener prisas.- \n\nLa entrada a Jaisalmer fue espectacular, la ciudad con su fuerte en medio del desierto. Directamente me encaminé al hotel Swastika, lo recomendaba la guía y está situado fuera del fuerte, es decir en la ciudad. Cuando se pasa una noche viajando en un autobús durante doce horas uno sale como si hubiese estado en una batidora, todo duele y no hay energías como para ser muy exigente a la hora de encontrar una cama donde dormir, nos conformamos con lo que sea. El Swastika me ofrecía una pequeña habitación, sin ventana por 60 rupias. Subo a la terraza y pude contemplar vistas que compensaban la falta de la ventana. Allí me quedé. Una ducha y a desayunar por allí cerca, necesitaba alimentarme. Luego vino la profunda siesta que al cabo de la misma me sentía ya mas despejado y con fuerzas de descubrir éste punto del Rahastán \n\nCamino hasta las puertas de la fortaleza y una vez dentro comencé a alucinar, aquello era único. Por el color miel que cobran sus murallas le llaman la "Ciudad Dorada" , compensaba el esfuerzo de llegar hasta éste lugar, luego me costaría abandonarlo. Construído en 1156 por Rawal Jaisal. En sánscrito, meru o mer significan colina o montaña, de donde deriva el nombre de la ciudad: Jaisalmer \n\nDicen que el fuerte de Jaisalmer es el museo, fuerte y palacio más vivo de todos los que se pueden visitar en el Rahastán. Adornada por 99 torres parece un castillo de arena construído por algún niño, pero con gente viviendo en él.- \n\nEl atractivo reside en que cerca de un cuarto de la población de la ciudad antigua vive dentro de las murallas del fuerte. Hace siglos, la posición estratégica de Jaisalmer en las rutas de las caravanas de camellos entre la India y Asia Central le proporcionó grandes riquezas. Los mercadres y ciudadanos edificaron hermosas viviendas, todas ellas exquisitamente talladas en madera y arenisca de color dorado. Estas viviendas son llamadas havelis, se pueden visitar sin pagar entrada, aunque una vez en el interior intentarán vendernos algunas de sus artesanías expuestas, de muy buen gusto, por cierto.- \n\nDestaco las haveli de Patwon ki, muy sofisticada que se encuentra en un estrecho callejón y en ella viven dos familias. \n\nLa haveli de Salim Singh ki, tiene 300 años y está parcialmente habitada, se paga una entrada de 15 rupias. \n\nLa haveli de Nathmal ki, de finales del siglo XIX y es residencia de un primer ministro; la puerta de entrada es un obra de arte y los elefantes de arenisca amarilla que guardan el edificio llaman la atención.- \n\nEntré al fuerte a través de una serie de macizas puertas de entrada que dan a un gran patio, donde se revisaban las tropas y se ofrecían diversiones en tiempos atrás. Me encontré con una exposición de alfombras artesanales, a cual más colorida. Luego me fui perdiendo entre sus callejuelas, con alguna vaca de por medio que a veces no me dejaban sitio para circular. Al no permitirse la circulación de rodados a motor éste es un recinto de paz. Tiendas con artesanías y algunos hoteles. Poca gente, es decir poco turismo, es la época final de la temporada, dentro de un mes el calor apretará tanto que ya no vendrá nadie a ésta zona del Rahastán. \n\nEn una tiendecita me pongo a hablar con su encargado y me pregunta si estoy buscando algo para alquilar, le digo que no pero estoy interesado en saber de su oferta. Me muestra una buhardilla sobre su tienda, con baño y una gran ventana sobre la calle. Discutimos el precio y me la quedo por 80 rupias (le dejo una señal) a partir de mañana. Un lugar exelente para dormir: dentro del mismo fuerte de Jaisalmer! ... sin ruido de motos, gritos y gentío. Creo que mañana dormiré como de niño, pensando en Aladines y Alí Babás. Creo que una noche valdrá más que 1.001. \n\nMe transporto con