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Uno no puede ir a Valencia y dejar de visitar la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Y aunque puede gustar más o menos, lo cierto es que el complejo impresiona por la creciente cantidad de edificios allí construidos a base de toneladas de hormigón y cristal. Todo blanco, blanquísimo (sin duda se tienen que gastar una pasta considerable en mantenerlo así), en armonía con pequeñas piscinas de fondo azulado. \n\nSi me preguntan diré que sí, que es bonito, muy bonito. Y que impresiona. Si estoy en confianza diré, no sé, que me parece un poco ostentoso, y que si hubiera hecho bueno el día en que lo visité me hubiese gustado aún más (un cielito azul intenso hubiera contribuído a que la claridad del cielo no se reflejara tanto en los edificios y nos dejara ciegos). Eso y que el Palau de les Arts no es un diseño original sino el casco de Darth Vader hecho edificio (¡piénselo!). \n\nSiendo objetiva no puedo negarlo, la Ciudad de las Artes y las Ciencias, en pleno antiguo cauce del río Turia, es ante todo un desafío del diseño moderno, un complejo entramado en el que arquitectura e ingeniería parecen entenderse a la perfección. ¿Quién sabe? Puede que un día, dentro de muchos muchos años, y si el agua no vuelve a su cauce (literalmente en este caso, pero esperemos que no) a alguien se le ocurra renombrar otra vez más las maravillas del mundo y esta vez la Alhambra de Granada tenga que competir contra la ciudad valenciana por el puesto. ¡Difícil decisión!\n\n
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