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 \n\nSi la India institucionalizó la santificación de las vacas y los suizos la explotación de sus osos con fines turísticos, los griegos deberían pensar algo parecido para los cientos de perros callejeros que conviven con ellos en todos los rincones de la ciudad. \n\nDormidos en las plazas (He visto dos descansando a los pies del Partenón en la Acrópolis), espantando a los turistas, aguardando en algún semáforo para cruzar la calle o bien acompañando a los pintorescos vendedores turcos, estas mascotas han sabido hacerse un espacio en la atiborrada urbe ateniense, alzándose como un elemento más dentro del paisaje.\n\nEsta fotografía fue tomada a media mañana frente al edificio de la Academia. A metros de allí, el ruido ensordecedor de los autos y el trajín de la Plaza Omonia hacían imposible cualquier posibilidad de descanso, algo que no parece haber surtido efecto en los protagonistas de la foto. \n\nFotografía: Nicolás Pasiecznik
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