LACOMUNIDAD.ELPAIS.COM_AROBATA60_2010_12_10_BESALU

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Entrar a este pequeño pueblo condal te da la impresión y además lo sientes, de que estás en medio de un duelo medieval, sin caballos, sin bellas damas, sin reyes que lo presidan, con el colorido escueto y adusto que desprenden sus piedras milenarias. La estructura arquitectónica y urbanística, conservada primorosamente, te sobrecoge, te engulle y te transporta a un pasado que muchas veces repudiamos por tosco y bruto pero que las más de las veces es el germen de lo que ahora somos.\n\n

El silencio, la calma, la flaccidez de espíritu está en cada rincón, en todas y cada una de sus estrechas y lúgubres calles, colgando de sus ventanucos, bajo los viejos maderos de sus soportales. Tiene este rincón un encanto fantasmal, roto por el dulce trato de sus habitantes, por la parsimoniosa melodía de un catalán del Ampurdán, adobado por el color cobrizo de su entorno.\n\n

La luz se torna acaramelada, con tintes de añil portentoso, cuando pasas bajo las bóvedas y soportales pero cuando ésta traspasa las piedras otoñales de su muralla, se transforma en una cascada de colores diáfanos que se zambullen en las aguas purpúreas del Fluviá, un río calmoso y lento que corre bajo su majestuoso puente de la entrada. Cuando andas, casi con tiento, como queriendo evitar que se desmorone este bello presente del pasado, por estas calles casi sedadas, te empapas de sosiego, de calma y sientes que el estrés se te ha disipado, que la sangre te hierve como al baño maría y no deseas abandonarlo.\n\n

Pero, como todo viajero tiene que seguir una ruta, después de tomar una típicas viandas de la tierra, sentados en una de sus escuetas plazoletas, salimos dirección a Bañolas, pequeño lago que no tiene monstruo, pero que es punto de atracción turística de la Girona interior. Esta balsa de agua calmosa, rodeada de una naturaleza exuberante y espléndida, es un remanso de silencios, un paraíso perdido, donde el viajante se abre, llena sus pulmones de aire limpio y transparente y comienza a rumiar en profundidad la experiencia vivida minutos antes, tumbado boca arriba mirando el cielo azul pastel que lo cobija.\n\n

La noche, por estos parajes, llega temprano; no deja tiempo a la meditación e inmediatamente te envuelve con su negro manto y te obliga a recogerte. La vuelta por el interior, buscando la autovía, se hace lenta y pausada, porque las carreteras son estrechas, angostas y peligrosas debido a una neblina pertinaz que se levanta nada más abrir, la tarde, la puerta del cuarto oscuro.\n\n