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Acabo de leer el post de Sebastian e inmediatamente me ha traído a la memoria un suceso algo similar a lo que a él cuenta que le pasó en tierras rusas... el boca a boca entre viajeros es una herramienta de ayuda que te salva de algunos problemas, como los que él mismo comenta. Por eso he pensado que sería bueno escribir un post sobre mi experiencia, quizá pueda ayudar a otros. \n\nEn 2005 quise realizar uno de mis sueños -que ya llegará-: viajar en el Transiberiano. El Rossiya. Moscú-Vladivostok. Os contaré otro día de este viaje y de por qué se truncó; o mejor, de la alternativa que tomamos. \n\nEl caso es que nunca imaginé la cantidad de problemas que suponía viajar por tu cuenta a Rusia. Quizá alguien me pueda contar si ahora el tema ha mejorado, aunque por lo que cuenta Sebastian , lo dudo. Entonces ya me costó un mes que me dieran el visado, además de 75 euros más un extra de 25 para que el funcionario de turno "trabajara" más "rápido". Nunca había tenido el "placer" de vivir tan cerca el verdadero sentido de la corrupción. Al visado había que añadirle una carta de "invitación" al país, lo que te manda el propio albergue donde te quieras alojar. Digo albergue porque, sorprendentemente para mí, Moscú es una de las ciudades más caras de Europa. Los hoteles y restaurantes quedaron fuera de nuestro alcance. Ahí me enteré de que es la ciudad europea que concentra el mayor número de millonarios. Al visado que te dan (solo tenía la posibilidad de permanecer dos semanas en territorio ruso) tienes que añadirle un permiso de tres días por cada ciudad, pueblo o aldea que visites, permiso que hay que renovar personándote en la comisaría más cercana al albergue. Menos mal que de estos trámites se ocupan los mismos encargados de los albergues, porque la polícía que tuvimos el disgusto de conocer no tenía ni idea de inglés, a la par que la mayoría de ciudadanos con los que nos encontramos, exceptuando a estudiantes y a gente que tenga que ver con el turismo...inglés muy rudimentario, pero al menos se comunican. \n\nOs contaré en otros posts del viaje a Rusia, para ir combinando con el blog de Sebastian (bienvenido a la comunidad viajera!!), ahora me limitaré a mis "anécdotas" de contacto con la corrupción. Tras tres días de recorrer Moscú y alucinar sobre todo con sus estaciones de metro (da para otro post), nos proponíamos viajar de noche a San Petersburgo. El problema que tuvimos se parecía al de Sebastian. Por la noche caducaba nuestro permiso de estancia, pero ya entrábamos en St. Petersburgo y allí lo solicitaríamos en el albergue correspondiente. Quisimos dar un último paseo por la Plaza Roja, el lugar más mítico de la ciudad -aparte de otros lugares nocturnos de mítico vodka ;-) .\n\nDebo decir que yo tuve la suerte de viajar con mi rubio, que había estudiado ruso en la escuela (antigua RDA), por lo que se facilitaba la interpretación de los carteles y demás en alfabeto cirílico. Pero como lo hizo por obligación no es que precisamente se desenvolviera bien en este idioma. \n\nEse día tuvimos el dudoso honor de encontrarnos con un montón de policías que hacían su particular ronda por la plaza. Llovía, para más inri. Uno de esos polícías nos paró "amablemente" y en un ruso muy claro, para él, nos pidió los pasaportes y los visados. No sé qué lo hizo más ridículo para mí, si su gorra de plato que ocupaba más espacio que él, o su forma "educada" de darnos el palo. Al ver que teníamos el permiso sellado hacía ya tres días, nos "dijo" con dos palabras en inglés y muchos gestos que había que sellar CADA DÍA el visado en comisaría. Nosotros, con dos palabras en ruso y muchos gestos de exigir nuestros derechos de turistas y de ciudadanos, nos quisimos defender ante lo que se nos venía encima. Solo decía: "prohibido", "police", "Kommisariat", "money"...ya os podéis ir imaginando el percal. Entendimos lo siguiente: quería llevarnos a la comisaría, allí tendríamos que hablar con el jefe, la multa sería grande y quizá tendríamos problemas peores. Probablemente pasar la noche allí. Imaginad nuestras caras de terror. Ya habíamos oído algunas historias sobre la "amabilidad" de la policía moscovita: el gobierno suele olvidar con frecuencia pagar el sueldo risible que les paga, y ellos se vengan en sus paisanos o en turistas indefensos y educados como nosotros. \n\nYo no suelo enfadarme y mucho menos ante "la ley". Pero aquello me parecía el colmo. Incluso nos llegó a llevar hasta su coche. Pero yo me empeñé en hablar con otros policías de los que andaban por allí. JA. Ni uno sabía inglés. O no lo admitían. Él habló con otros. Llovía. Nosotros nos mojábamos porque carecíamos de la tienda de campaña en forma de gorra de plato que a ellos les cubría. Parados al lado del coche de policía. Algo asustados, para qué os voy a mentir. Pero a mí me podía más la rabia, porque tenía la certeza de que nos estaba engañando para sacarnos los rublos. La última palabra la tuvo él proponiéndonos una "alternativa": le dabamos el dinero de la supuesta multa y nos dejaba marchar, eso sí, directos al albergue y de ahí al tren, por si nos encontraba otro poli menos "compasivo" que él y nos metían en chirona. Yo me negaba. Me obligó a entrar en su coche y ahí ya no pudimos más. Realmente las amenazas nos hicieron imaginarnos pasando la noche en el calabozo de la KGB. Tuve que ceder y darle los rublos, 60 euros al cambio. \n\nAl llegar al albergue y contarle al encargado la movida, se rió de buena gana y nos recomendo, ante semejantes situaciones, decir algo que los polis sí que entienden: " I CALL MY EMBASSY" (voy a llamar a mi embajada). Al escucharlo, se arredran y ya no hay corrupción que valga. Parece que no éramos los primeros timados, ni seríamos los últimos. \n
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