LACOMUNIDAD.ELPAIS.COM_ANNA-SALA_2008_4_4_EL-CAMINO-TUMBOUCTOU

Mientras la tenue luz de los primeros rayos de sol se desliza suavemente por las paredes de los edificios y va vistiendo poco a poco las sombras de blanca claridad, dejo vagar mi aún adormilado ser por sus estrechas y polvorientas callejuelas…\n\n

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Tumbouctou antaño punto de referencia para aventureros y soñadores, para utópicos y románticos, para comerciantes, traficantes de esclavos y buscadores de oro… \n\n“La ciudad fabulosa”, “La Misteriosa” Tumbouctou… se revela a mis anhelosos ojos...\n\n.\n\n.\nUn triste y sombrío halo de misterio, cual reminiscencia de su efímera gloria, aún envuelve esta isolada ciudad erigida en las mismas puertas del desierto cuya rojiza y fina arena tapiza uniformemente el caprichoso suelo. Quizá, como dijo aquel, en Tumbouctou lo importante sea “el camino”…\n.\nUn grupo de chiquillos descalzos, harapientos y sucios, con los vientres henchidos por el hambre corren hacia mí nada más verme, desatendiendo temporalmente las enseñanzas, que en una plaza cerca de la gran mezquita, les imparte el imán que permanece inmutable a mi presencia.\n.

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“Cadeaux kibabu”, “cadeaux” suenan sus voces al unísono, mientras acercan hacia mí grandes cuencos hechos de calabazas rojizas. \n.\n

“Son alumnos de una escuela coránica, viven con el imán”. “Las calabazas forman parte de su aprendizaje”, me cuenta Omar que se une a mi paseo matutino. “Las usan para pedir limosna. Ello forma parte de su educación, aprenden humildad”… \n.\nNo sé si yo entendí así en mis años mozos esta lección… Aún así, vacío todo cuanto hay en mis bolsillos y el corro que se ha formado a mi alrededor se deshace tan rápido como vino…\n.\n\n\n\n.\n\nSeguimos rumbo a la plaza del mercado, mientras el viento levanta nubes de polvo que enturbian el azul nítido del cielo… ¿el Harmatán? sonrío… Omar asiente con una tímida sonrisa...\n\n\n\n

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El Sahel, tierras de hambruna, de sequía, del Islam… Reinos exóticos y legendarios ya caídos, decadentes, sumidos en la miseria, el abandono y el desamparo… azotados por el inclemente sol y a merced de la “maldición” del viento… \n\n

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Algo nuevo, desconocido y emocionante para mí...\n\n\n\n

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