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 Si hasta ahora pensaba que sólo las fachadas de la Diagonal me habían impresionado en Barcelona, este breve caminar por el Passeig de Gràcia estaba echando por tierra esa impresión.\nLuego del shock provocado por La Pedrera y la Casa Batlló, seguimos caminando por la mano del tránsito que va hacia la Plaça de Catalunya, y en la esquina con la calle València encontré un edificio que me llamó la atención. Había en su fachada dragones y guerreros y apenas subí la mirada me dí cuenta que era algo así como un petit palais. No era muy raro esto, ya que la zona, a principios del siglo XX era una zona residencial exclusiva donde convivían algunos intelectuales (condinero, claro) y personas de la aristocracía barcelonesa, como Batlló.\n\n \nRecuerdo que nos quedamos unos minutos allí parados observando ese edificio. De repente miré hacia el interior por la puerta de calle y me vinieron unas ganas de meterme simplemente para admirar tet â tet los detalles que también surgían en su entrada. Esa actitud la había querido hacer esa misma mañana en otro edificio, pero algo me frenó.\nEn este caso, si bien estaba el sereno dando vueltas, tuve la suerte que alguien salió de ese edificio y logré sostener con el pie la puerta unos segundos, suficientes para tomar esta foto:\n\n La actitud curiosa en Barcelona te hace disfrutar la ciudad de otro modo, pero como con el alcohol, hay que tomarlo con moderación.\n
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