Este viajero insatisfecho vive en una ciudad cosmopolita, una ciudad a la que adora, una ciudad que abandona por unos días cuando la presión interna le obliga hacer un viaje a sus orígenes terruñeros. \n
La visita a la familia forma parte de nuestras comunes obligaciones y quehaceres, que todos realizamos con amor y con desinteresadas formas. \n
Un viaje, al fin y al cabo.\n
“En la casa familiar, el gato -también familiar- ha sido tradición en mis ancestros. Siempre hay un gato, durante muchos años es siempre el mismo gato. Pasan los años y cambia. Le coges cariño, le acaricias cuando llegas, le acompañas en sus juegos (cuando son pequeños), le animas a que siga cazando (a veces ratones despistados) y le echas de tu lado cuando el humor no te acompaña. \n
Volverá. \n
Necesita también tu cariño, aunque tenga la mala fama de ser independiente. Huidizo.\n
Volverá y rozará tus piernas con el rabo, con ese fino pelillo y llamará tu atención. \n
Eso lo llamo: FIDELIDAD.\n
¿La tenemos los humanos?”.\n
\n (Es mi humilde aportación al maravilloso mundo de los gatos).\n
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