LACOMUNIDAD.ELPAIS.COM_AROBATA60_2010_12_16_CALATAYUD

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El tópico de la canción, “si vas a Calatayud…”, sería un buen argumento para comenzar a hablar de este pueblo, ya lo utilicé en una ocasión, no puedo recurrir a él otra vez, sería repetirme y eso trato de evitarlo, pero Calatayud tiene entidad empaque y tronío para hacerle un retrato sin tener que referir el dicho. \n\n

Es la segunda población más grande de Zaragoza, ya es un dato importante, foco económico y social de renombre en la región y por sus calles han corrido infantes que después llegaron a ser hombres importantes. \n\n

Fue una visita fugaz, de paso hacia Zaragoza, me ruboriza decirlo, va en contra de la única norma que me impuse al comenzar a relatar mis viajes, dormir y comer, pero no siempre puede uno hacer lo que quiere, las circunstancias mandan las más de las veces y ese día todo se vino al traste y rompió los planes que tenía previstos, no pude cumplir por tanto la parada y fonda.\n\n

Cuando llegué, sabiendo que no podía esperar la noche entre sus calles, que no me era posible observar el caminar de los bilbilitanos, platicar con ellos porque el día los tiene maniatados por el trabajo, me resistí a marcharme sin llevar algo en las alforjas de esta ciudad orgullosa, que quiso ser, no pudo, la cuarta capital de Aragón y subí a la muralla y desde allí vi como una luz mortecina bajaba suave y se adentraba en las callejas estrechas y morunas, cómo las torres mudéjares tañían su pena centenaria, cómo esta ciudad, sumida durante mucho tiempo en un letargo cansino del olvido, levantaba la cerviz y plantaba cara al mismísimo rey sol.\n\n

El tiempo corre a la velocidad del AVE, en aquellos tiempos aun no la visitaba, y en estas circunstancias uno quiere recoger cuantas más estampas pueda mejor y corrí de aquí para allá, miré de soslayo la colegiata de santa María la mayor, percibí la frescura que emiten las calles enlutadas de sus alrededores, refresqué la garganta con un recio tinto de estas tierras y el alma quedó complacida.\n\n