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  • \nSingapur no empieza en Singapur, sino en cualquiera de las terminales de ferrys, sobre todo las de Indonesia, desde donde zarpan los barcos hacia esta ciudad estado.\nDespués de 24 horas en un barco que me llevó desde Medan a la isla de Batam que está frente a Singapur, todavía en suelo Indonesio. Con mi mano derecha inmovilizada por los puntos, me dispongo a desembarcar con mi bicicleta que pesa más de 60kg. Mi desembarco es una auténtica pesadilla.\nLa gente que está en la terminal esperando está ansiosa por embarcar y sube antes de que nosotros bajemos. La muchedumbre entra a trompicones. Saltando unos por encima de otros y por encima de mi bicicleta que se quedó tirada en el suelo. Cada vez somos más los que intentamos bajar a tierra. En el pasillo ya no cabemos más, pero la gente no para de subir.\nA mi lado tengo a cinco personas que no paran de fumar y eso que estamos como sardinas en lata. Se ha formado una neblina con tanto humo que me ha traído recuerdos de la España del año pasado. \nPor fin consigo dejar atrás este infierno y me dirijo rápidamente a la terminal de ferrys desde donde zarpará el barco que me llevará a Singapur. Sólo me quedan unos 200 metros para dejar atrás el auténtico caos.\nLa terminal parece de otro mundo. Ni un papel, ni una colilla en el suelo, todo brilla, aire acondicionado y casi no hay gente. El trayecto hasta Singapur, que son 40 minutos, me cuesta más de lo que me han cobrado por el viaje, de más 24 horas, desde Medan.\nA la hora de embarcar todos formamos una cola ordenada y tranquila. Subimos de uno en uno. Ya no me gritan: “Hey mister”. Todo es demasiado ordenado y limpio. En la cubierta veo un gran cartel que advierte que el tráfico de drogas está penado con la muerte y anuncios de las multas y prohibiciones que rigen en el país.\nLo que son las cosas, ya empiezo a echar de menos a Indonesia.\nEl ferry sale con puntualidad, y no tardo mucho en divisar a lo lejos la silueta de los rascacielos de Singapur detrás de un cielo gris que amenaza tormenta. Decenas de cargueros y petroleros ocupan todo el horizonte del estrecho de Singapur, que es el más transitado del mundo.\nYa casi llegando, a mi derecha puedo ver una isla con arena blanca, palmeras y un lujoso complejo turístico, en el agua hay una gran mancha de aceite que flota a escasos metros de la orilla de la playa. A un par de kilómetros una chimenea enorme escupe al cielo una gran llama, es una de las torres que pertenecen a una refinería de petróleo a la que cientos de barcos fondeados en la bahía esperan alimentar. En un paisaje un tanto repugnante.\nYa estoy en Singapur, una ciudad planeada a la perfección y hecha a medida de los “urbanitas” más exigentes.\nVoy con la bicicleta entre rascacielos y Starbucks, y de vez en cuando me llega ese olor tan desagradable que te advierte de que estás pasando por una hamburguesería. \nEl asfalto de las calles está en buen estado, los conductores no utilizan las bocinas. Cuando el semáforo se pone en rojo la gente se detiene, en verde, avanzan.\nBusco la casa Minmin en la que me voy a quedar unos días y me pierdo entre rascacielos, Mc Donalds, Starbucks, …..\nTodo se me hace muy raro, pero mejor que encuentre la casa cuanto antes porque tiene pinta de ponerse a llover y prefiero que no se me mojen los puntos de la mano que después de una semana todavía no está cerrada y me parece que se ha infectado.\nLo planeado es quedarme unos días en Singapur y continuar lo mas rápido posible hasta Malasia, pero desgraciadamente la herida de la mano está infectada, así que tendré que esperar a que remita la infección y que la herida empiece a cicatrizar. Aprovecharé el tiempo para buscar las piezas que tengo que cambiar a la bici y clínicas que reparen mi mano.\nPoco ha poco vuelvo al modo de vida occidental. Gente caminando rápido sin mirarse, metro hasta arriba en hora punta, anuncios bombardeándonos por todas partes y ese olor tan asqueroso que brota de los locales que venden hamburguesas. Entre otras cosas están prohibidos los chicles, tirar un papel o una colilla al suelo esta castigado con una multa que supera los cien de euros, montar en bici por la acera son 1000 dólares, …..\nMejor andarse con cuidado, este es el país con mayor número de ejecuciones por habitante.\nUn país donde no hay pobreza, o por lo menos no se ve, e increíblemente limpio. Por toda la ciudad se alzan grandes rascacielos de lujo. Es un lugar donde la estupidez humana está esculpida en el hormigón y aliñada con los grandes centros comerciales que invaden todo. Mc Donalds, Starbucks, Zara y miles de cadenas internacionales forman su identidad.\nEl dólar siempre llama al dólar.\nComiendo en un puesto callejero pido un vaso de agua.\nSon 20 céntimos, me dice la camarera.\n-Bueno, pues ya que me va a cobrar que me ponga hielo, pienso yo.\n-Perdone señor, entonces son 30 céntimos.\nTiemblo al pensar lo que tendré que pagar por la reparación de la bici, porque ésta si que tiene que pasar por el quirófano y tendré que cambiar más cosas de las que pensaba.\nCreo que con mas ganas que nunca voy a coger la carretera, pero antes tengo que esperar a que se me cure la mano.\n\nPero durante estos días….\n… el Gran Hermano me estará vigilando…\n \n…así que mejor bajarse de la bici que la economía no está para pagar las multas que te meten si se te ocurre subir a la acera con ella. Que no se enteren los alcaldes de los ayuntamientos españoles que están faltos de dinero y podrían imitarles.\n \nUna ciudad tan planificada que parece sacada del video juego Sim City, o de la novela "1984"…\n \n…donde no paran de construir edificios que asemejan colmenas..\n \n…y que son controlados por los miembros del “partido”.\n \nLa primera semana no hizo más que llover…\n \n…pero pude aprovechar el tiempo para arreglar la bicicleta…\n \nDesplazarse en el Metro hace a uno olvidarse que está fuera de casa…\n \n …… puedo ver que son las mismas escenas diarias que se dan en Madrid o en Londres y que se replican aquí, …\n\n…y para celebrar el año nuevo chino…\n \n-Hija, y tú qué quieres de regalo??\n\n-Pues yo quiero bañarme en la piscina que está sobre el edificio en forma de barco…\n\n…\n \nY es que en este mundo mientras hay gente muriéndose de hambre, hay gente que paga cientos de euros por una habitación en este Hotel.\nAlgo en este mundo parece no encajar.\n\nP.D: A pesar de este gran cambio, de Indonesia a Singapur, del bosque al hormigón, de lo natural a lo artificial, me he encontrado con gente increíble a la que yo no conocía y me han acogido.\nSin lugar a duda, mi mejor experiencia en Singapur.\nPero hoy es un gran día. Mañana seguiré adelante con la bici y atrás dejaré este modo de vida tan inhumano. La bici ya está temblando.
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  • 2011-02-13 08:35:08
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  • Bienvenido al orden, la limpieza y la ley: Singapur.
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