la puesta de sol, sentado en la muralla del fuerte, con sus viejos cañones salpicando las almenas, Me es fácil imaginar unos puntitos en el horizonte que se materializan en ejércitos del pasado, cabalgando por el inmenso desierto. Ya estoy soñando! porque me siento en otro mundo!. \n\n14 de abril del 1999 (miércoles)- Ya estoy instalado en mi pequeño apartamento, muy contento de haberlo encontrado, es como vivir en la época de las caravanas de Marco Polo. Justamente en el edificio de enfrente hay un doctor que practica la medicina ayurvédica, reiki, masajes y shiatsu, acabo de tomar una sesión que me ha dejado "flotanto" en un limbo de sensaciones "(Medicina Alternativa Clinic. Dr. Prabhakar", está escrito en su puerta) \n\nPienso quedarme en éste lugar cuatro días, para el sábado 17 he comprado un billete de tren para llegar a Jodhpur. He alquilado una bicicleta la cual me ha permitido llegar hasta la estación que se encuentra a las afueras y luego hacer un paseo por el lago Gadi Sagar, es pequeño y en sus orillas pude ver varios templos y el abandonado museo folklórico. \n\nNo he vuelto a ver a Andrea (la chica alemana), mi compañera de viaje, por dónde andará? \n\nDebido a mi estómago no me atrevo a comer otra cosa que bananas y mandarinas. \nDebajo de mi ventana escucho llorar. Me asomo y observo unas 50 mujeres sentadas en el suelo llorando, como consolándose unas a otras. En un extremo un grupo de hombres con la cabeza rasurada y vestidos de blanco. Lloran durante casi una hora. Cuando le pregunto al chico de la tienda, me explica que aquello es un velatorio y pertenecen a la religión jainista. Cuando muere alguien, los familiares y conocidos se reúnen cada día a la misma hora, en la calle donde vivía el muerto y lloran, sólo las mujeres y luego comen en el interior de la vivienda. Así durante 10 días. Una manera de practicar el luto. \n\nMe dijo:_ "no te preocupes que hoy es el décimo día ...". Son esas cosas que se pueden vivir al no estar alojándose en un hotel de cinco estrellas, es una hermosa manera de estar más cerca de las costumbres y maneras de vivir.- \n\nDespués de una fugáz cena hice un paseo de contemplación para alimentarme de la lenta puesta del sol. Entre éstas callejuelas escucho alguien que canta, descubro a a un señor con turbante de vivos colores y pocos dientes en su boca, cantando viejas canciones rajastaníes que en un perfecto inglés explicaba su historia. Se acompañaba por un instrumento que jamás había visto: el sarangi, que se polularizó a mediados del siglo XVII, un sonido muy parecido a la voz humana y que según Yehudi Menuhim es el instrumento musical que más conmovedoramente expresa la escencia del sentimiento y del pensamiento indio. \n\nEscucharlo en aquel entorno me hizo erizar la piel.- \n\n15 de abril del 1999.- Una excursión en bicicleta por el desierto de Thar!.Unos 30 kms entre la ida y vuelta . Primero llego hasta Amar Sagar (7 kms) donde se puede ver un antiguo jardín que está en ruinas y un templo jainista que están restaurando, pero no me detengo porque mi interés está en Lodhruva (15kms) que fue la capital antes que Jaisalmer , pero que ahora se encuentra en ruinas. Lo más interesante es su templo jainista dedicado a Parasnath, reconstruído en el 70 y que merece la pena visitarlo. En el momento que llegué no había nadie por allí, até la bicicleta y dispuse de todo el tiempo para recorrer su oscuro interior, donde la temperatura era muy agradable. Allí me enfrenté a la imágen de Parasnath, de color negro y encontré el famoso agujero del que se dice que cada noche sale una cobra y que solamente los "afortunados" la pueden ver. \nLa entrada es gratuita y cobran 50 rupias si se quiere hacer fotos, pero como allí nadie había hice las que me apetecían. \n\nDe regreso hice