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Una de las visitas obligadas cuando viajo son las cafeterías y las librerías que me voy encontrando. En Buenos Aires se puede disfrutar de librerías de viejo, donde La vida del libro se amplía gracias a estos libreros y su hermosa labor. En la Avenida de Mayo puedes disfrutar de ambos placeres, café y libro que huele a sabio. \n\nA finales del s.XIX se creó esta avenida, la más cultural: por aquí se dejaban caer los periodistas y escritores, en sus innumerables cafés para sus tertulias y en sus incontables librerías para hojear rarezas y encontrar algún tesoro. El que fue edificio de La Prensa es hoy Casa de La Cultura, con una torrecilla donde hace equilibrios una estatua de 55m, simbolizando la libertad. En esta avenida se realizó la primera Feria del Libro que hubo en la ciudad. \n\nSus aceras dan de sobra para pasear, hojear revistas y periódicos en sus innumerables kioskos, pararte bajo la sombra de sus ya centenarios plátanos a charlar con alguien (siempre acompañados del inevitable mate). De día o de noche. Edificios neoclásicos (hoy en proceso de renovación) decorados con detalles de antigua opulencia, techos de pizarra...el art nouveau traído de la vieja Europa, que inspiró a los urbanistas, se disfruta en cada rincón: lámparas de gas sobre columnas de bronce, cabinas de teléfono que parecieran traídas de Paris para envolver a la omnipresente Telefónica, carteles, cafés...como el Tortoni. Su creador, un inmigrante francés, quiso emular los cafés donde se reunían los intelectuales parisinos en el siglo XIX.\n\nEl café más antiguo del país, con vidrieras repartidas en el techo, las paredes, los biombos que acercan a los paseantes o a los que buscan inspiración en un local frecuentado en su día por los que trajeron las letras, la música, las artes argentinas a Europa. Alfonsina Storni, Borges, Carlos Gardel...si quieres ver su sombrero, pásate por el museo que está en el piso de arriba.\n\n\n
 \n\nEn el café cumplimos con el desayuno clásico, medias lunas con café. Y otro de los placeres que en raras ocasiones se puede una permitir: leer con tiempo varios periódicos. El Clarín clásico y otros. Incluido El pais. \n\n \n\n \n\nMirar al techo es una actividad frecuente del que reflexiona (o simplemente, pasa el rato), y ahí, en el techo, te encuentras con esta joya art nouveau. Surrealismo, vanguardias de todo tipo y art nouveau se dan la mano en esta ciudad que tiene un poco de Paris, otro poco de Viena, de Roma, de Barcelona, de Madrid...es todo y es otra cosa. Es Buenos Aires.\n\nAl lado del café, sobre un antiguo palacio construido también en art nouveua, la librería El túnel, un privado homenaje a Ernesto Sábato, otro de los grandes escritores argentinos. Ahí pude admirar y acariciar cartografías centenarias del sur del mundo, facsímiles de innumerables revistas literarias, de historia, geografía...y dejar pasar las horas.\n\n\n \n
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