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\n\n Abuela mía,\nsiempre te recuerdo con las arrugas del tiempo en tu rostro,\ncon hilos plateados en tu cabellera,\ny con tu sonrisa de niña tierna.\n\n\n Abuela mía,\nnunca me alojé en tu vientre\npero si lo hice en tu arruyo,\nen tu abrazo fiero,\nen tu infinito consuelo,\ny en tu amor siempre endulzado con el néctar de las golosinas.\n\n\n Abuela mía,\ncreo que con mi nacimiento sobrevino tu mudanza,\npor mí te posaste en la calle de la ternura y del perdón,\ndesde donde me mirabas\ncon tus ojos de esperanza.\n\nAllí estabas,\nesperándome siempre\ncada madrugada,\npidiendo me cuidara para el día\nen que no estuvieses...\n\n\n Y hoy, que te vas al sueño eterno,\nse apaga de alguna forma mi niñez guardada,\nte lloro en silencio extrañando tu abrazo,\ny tu sonrisa de niña tierna.\n\n\n Por tí, me detengo en la calle de la ternura,\ncon mi bolsita de golosinas\ny empiezo a recordar\nque siempre serás\nabuela mía..\n\n\nBHE\n\n \n\n* Dedicado a la memoria de todas las abuelas, seres eternos que nunca se irán del todo, en especial la de Expedita Hernández, mi "Lili"...
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