un alto en Amar Sagar, debo decir que pedalear por el desierto es una gozada, una carretera asfaltada donde en ciertos tramos la arena la cubre, el sol aprieta y necesitaba beber agua. Encuentro un chiringuito en Amar y cuando quiero pagar mi botella de agua me quieren cobrar 2 dólares! \n\nLlego a un cruce donde me equivoco de camino, debí desandar algunos kilómetros para volver a Jaisalmer, además un pedal comenzó a fallar, por tanto debía andar con mucho cuidado para llegar a destino. \nPoquísimos coches crucé durante el largo trayaectos, pero cada uno de ellos siempre se detenía para preguntarme si todo iba bien? ... o tan solo para practicar el inglés y curiosear. Los indios son muy curiosos. \n\nCuento con dos días más para disfrutar de éste bello lugar. me dedico a caminar por los alrededores, me hago un poco amigo de unos chicos (Ramesh y Acharyer) que tienen una tienda de artesanías y el último día les compro algunos tejidos típicos del Rahastán. A Ramesh le cambio un tejano Levi´s por unas fundas para cojines, el chico quedó muy contento con su nueva adquisición y yo otro tanto por el cambio. \n.....................\nLa religión jainista es contemporánea al budismo y tiene muchas similitudes con éste y el hinduísmo. Fue fundada en el año 500 a.C. por Mahavira, el 24º y último de los profetas jainistas, conocidos como tirthankars o "los que encuentran el sendero". \nLos jainistas suman unos 4 millones y medio, se encuentran en toda la India, pero la mayor concentración está en el Oeste y Sudeste. \n\nLa religión se originó como un movimiento reformista contra el dominio de los sacerdotes y los complicados rituales del brahmanismo, y rechaza el sistema de castas. Los Jainistas creen que el universo es infinito y que no fue creado por una deidad. También creen en la reencarnación y en la salvación espiritual final, o moksha, mediante el seguimiento del senero de los tirthankars. Un factor en la búsqueda de la salvación es la ahimsa, o reverencia por toda la vida y evitar el daño a todas las cosas vivientes. debido a ésta creencia, los jainistas son vegetarianos estrictos y algunos monjes incluso se cubren la boca con un trozo de tela para evitar el riesgo de tragarse accidentalmente un insecto. \nLos jainistas se dividen en dos sectas, los shventambara de túnias blancas y los digambara. \n\nLos digambara son la secta más austera; su nombre significa literalmente: "vestidos de cielo" puesto que como señal de desprecio por las poseciones materiales, no llevan ropa alguna, generalmente son monjes que se encuentran recluídos en algún monasterio.- \n\nMi experiencia con el bhang!: Resulta que sabía que los safaris en camello por el desierto del Thar son muy famosos, y me hacía ilusión perderme durante cinco días en uno de ellos. pero resulta que en la época que estamos ya casi no hay turistas por el calor; encontré un grupo de chicos holandeses que querían hacer un safari, pero llevaban una "marcha" diferente a la mía, lo querían hacer con su radio cassette portátil e ir escuchando música hip-hop, a la vez que fumando todo lo que podían pillar. No era mi meta, por tanto desistí de hacerlo, pero me picó la curiosidad de probar el famso bhang. Un día que regresaba de hacer mi bicicleta por el desierto me acerqué al Bhang Shop y pedí un long magic lassi con sabor a chocolate. \n\nMe preguntan si lo quiero fuerte o suave y me decanto por lo primero. Me lo bebo sentado en una terraza, saboreo aquel líquido hecho con yogurt, leche, chocolate y "maría". Me resulta sabroso. Como tenía sed lo bebo rápido y me olvidé de él. Me voy a mi buhardilla y comienzo a sentir su efecto. Me tiro sobre el tatami y siento como que mi cuerpo pesa toneladas, no me puedo mover, cierro
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