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Feliz Año a tod@s.\n\n
Fresquito, lo que se dice fresquito, hacía. No nos vamos a engañar. 10-15 graditos bajo cero no se los quitaba nadie a la noche lapona pero no me negaréis que no mereció la pena. El espectáculo de las auroras boreales fue fiel a la cita y a una primera aurora verde siguieron otras del mismo color casi sin descanso. Perdí la cuenta pero fácil 10-15 auroras cada hora iluminaban el cielo. De vez en cuando alguna adquiría coloraciones más rojizas o anaranjadas. He tenido la suerte de contemplar auroras varias veces y tengo la espinita clavada de ver alguna roja. No desespero y confío en que la estadística esté de mi parte y aunque sólo sea por pura probabilidad daré con ella.\n\n
Las auroras boreales son en realidad el resultado de fenómenos eléctricos que se producen en la ionosfera, la capa exterior de la atmósfera. Del choque entre el viento solar y el campo magnético terrestre tiene lugar una reacción química en forma efecto luminoso de color verde o rojo en función de la carga eléctrica del oxígeno o nitrógeno respectivamente.\n\n
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De vez en cuando entraba en el refugio en busca de algo caliente y de nuevo para afuera. Así pasé la tarde entre aurora y aurora. A una breve seguía otra intensa y de casi 5 minutos de duración. No terminaba de apagarse ésta y por la derecha comenzaba a iluminarse el cielo de nuevo. Un auténtico baile de luces. Mañana me voy más hacia el norte dejando la comodidad del refugio por otro hotel singular en el que voy a echar mucho de menos a mi amigo el oso polar pero sobretodo el calor de la hoguera. Mañana lo entenderéis.\n\n\n\n\n\n
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