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27 de diciembre 2009\n\n\n

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Ha sido un final (del Mundo) feliz. Antes de abandonar Ushuaia, algunas recomendaciones. El Almacén de Ramos Generales es un precioso establecimiento con más de cien años de historia. Está situado en la avenida Maipú 749, frente al canal de Beagle. En su origen fue un almacén donde se podía conseguir de todo un poco: comida, ropa, herramientas y numerosos otros artículos. Tras una larga temporada cerrado, el almacén fue recuperado como cafetería restaurante. Se mantuvieron los muebles y objetos antiguos, por lo que el lugar conserva el espíritu de su origen. Merece la pena la visita, y es obligado probar su pastelería; buñuelos, por ejemplo. Una delicia.\n\n

Y también merece probar las mermeladas que se fabrican en La Oma de Ushuaia (avenida San Martín 497). Es una enorme tienda de recuerdos turísticos, la mayoría de dudoso gusto, pero que tiene un apartado donde fabrican mermeladas de los sabores típicos de estas tierras: calafate, ruibarbo, sauco, …\n\n\n

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Hoy es día de viaje. Hay que dejar el Fin del Mundo y volver, supongo, al mundo normal. Otra vez un vuelo de Aerolíneas Argentinas, en este caso rumbo a El Calafate, en la provincia de Santa Cruz. El Calafate recibe su nombre de un arbusto espinoso de flores amarillas, que abunda en el sur de Patagonia, y que se llama… calafate. Sí, el mismo de la mermelada citada anteriormente. \n\n

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La primera impresión al llegar a El Calafate, concretamente al aeropuerto Comandante Armando Tola, es que hace un viento tremendo. El clima patagónico en toda su extensión. El Calafate es también un lugar peculiar. Y nuevo, porque surgió a principios del siglo XX. Era tan sólo un lugar de abastecimiento para el transporte de la lana que se recogía en las estancias. La construcción del Parque Nacional Los Glaciares impulsó a El Calafate como centro turístico de todos los atractivos cercanos, principalmente el glaciar Perito Moreno, a escasos 80 kilómetros de aquí. \n\n\n\n\n\n\n\n\n\n

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Llama la atención la gran cantidad de calles que están sin asfaltar. Sin ir más lejos, la que da acceso a nuestro hotel Cerro Calafate. La población de El Calafate apenas alcanza los 10000 habitantes. Toda la actividad se concentra en la avenida del Libertador. Del libertador San Martín, claro. En el kilómetro en que se extiende esta avenida, se encuentran los restaurantes, tiendas de ropa y, sobre todo, agencias de viajes donde se ofrece una amplísima oferta de actividades en el entorno cercano. Mención especial para el bar librería Borges y Álvarez, en avenida del Libertador (claro) 1015. Es un precioso local donde se mezclan cafés y novelas, bebidas y poemas. Para no perdérselo.\n\n\n\n

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En El Calafate se dan cita todas las tribus: mochileros aventureros, viajeros organizados, turistas acomodados, japoneses disciplinados, visitantes especializados, montañeros arriesgados… Todos convierten este lugar en un bullicioso centro de operaciones, un campamento base desde el que desplazarse a los maravillosos lugares que desde aquí se ofrecen. Por las noches, de regreso, es el momento de narrarlo y ponerlo en común, tomando una cerveza en Borges Álvarez, por ejemplo. Aquello de: ¿qué tal te fue? ¿me lo recomiendas? ¿y mañana, adónde vas?. Es difícil la elección, ante tanta belleza natural que nos espera. Pero bendita dificultad. Y bendita elección. Acierto asegurado.\n\n\n\n

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