29 de diciembre 2009\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n
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El Calafate se merece una mañana de dedicación exclusiva, aunque sólo sea como descanso de la excursión chilena del día anterior. El Calafate presenta un aspecto muy distinto por las mañanas. La mayoría de los visitantes están de excursión, por lo que la ciudad se queda casi desierta. Y es el momento de hablar con la gente del lugar, aquélla a quien ya no le impresiona el entorno, por tenerlo cada día delante, asumido como algo propio, de su tierra. Y en cualquier conversación aparecen los K. Es lógico, porque los K tienen residencia en El Calafate; se llama Los Sauces y es bastante lujosa, por cierto. Los K también son propietarios de diversos hoteles de esta ciudad. Y se dice que son los propietarios del Casino. Por cierto, este casino es un edificio situado, cómo no, en la avenida Libertador, y supone una agresión al entorno, además de un atentado contra el buen gusto. Pero en cuestiones de dinero (y más en un casino), no vamos a hablar de entorno y de buen gusto.\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n Los calafateños no entienden que muchas de las calles de la ciudad donde viven estén aún sin asfaltar, mientras los K continúan aumentando sus propiedades en esa misma ciudad, y en todo el país. No sólo no lo entienden, sino que les indigna. Yo no soy calafateño y tampoco lo entiendo, y me sumo a la indignación. Los argentinos empiezan a hablar de los K y no paran. Por cierto, me encanta esa forma de hablar, ese acento inconfundible, esa facilidad para la palabra. Hay pesimismo, la crisis ha azotado duro y no se ve una salida muy clara. Parece mentira que un país tan grande y tan rico como Argentina pueda haber llegado a esta situación. No sólo han sido los K, también los anteriores y anteriores y anteriores. Se dice que Argentina siempre está en el diván, psicoanalizándose. Esperemos que acierten pronto con el diagnóstico.\n\n
\n\n En lugar de hablar de los K en El Calafate, es mejor contemplar el lago Argentino. Mejor dicho, deleitarse con esta inmensidad de agua. Es el mayor lago del país, con una superficie de casi 1500 km2, y una profundidad media de 150 m. En este lago se produce el desagüe de los glaciares Perito Moreno y Upsala, nada menos. Muy cerca del lago Argentino se encuentra la laguna Nimez, que es una reserva de aves bastante desangelada y con mucho trabajo pendiente. Habría que decirle a los K que no absorban tanto trabajo en sus posesiones y le dediquen un poco de atención a esta área protegida. \n\n\n\n\n\n
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Además del Perito Moreno, el gran aliciente desde El Calafate, se pueden hacer otras muchas actividades. El lago Viedma, el Chaltén (o Fitz Roy), las navegaciones por otros glaciales, la subida al Cerro Frías… Elegimos esta última, en la modalidad 4x4 (o sea, dieciséis). También se oferta a caballo, en mountain bike, o a pie, pero es en el artefacto motorizado donde se puede subir más y contemplar unas maravillosas vistas del lago Argentino, desde más de 1000 m. En un día despejado se puede llegar a divisar el imponente Fitz Roy, y hasta las mismísimas Torres del Paine. El descenso es tremendo, atravesando un bosque de lengas. La excursión finaliza en el galpón de la estancia Alice (se recomienda consultar “galpón” en el diccionario panhispánico), con una parrillada, como no podía ser de otra manera. La estancia Alice tiene 40.000 hectáreas y unas 800 vacas. Una pequeñez, para lo que se estila por aquí en estancias.\n\n\n\n
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Los K han sabido elegir bien su lugar de residencia de descanso. No parece que sea precisamente entusiasmo lo que generan en El Calafate. De hecho, también de ellos se dice que nombrarlos resulta gafe. Pensé que eso sólo se refería a Carlos Menem (con perdón, por citarlo). Pero se ve que es consustancial al cargo de presidente de Argentina.\n
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